Miguel Acevedo asumió en mayo la presidencia de la UIA. Asegura que desde entonces está tomando contacto con la realidad industrial del interior del país, que, a su juicio, es algo lejano de lo que se tiene noción en Buenos Aires.
"Hay inversión, mucha tecnología, pero hay trabas en el medio ambiente en que se mueve: intendencias que cobran altas tasas, el impuesto a los Ingresos Brutos, al Cheque; este Gobierno va a tener que ir mejorándolo. No todo es el dólar: hay que bajar la inflación, tener una moneda, y se está trabajando.
Hoy estamos en la coyuntura. Hace tres semanas, todos me preguntaban el dólar a $ 18 si sirve. Era un valor de inversión, de miedo. Hay que tener una cierta estabilidad, pensar en el largo plazo", dijo en una entrevista con El Cronista.
De todos modos, el reacomodamiento del dólar de los últimos meses le sirve a la industria...
Puede ser, pero no quiero meterme en ese debate. No sirven los golpes. Hoy hay una tendencia. Lo que hace falta no es pensar en el dólar, sino en una moneda, como tiene Brasil. Este Gobierno va a lograrlo, falta un tiempo, falta pasar octubre. Por ejemplo, en esto de bajar los costos laborales, Cuando lo vimos cuando asumí en la UIA, Macri nos dijo que hay que bajar impuestos, hacer una reforma impositiva, pero que sería después de octubre con la nueva composición del Congreso. Ahora, después de las PASO, que fue una victoria del Gobierno, si se repite la victoria, o tal vez no vamos a tener que esperar tanto a octubre.
Ese éxito que Ud. ve en las PASO contrastó con la movilización de la CGT de la semana pasada, en donde se envió el mensaje de que no acordaría una reforma laboral
El tema sindical, fue un paro político y a destiempo, me da la impresión. No creo que el Gobierno vaya a una política de shock, ni creo que le venga bien a la Argentina tener una política con ganadores y perdedores. Van a ser cambios graduales, ni como en Brasil, porque no están condiciones dadas, ni tampoco lo quiere la gente. Aunque Brasil nos va a obligar a hacer algunas cosas. A mí me parece que va a haber cambios moderados a través del tiempo.
¿Pero, cómo imagina una negociación con los gremios tan críticos?
No me da miedo el sindicalismo. Una vez que tengamos una producción en alza, más consumo, tendencia definida de caída de la inflación, nos vamos a tener que sentar con el sindicalismo para llegar a acuerdos, entre todos, con el Gobierno.
¿Cuál sería la agenda impostergable de ese diálogo?
En lo impositivo, lo que vamos a tener es el juego de lo posible. No podemos ir y decir: "Bajame los impuestos del trabajo, Ingresos Brutos, Cheque", eso es imposible. Acá se va a tener que compensar con ganancias, a largo plazo.
Eso sería la demanda hacia el Estado. ¿Qué pedirían a los gremios en esa mesa?
Acá hay una trampa. Por ejemplo, en muchas fábricas, el problema del ausentismo. Un 2 o 3 % es manejable para una empresa, pero con un 10%, es imposible alcanzar productividad. También está la litigiosidad laboral. Si el sistema, por ejemplo, autoriza un mes de parate a un obrero en cualquier circunstancia, es porque hay una sensibilidad porque se supone que la retribución del sueldo, las condiciones, no son suficientes. Por eso es muy importante el manejo de la inflación, la moneda, para que los ingresos tengan valor.
El jueves, que celebran el Día de la Industria, llegan con una serie de índices de actividad en positivo para el sector.
Por fin estamos saliendo, la tendencia cambió. Muchos dicen que es porque la base de comparación es contra un año malo. Ya son cuatro meses, incluyendo julio, donde está subiendo la producción, eso es tendencia. Después, está la heterogeneidad. La de los sectores sensibles, pero también la de nuestros insumos principales que hacen al PBI, como acero y cemento, que están creciendo fuerte.