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Trump intenta cortejar a los votantes hispanos en Nuevo México

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, regresó a Nuevo México el lunes para un acto de campaña en el que intentó cortejar a los votantes hispanos en un estado que perdió en 2016.

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Trump intenta cortejar a los votantes hispanos en Nuevo México

"Ayer marcó el comienzo del mes de la herencia hispana. ¿Quién es hispano?", dijo en medio de fuertes aplausos.

Como lo ha hecho en muchos eventos de campaña, Trump hizo alarde de las cifras de empleo y pobreza de los hispanos en Estados Unidos.

"Tenemos muchos hispanos, muchos hispanos. Amamos a nuestros hispanos", dijo Trump más adelante.

La multitud presente en el evento del lunes por la noche fue diversa, con muchos simpatizantes con carteles de "Latinos por Trump" distribuidos por la campaña, lo que alentó a los asistentes a enviar un mensaje de texto con la palabra "VAMOS" en español a un número designado.

"Viva Trump", dijo un pastor después de hacer la oración un poco antes, lo que provocó un estruendoso aplauso de la multitud.

Sin embargo, Trump puede enfrentar una batalla cuesta arriba al cortejar el voto hispano: una encuesta de CNN / SSRS de la semana pasada mostró que solo el 29% de los hispanos aprueba el trabajo que está haciendo como presidente, en comparación con dos tercios que lo desaprueban. Desde su discurso de campaña inicial en el verano de 2015, en el que criticó a los inmigrantes hispanos indocumentados que ingresaban a Estados Unidos y prometió construir un muro para mantenerlos alejados, el presidente a menudo ha hecho de la reducción de los cruces ilegales en la frontera sur uno de sus enfoques claves.

Trump ha tomado muchas decisiones políticas durante su mandato dirigidas a las personas indocumentadas que cruzan la frontera sur, que son abrumadoramente de América Central y de Sudamérica. Entre ellas está la separación de familias indocumentadas, que ya ha sido detenida, y restricciones para las personas solicitantes de asilo. Los grupos de derechos humanos también han criticado las condiciones que enfrentan los inmigrantes indocumentados en los centros de detención después de ser arrestados por cruzar la frontera ilegalmente.

Fue el primer viaje de Trump a la "Tierra del Encanto" como presidente, y una evidencia de la promesa de su campaña de intentar pelear por el estado que votó decisivamente a favor de los demócratas en 2016.

El presidente inició un giro de tres días por el oeste de Estados Unidos con el evento en Rio Rancho, Nuevo México, un suburbio de Albuquerque, el lunes por la noche. Pasaría la noche en el área de Albuquerque, luego, el martes, viajará a California para una serie de eventos de recaudación de fondos en Palo Alto y Beverly Hills. Trump asistirá a recaudaciones de fondos adicionales en Los Ángeles y San Diego, el miércoles, antes de regresar a Washington.

Hillary Clinton ganó sólidamente los cinco votos electorales de Nuevo México en 2016; ella obtuvo el 48,3% de los votos del estado por el 40,0% de Trump. Sin embargo, los votantes independientes del estado emitieron su voto a favor de Trump con 42% por 37% para Clinton. La campaña de Trump afirma que ve señales de que el estado podría estar disputado en 2020.

"Creo que Nuevo México es un estado en el que las políticas de Trump realmente están trabajando", dijo el gerente de campaña de Trump, Brad Parscale, a periodistas en una conferencia telefónica la semana pasada.

Parscale dijo que las políticas de Trump sobre el comercio y la inmigración de China, en particular, están resonando entre los votantes latinos, que constituyen una parte significativa de los electores de Nuevo México.

El presidente sugirió el lunes que la seguridad fronteriza era atractiva para los votantes hispanos.

Cuando comenzó a hablar sobre la construcción de un muro fronterizo, dijo Trump, la gente sugirió que no sería popular entre los votantes hispanos.

"La gente decía, oh, los hispanos", contó.

Pero, continuó Trump, los votantes hispanos entienden la crisis y las drogas que cruzan la frontera.

"Ustedes entienden eso mientras otras personas no lo entienden", le dijo a la multitud.

"Vimos a miles de votantes que no votaron por el presidente en 2016 presentarse a un evento, registrarse, hacer fila", dijo Parscale, y agregó: "Vimos a miles de latinas y latinos que no habían votado por en el 16, que no solo estaban ansiosos por votar por él esta vez, sino que en realidad vinieron a verlo y a manifestarse con él. cuando empezamos a hacer encuestas allí, comenzamos a ver un aumento dramático respecto a nuestra última encuesta de 2016 ".

Parscale dijo que le mostró estos resultados a Trump "y estaba de acuerdo conmigo. 'Vayamos directamente a Albuquerque, vamos a Nuevo México'".

El gerente de campaña de Trump dijo que habían recibido "una de las mejores respuestas" para el registro de la campaña a partir de la semana pasada.

Trump prometió el lunes que saldría victorioso en Nuevo México en 2020.

"Haremos campaña por cada voto y ganaremos el gran estado de Nuevo México", dijo.

Luego reconoció: "Ha pasado bastante tiempo desde que un republicano ganó este estado … Realmente creemos que vamos a convertir este estado en un estado republicano".

La campaña y el Comité Nacional Republicano han instalado una directora estatal, Leslie White, en Nuevo México, y anunciaron el lunes que el líder de la minoría estatal de la Cámara de Representantes, Jim Townsend, y la exrepresentante estatal Sharon Clahchischilliage serán presidentes honorarios del estado.

Según las estadísticas de registro de votantes de la Secretaría de Estado de Nuevo México, el 33% de los votantes en el condado de Sandoval, donde se realizó la concentración, son republicanos registrados a partir de agosto de 2019. Cuarenta y tres por ciento son demócratas registrados.

El último viaje de Trump a Nuevo México se encontró con resistencia: en mayo de 2016, manifestantes encendieron fuegos, destrozaron una puerta y arrojaron piedras fuera de su evento en Albuquerque. Dentro del centro de convenciones, manifestantes esporádicos interrumpieron la manifestación de Trump.

El lunes, Trump fue interrumpido solo una vez por un manifestante.

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Geopolítica

Donald Trump y el amanecer de una nueva era: la segunda presidencia que promete transformar al mundo

Trump asume su segundo mandato con una agenda que busca consolidar su legado y desafiar las bases del progresismo hegemónico. ¿Qué implicancias históricas podría tener este nuevo ciclo?

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«Mañana al mediodía, se cierra el telón de cuatro largos años de decadencia estadounidense y comenzamos un nuevo día de fortaleza, prosperidad, dignidad y orgullo estadounidenses". Con estas palabras, pronunciadas el 19 de enero en un mitin en Washington, Donald Trump anunció su regreso triunfal a la Casa Blanca, marcando el inicio de lo que él mismo llama una "nueva era" para Estados Unidos y el mundo.

Este segundo mandato de Trump no solo promete completar lo que quedó pendiente en su primera gestión. También busca consolidar un proyecto soberanista que desafía décadas de hegemonía globalista-progresista.

El retorno del líder del movimiento MAGA a la presidencia el 20 de enero de 2025 llega en un contexto histórico que difiere considerablemente del comienzo de su primer mandato en 2017. En aquel entonces, su ascenso fue visto como un evento disruptivo en medio de una hegemonía globalista bien establecida y con amplios consensos internacionales.

Ahora, sin embargo, se encuentra en un panorama donde el globalismo muestra grietas significativas. Gobiernos afines, como los de Javier Milei en Argentina, Giorgia Meloni en Italia o Viktor Orbán en Hungría, le ofrecen un entorno más favorable para desarrollar su agenda soberanista.

Además, el escenario económico también ha cambiado: la inflación global, las crisis energéticas y el aumento de tensiones geopolíticas han debilitado la confianza en las instituciones tradicionales, abriendo espacio para su narrativa soberanista. Si en aquella ocasión su victoria sorprendió a un sistema que lo consideraba una anomalía, hoy su figura simboliza una corriente global que se está fortaleciendo.

Gobiernos de derecha emergentes, como los mencionados, más otras experiencias políticas que podrían llegar al poder próximamente -como Agrupación Nacional en Francia, Alternativa por Alemania en Alemania y el Partido Conservador en Canadá- representan una red de aliados que podría facilitar la concreción de sus ambiciosas metas.

Por ejemplo, Orbán y Meloni han liderado una agenda anti-globalista en la Unión Europea, impulsando políticas que fortalecen la soberanía nacional, que combaten la migración irregular y que han desafiado a Bruselas. Esto podría alinearse con las prioridades de Trump en acuerdos bilaterales.

Yendo un paso más allá, estas relaciones también podrían materializarse en iniciativas conjuntas para reformar instituciones internacionales sumamente cuestionadas como la ONU -y todos sus organismos asociados como la OMS y la OM-, alineándolas con valores soberanistas. En este sentido, hay que ver cómo avanza la idea de Milei de crear una «Liga de Naciones Conservadoras», que además de los mencionados incluye a Israel.

Desde esta perspectiva, el legado del gobierno de Joe Biden se perfila como una mera transición entre los dos mandatos de Trump. Bajo el prisma del nuevo presidente, los cuatro años de Biden serán recordados por un retroceso en materia económica y social, un descontrol migratorio y una política internacional percibida como débil.

La primera gestión de Trump estuvo marcada por su postura disruptiva, enfrentando tanto a las instituciones multilaterales y siendo constantemente obstaculizado, además, por una oposición interna feroz -inclusive dentro del Partido Republicano- y un sistema mediático que actuó como un brazo del establishment progresista.

Su derrota electoral en 2020, que fue claramente fraudulenta, fue el punto de inflexión que encendió las bases para este retorno. Este hecho también alimentó la narrativa de su movimiento, centrada en la transparencia electoral y en la necesidad de reformar las instituciones corruptas.

En 2025, el escenario político es diferente: además del apoyo global mencionado, en su propio país, Trump ha logrado captar el respaldo de actores antes neutrales o críticos, como Silicon Valley y Wall Street.

Un ejemplo simbólico del cambio de alineaciones es Elon Musk, quien no solo respaldó la campaña de Trump, sino que ahora jugará un papel clave en su gabinete como titular del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DoGE). En este cargo, Musk liderará iniciativas destinadas a optimizar el funcionamiento de las agencias federales, reducir el gasto innecesario y aplicar tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial para mejorar la transparencia y la eficacia del gobierno.

Musk, quien fue uno de los pocos oradores del mitin del 19 de enero en el Capital One Arena de Washington D. C., no solo ocupará un rol central en la nueva Casa Blanca. El dueño de la red social X, además, parece dispuesto a llevar su impronta disruptiva a otros lugares del mundo, para apuntalar partidos de nueva derecha, como está ocurriendo con Alemania y Gran Bretaña.

Volviendo al plano doméstico, Trump ha delineado un programa político que promete acciones inmediatas. La magnitud de la crisis fronteriza, que ha registrado más de 2.7 millones de cruces ilegales solo en 2024 según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), subraya la urgencia de estas medidas. Se esperan órdenes ejecutivas al respecto en cuanto el dirigente republicano llegue al Salón Oval el lunes.

Entre estas iniciativas, se destaca la implementación de un plan de deportaciones masivas -que podría empezar a operar tan rápido como el martes próximo-. Además, ya anunció la reconstrucción del muro fronterizo, con nuevas tecnologías de vigilancia.

En línea con su reforma tributaria de 2017 (que redujo los impuestos corporativos del 35% al 21%), este año, prometió impulsar la reducción de impuestos "más grande de la historia de Estados Unidos".

Asimismo, durante el mitin en el Capital One Arena, reafirmó su intención de indultar a todos los presos políticos vinculados a los hechos del 6 de enero de 2021 el mismo lunes de su asunción. También anunció que durante su segundo mandato desclasificará todos los documentos relacionados con el asesinato de figuras históricas como John F. Kennedy, Robert Kennedy y Martin Luther King Jr.

En línea con su política exterior no intervencionista y pacifista, Trump no escatimó palabras para delinear su enfoque. "Pondré fin a la guerra en Ucrania. Pondré fin al caos en Oriente Medio. Evitaré que se produzca una Tercera Guerra Mundial", declaró ante miles de personas en su último acto antes de asumir oficialmente su segundo mandato.

En América Latina, su relación con Javier Milei promete un enfoque coordinado contra el socialismo regional, con especial énfasis en Venezuela. Actualmente, Estados Unidos mantiene sanciones a más de 100 altos funcionarios del régimen de Nicolás Maduro, y Trump ha indicado su intención de ampliar estas restricciones para aislar económicamente a Caracas.

Hablando de Argentina, el gobierno de Milei será el gran aliado de la nueva Casa Blanca en Latinoamérica. Por un lado para concretar una mayor colaboración en la lucha contra el narcotráfico y las organizaciones criminales transnacionales cuya base es el narcoestado de Venezuela. En el ámbito económico, se promoverán acuerdos que favorezcan la inversión y la cooperación entre ambos países, especialmente en sectores como la energía y la tecnología (inclusive avanza el proyecto de un acuerdo de libre comercio entre ambas naciones). Socialmente, esta alianza buscará inspirar un cambio en el discurso público, con un fuerte énfasis en valores tradicionales y la defensa de las libertades individuales, marcando un contraste con los gobiernos progresistas de la región.

En efecto, el regreso de Trump representa un choque frontal con el progresismo que marcó las últimas décadas. Al reivindicar valores tradicionales y una agenda que desafía la ideología de género, el aborto y el estatismo, este segundo mandato se presenta como una reivindicación del "sentido común" que ha sido desplazado por las imposiciones del globalismo.

Ejemplos concretos de esta agenda incluyen la prohibición de la financiación federal para programas que promuevan la ideología de género en escuelas públicas, el fin de la "locura trans", la promoción de los valores patrios y el impulso de políticas fiscales que reduzcan el rol del Estado en la economía. Además, la administración ha anunciado planes para fomentar el apoyo a las comunidades religiosas mediante desgravaciones fiscales, en un esfuerzo por revalorizar la fe como pilar de la sociedad.

Por supuesto, se descarta que la resistencia de los sectores progresistas será feroz. ¿Será Trump capaz de ganar esta batalla y consolidar su legado como el líder que reconfiguró el mundo? En los próximos años, los ojos estarán puestos en este hombre que, utilizando sus propias palabras, ha prometido traer un "nuevo día de fortaleza, prosperidad, dignidad y orgullo". Por el bien de su país y del resto de las naciones, esperemos que cumpla.

Fuente: Mdzol

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