Panaderos de la provincia de Buenos Aires alertaron que se aplicarán nuevos aumentos en el precio del pan luego que les subieran los valores de los costos de producción. Raúl Santoandré, presidente de la Federación Industrial Panaderil de la Provincia de Buenos Aires (Fippba), informó que desde hoy (por ayer viernes) el precio de referencia para el kilo de pan tipo francés ya se sitúa entre los $1300 y $1400 pesos. Este cambio representa un aumento de aproximadamente el 15%, aunque señaló que podría haber variaciones en algunos comercios.
"En los últimos días, sufrimos fuertes aumentos de las materias primas, siendo la harina la principal, además de la escasa o directamente falta de entrega por parte de los molinos de harina subsidiada con el Fondo Estabilizador del Trigo Argentino (FETA). Todo esto hace insostenible el precio del pan", manifestó Santoandré. "Nuestros estudios de costos sobre el pan tipo francés nos indican que el precio del kilogramo debe ubicarse entre los $1300 y $1400″, agregó.
Si se compara con el valor del mes pasado, según el Indec, esto implica un aumento del 21%, ya que en octubre último el precio del kilo de pan francés en el Gran Buenos Aires fue de $1076. Considerando este dato, el precio del pan subió un 147% en los primeros diez meses del año. Si se toma en cuenta este nuevo valor para noviembre, el incremento de los primeros once meses sería del 168%.
Según el presidente de Fippba, las materias primas, sin contar las harinas, aumentaron en promedio un 18%. Esto entre huevos, margarina, dulce de leche, entre otros. A esto se agrega que ayer tuvieron una reunión para acordar paritarias y se pactó que los trabajadores reciban un aumento de 60.000 pesos en tres cuotas a partir de diciembre, junto con el salario correspondiente.
A esto, indicó, también se añadió el aumento del precio de la harina. Según detalló, el valor de la bolsa de 25 kilos de la harina 000 que no está subsidiada trepó a aproximadamente $9000 pesos, siendo que hace dos meses costaba $4860. En tanto, el miércoles pasado la Secretaría de Comercio de la Nación aprobó la actualización de los precios de referencia para la harina 000. Con este ajuste, la bolsa de 25 kilogramos pasó de $2825 a $3059 (este valor no considera impuestos y fletes) y la tonelada de trigo considerada para el cálculo de $59.585 a $64.530.
Con la aprobación de la resolución 2114/2023 que otorgó el nuevo aumento, la variación total en el precio de la bolsa de harina 000 subsidiada llegó al 92,2 % durante los primeros once meses del año. Se trata de un incremento del 107,8 % en relación con los valores de noviembre de 2022.
Por otro lado, Santoandré se refirió a la preocupación de su sector por el fin del FETA, con vigencia hasta el 31 de diciembre próximo. Según manifestaron en la industria molinera, no se espera que este sistema continúe. Este mecanismo fue creado en marzo de 2022 con una suba de las retenciones de la harina y el aceite de soja a instancias del entonces secretario de Comercio Interior Roberto Feletti para subsidiar la harina 000 que llega a las panaderías. El Gobierno puso como excusa para impulsar esta herramienta el aumento de precios que hubo tras la invasión de Rusia a Ucrania. Hoy el FETA se solventa con el 1,3% de la recaudación de retenciones al complejo de la soja.
Si bien en varias ocasiones los panaderos dijeron que tenían problemas para conseguir esta harina y denunciaron en las últimas semanas "la escasa o directamente falta de entrega", Santoandré expresó que hay temor por los aumentos que pueda sufrir este insumo cuando expire el FETA. Consideran que servía como un "ancla" para contener que no sean mayores los incrementos de la harina no subsidiada.
También vino cumpliendo esa función para el precio del pan porque, según explicó, como solo accedían a este producto las panaderías declaradas, a las que operan de forma informal se les complicó para subir mucho el precio. "Llamamos a la reflexión a quienes tengan la responsabilidad de conducir el futuro gobierno para que el pan no falte en la mesa de ningún argentino", concluyó.
Fuente: La Nación