La renovación de la licencia del herbicida glifosato por cinco años más por la Unión Europa (UE) es una incógnita. Tras varios intentos entre los países para ponerse de acuerdo, continúa incierto el futuro del herbicida en ese territorio. En tal sentido, la UE volvió a prorrogar hasta fines de noviembre la decisión final que determinará el futuro del glifosato en su territorio, a menos de un mes que expire su actual autorización.
La controversia surge en torno a si el glifosato produce daños en la salud, más precisamente si es cancerígeno. Lo cierto es que hay mucho desconocimiento en la sociedad en lo que respecta a la aplicación de herbicidas, a tal punto que en muchos casos los términos glifosato, herbicida, agroquímicos tienen una connotación negativa.
Para entrar en clima y aclarar el panorama, los agroquímicos contemplan a los fertilizantes y a los fitosanitarios, dentro de este grupo están: los fungicidas que atacan hongos; los insecticidas que controlan insectos y los herbicidas destinados a controlar las malezas vegetales. El glisofato es el herbicida más utilizado en el mundo dado que se desarrollaron los cultivos soja, maíz y algodón transgénicos que son resistentes al glifosato, es decir, que cuando se lo aplica, elimina el resto de las plantas a excepción del cultivo.
Productividad y seguridad
Ante la falta de decisión de la UE y la polémica que genera el tema, el titular de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), Pedro Vigneau, alertó que la indecisión europea sobre la renovación del uso del glifosato, pone en riesgo la producción en el Mercosur y la seguridad alimentaria global.
Vigneau advirtió que sólo para Argentina, la decisión de no renovar el glifosato pone en juego US$ 16.800 millones y condenará a los productores de cinco millones de hectáreas -principalmente del NOA/NEA- a abandonar la agricultura por no tener otra alternativa productiva. También consideró que el costo ambiental de la medida es incalculable y representará un retroceso para la sustentabilidad de la región. Tal es la importancia de la decisión, que para el presidente de Aapresid el impacto negativo por este tema es mucho mayor al generado por el conflicto con las exportaciones de biodiésel argentino a Estados Unidos.
En la misma línea, en el portal del Consejo Argentino para la Información y el Desarrollo de la Biotecnología (ArgenBio) explican que los cultivos tolerantes a herbicidas son cultivos que han sido modificados para sobrevivir a aplicaciones de herbicidas que de otra forma los hubieran afectado. A su vez, indican que "el productor también se beneficia porque, además de controlar las malezas más fácilmente, con estos cultivos puede usar métodos de labranza más conservacionistas, como la siembra directa, que ayuda a conservar el suelo y la humedad, simplifica el manejo y reduce los costos de producción".
Por su parte, el especialista Guillermo March, en el libro Agricultura y Plaguicidas, argumenta que "el no uso de herbicidas en maíz, arroz, soja y trigo tiene mayor impacto relativo en la disminución de la producción que el no uso de los otros plaguicidas; mientras que el no uso de insecticidas y fungicidas tiene mayor impacto relativo que el no uso de herbicidas en algodón y maní".
Voto negativo
Francia e Italia, son dos de los nueve Estados que se han opuesto a la renovación de la licencia. En este sentido, el ministro de la Transición Ecológica, Nicolas Hulot, informó que Francia votará en contra de cualquier prolongación que vaya más allá de los tres años, un periodo que justificó teniendo en cuenta que los agricultores tienen que encontrar alternativas a este producto. A su vez, al ser consultado sobre si este herbicida es cancerígeno, respondió que cree mucho en la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que lo ha catalogado como posiblemente cancerígeno y "nunca se ha equivocado".
Respecto a dicha postura, el titular de Aapresid opinó que la decisión de Francia de prohibir el glifosato, y de la UE de avanzar hacia una prohibición, esconden la intención de imponer barreras para arancelarias que dificultarían mucho la producción de los principales commodities que se exportan a Europa, provocando fuertes subas en los precios que podrían superar los valores del 2008.
Érase una vez
Previo a las diferentes instancias de reunión de la UE para definir el futuro del glifosato, una reconocida agencia de noticias internacional detectó que la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer editó y manipuló los datos de investigaciones que demostraban que el glifosato no causaba cáncer. La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, con sede en Lyon, ejerce una gran influencia como unidad semi-autónoma de la OMS, la agencia de salud de las Naciones Unidas. En marzo 2015, emitió un informe sobre su evaluación del glifosato, y lo clasificó como un cancerígeno del Grupo 2a, una sustancia que probablemente causa cáncer en las personas. Esta clasificación provocó litigios en masa en EE.UU. contra una reconocida empresa multinacional que patentó el glifosato en su momento.
Si bien, organizaciones ecologistas y de consumidores han apoyado un petitorio firmado por más de un millón de personas para que se niegue la renovación de la licencia, hay otras instituciones como la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria y la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas que descartan que el glifosato pueda causar alteraciones hormonales.
Fuente: Agritotal
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