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Fuerzas Armadas

Victoria capta la atención nacional por inminente desclasificación OVNI

La investigadora Andrea Pérez Simondini fue entrevistada por Guillermo Andino y Pía Shaw en el canal América, debido a la enorme repercusión mediática que tuvo al trascender una inminente respuesta positiva de organismos del Ministerio de Seguridad a su pedido de acceso a expedientes OVNI argentinos.

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En el mes de febrero de este año, la directora del Comisión de Estudios del Fenómeno OVNI en la República Argentina (Cefora), Andrea Pérez Simonidini, presentó a los Ministerios de Defensa y de Seguridad el pedido de acceso a los expedientes OVNIS que tuvieran en su poder, a través de una misiva en la que apela al derecho de acceso a la información pública (Ley 27275), que poseen los ciudadanos, organizaciones no gubernamentales, colegios, asociaciones profesionales y entidades académicas.

En el texto que entregaron a las autoridades de la cartera que conduce Sabina Frederic, la Comisión de Estudios del Fenómeno Ovni República Argentina (CEFORA) pidió "información escrita, audio, video o fotográfica de material, producto de la investigación, información, denuncia, o informes de guardia, de todo lo vinculado a Fenómenos Aéreos Anómalos, Ovni, UFO, plato volador, Objeto Volador No Identificado, Fenómeno Aeroespacial, Fenómeno Aéreo Inusual y todo aquello que se referencie con este concepto«.

Si bien todavía no ha sido notificada de manera oficial, se filtró a los medios nacionales -entre ellos Clarín e Infobae- que el pedido de desclasificación de la directora del CEFORA tomó curso de acción, a través de un parte interno de la policía Federal, por lo que se espera la inminente respuesta oficial del ministerio de Seguridad de la Nación.

A través de una comunicación interna, una de las dependencias de la Policía Federal tomó nota del caso y pidió realizar un informe de manera "muy urgente" sobre todo el material que estuviera en su poder.

En una carta, el jefe de la división de la Gestión Administrativa de la Superintendencia Federal de Intervención Territorial, Alfredo Ariel Coria, le ordenó a varios directores de esa fuerza de seguridad que entreguen antes de las 12:00 del próximo 11 de mayo la información "escrita, en audio, video o fotográfica" que tengan del presunto hecho, así como cualquier "denuncia o informe de guardia".

El subcomisario se refirió a cualquier material vinculado a "Fenómenos Aéreos Anómalos, Ovni, UFO, plato volador, Objeto Volador No Identificado, Fenómeno Aeroespacial, Fenómeno Aéreo Inusual», tal como había especificado la CEFORA.

El pedido está dirigido a los directores de Orden Urbano y Federal, Luis Alejandro Rolle; de Operaciones, Marcelo Fabián Tettoni; de Operaciones Especiales, Carlos Miguel Vallini; y de Despliegue Operacional, Fernando Héctor Villegas.

El pedido al ministerio de Defensa y un dato revelador

Paralelamente, un pedido similar fue realizado por la investigadora al ministerio de Defensa, a partir del cual la Fuerza Aérea consignó que no tenía en su poder expedientes de dichas características.

No obstante, se reconoció por primera vez y por escrito que existió -y que existe- una comisión creada para el estudio de los fenómenos aeroespaciales u OVNIS: «deviene oportuno aclarar que todas aquellas situaciones, circunstancias, hechos y cuestiones a fin que pudieran haber sido tratadas por la entonces Comisión Nacional de Investigación Aeroespacial (CNIE), encabezada por el hoy fallecido (2006) Capitán Augusto LIMA entre los años 1980 a 1985, han de haber sido atendidas por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) al momento de su creación, que data de 1991».

Andrea señala al respecto que: «Esto de por sí ya es una contestación histórica, porque nunca reconocieron que había una comisión investigadora, bajo la conducción de Augusto Lima. Mucho menos que funcionara en la CNIE, y que ahora lo hiciera a través de la CONAE».

La palabra de Silvia Pérez Simondini

Por su parte Silvia Pérez Simondini señaló hoy con satisfacción en su programa «Entre Amigos», que se emite los lunes por Youtube, que: «oficialmente no tenemos noticias del tema, en lo más mínimo. Y uno se pregunta, ¿está todo escrito para que sucedan estas cosas?

«A mí me hace enormemente feliz, porque de la forma más impensada esta información que nos da la posibilidad de que todo el pueblo argentino se entere, ya no tiene vuelta atrás».

«La única forma de que esto se diera a conocer es haciendo esta petición a través del CEFORA, que es el organismo al que pertenecemos y que creamos en Victoria hace diez años», recordó la legendaria y perseverante investigadora.

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Defensa

Después de los F-16, la Armada Argentina busca alternativas para incorporar submarinos

Las décadas de desinversión plantean un escenario de falta de capacidades y obsolescencia de diversos sistemas de armas en cada uno de los Comandos operativos que cuentan las Fuerzas Armadas. En particular, la pérdida del submarino ARA San Juan en noviembre de 2017 truncó la historia de la «Fuerza de Submarinos», iniciada en 1933 con la incorporación de tres unidades clase Cavallini -conocidos como Tarantinos- de origen italiano.

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Desde 1971, con la incorporación de los submarinos ARA Santa Fe (S-21) y ARA Santiago del Estero (S-22) -ex USS Catfish SS-339 y USS Chivo SS-341-, la Armada Argentina dejó de adquirir submarinos de segunda mano, siendo las primeras unidades nuevas los submarinos clase 209 ARA "Salta" (S-31) y ARA "San Luis" (S-32). Posteriormente, a mediados de la década de 1970, la Armada Argentina inició uno de los programas mas ambiciosos de su historia, que incluía la incorporación de dos unidades construidas en Alemania, y cuatro construidas localmente en el Astillero Ministro Domecq García, ubicado en la costanera sur de la Ciudad de Buenos Aires.

Submarino ARA Salta de la Armada Argentina, unidad empleada para adiestramiento por el Comando de la Fuerza de Submarinos. Foto: Martín Otero.

Los submarinos TR-1700, tal como fueron conocidos, buscaba consolidar la capacidad submarina de la Armada Argentina, siendo que por primera vez se proyectaba contar con al menos seis unidades (a lo largo de la historia del arma en nuestro país nunca se contó con mas de 4 unidades operativas), con la innovación que contaría con unidades construidas en nuestro país, hecho inédito para la región en las décadas de 1970/1980, considerando la experiencia del ensamble de los submarinos clase Salta en Tandanor.

El submarino ARA San Juan, ultima unidad en servicio y final de una época en la Armada Argentina.

La situación actual del Comando de la Fuerza de Submarinos se encuentra estancada y alejada de su razón de ser. Gracias al esfuerzo invaluable de nuestra gente de mar, los submarinistas se entrenan a bordo del ARA "Salta" -el cual no se encuentra operativo ni realiza navegaciones desde hace aproximadamente 7 años- y el adiestramiento con unidades de armadas amigas, como es la Marina de Guerra del Perú.

Si tomamos como ejemplo a Chile y Brasil, ambos países luego de años de operar los conocidos Clase 209, optaron por la opción francesa adquiriendo submarinos Clase Scorpene. En caso de la Armada de Chile, el proyecto inicia en 1998, culminando con la entrega de la primera unidad, el Submarino General O-Higgins, en el año 2005, seguido por el General Carrera, al año siguiente.

Submarino S-40 "Riachuelo", cabeza de serie del programa PROSUB

Por su parte, Brasil optó por un programa mas ambicioso, que consistió en la construcción de cuatro submarinos Diesel eléctricos clase Riachuelo (Basados en el Scorpene) en las instalaciones de Itaguaí, complejo industrial construido ad-hoc en Rio de Janeiro, con el adicional de un submarino de propulsión nuclear, lo que representa un verdadero hito a nivel regional. A 15 años de su comienzo, el Programa de Desarrollo de Submarinos de la Marina de Brasil (conocido como PROSUB) ya cuenta la primera unidad, el submarino "Riachuelo" (S40) en servicio, mientras que ya comenzaron las pruebas de aceptación en el mar del segundo submarino de la clase, el "Humaitá" (S41), y continua la construcción de los submarinos Tonelero (S42), Angostura (S43) y el submarino nuclear Alvaro Alberto.

Recuperar la capacidad submarina: una prioridad para la Armada Argentina

Tal como se ha expuesto, el desarrollo de un programa de construcción de submarinos es una política de estado a mediano-largo plazo que requiere del correspondiente apoyo económico, y la voluntad política necesaria para que la recuperación de la capacidad submarina se consolide. Ante una situación inédita a lo largo de casi 100 años de existencia de la Fuerza de Submarinos, la posibilidad de incorporar una unidad de segunda mano a fin de "volver a navegar" es ponderada desde el Ministerio de Defensa desde hace algunos años.

Si bien durante los últimos años de la anterior gestión trascendió el interés en incorporar al menos un submarino de la clase Tupí de la Marina de Brasil, unidades que están siendo dadas de baja (a la fecha los submarinos Tamoio (S-31), Timbira (S-32) y Tapajó (S-33) ya han sido desprogramados), mientras que aun continúan en servicio los submarinos Tupi (S-30) y Tikuna (S-34), otra opción que actualmente esta siendo analizada recae en los submarinos clase ULA de origen Noruego.

Esta opción, que comenzó a analizarse desde hace al menos 5 años, contempla al menos un submarino ULA. Se trata de unidades construidas en Alemania a fines de los años ochenta y principios de los noventa (1987-1992). Se trata de seis unidades desarrolladas a la Real Armada Noruega, especialmente diseñados para operaciones costeras. Con un reducido tamaño (59 metros de eslora, 1040 toneladas de desplazamiento, y 1150 toneladas de desplazamiento en inmersión) se trataría de unidades de menor proyección a las ultimas generaciones de submarinos argentinos (U-209 y TR-1700), siendo esta ultima diseñada especialmente en búsqueda de una considerable autonomía (70 días) y velocidad en inmersión (25 nudos en superficie).

Acerca de los submarinos clase ULA

  • Desplazamiento:  435 toneladas
  • Desplazamiento en inmersión:  485 toneladas
  • Eslora:  59,0 m
  • Manga:  5,4 m
  • Puntal:  4,6 m
  • Sensores:  Radar de superficie: Kelvin Hughes 1007
  • Sonar principal:  Atlas Elektronik CSU83
  • Sonar de flancos:  Thomson Sintra
  • Armamento:  8 tubos para 14 torpedos del modelo Atlas Elektronik DM2A3 y de calibre 533 mm, o 16 minas antisubmarinos.
  • Propulsión:  2 propulsores diésel, más un propulsor eléctrico
  • Potencia:  2 × 695 HP (2 × 1300 kW)
  • Potencia de inmersión:  1 x 6000 HP (1 × 4474,2 kW).
  • Velocidad:  20 kilómetros (11 nmi)
  • Velocidad en inmersión:  43 kilómetros (23 nmi)
  • Profundidad:  250 m.
  • Autonomía:  9260 kilómetros (5000 nmi) a 8 nudos (14,82 km/h).
  • Tripulación:  21 personas

Dejando brevemente de lado el arma submarina, cabe destacar la reciente adquisición de cuatro aviones de patrullado marítimo P-3C Orión al Reino de Noruega para el Comando de Aviación Naval, rama de la Armada Argentina que tambien sufre las consecuencias de décadas de desinversión.

Fuente: Zona Militar

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