El Jefe de Prefectura Victoria, Subprefecto Marcos Maldonado Pérez, quien está al frente de los 32 oficiales y suboficiales que se desempeñan en el destacamento local, informó respecto de la bajante que se están manejando fundamentalmente con los datos que aporta el Instituto Nacional del Agua (INA): "Los reportes que se están manejando explican que la problemática de la sequía es producto del poco caudal de lluvias en la parte sur de Brasil, que alimenta tanto el río Paraná como al de Uruguay, lo que afecta toda la margen mesopotámica de la Argentina".
Trabajo articulado
Actualmente, Prefectura local -cuya jurisdicción abarca desde Las Cuevas hasta la zona de "Las Acuarelas"- está trabajando de forma articulada con el municipio de Victoria, la Policía de la provincia de Entre Ríos y Gendarmería en el control de los espacios públicos que no están abiertos -momentáneamente- a la aglomeración de gente, haciendo cumplir el Decreto 297/2020 referente al "aislamiento social, preventivo y obligatorio" frente a la pandemia del COVID 19.
Dichos controles también están centrados en la circulación, para lo cual es necesario contar con el Certificado de Circulación - Coronavirus COVID-19, que se puede tramitar a través de la web, para rubros específicos.
Con el tráfico de embarcaciones, sucede algo similar. El artículo 6º del mencionado decreto indica que sólo "está habilitada la pesca comercial y artesanal. No obstante, la actividad náutico-deportiva, recreativa o de placer, no están permitidas", recordó el Jefe de Prefectura.
Un bálsamo momentáneo a la bajante
La abundante lluvia de 100 milímetros caída en Victoria el pasado lunes ha cambiado de forma momentánea el panorama de los alrededores del icónico Pozo de Toma y de la dársena del puerto local, cubriendo a medias bancos de arena que empezaron a formar parte del paisaje.
No obstante, se prevé que dicho escenario no durará mucho tiempo, dada la corriente del río, la falta de tareas de dragado y la gran cantidad de espejos de agua con que cuenta el delta victoriense: "Estamos fuera de la época de lluvias, que se dan fundamentalmente en verano, teniendo por ahora bajos niveles de precipitaciones". A ello resta dilucidar la incidencia y el efecto ambiental de los reiterados incendios sucedidos en la amazonía brasilera en los últimos tiempos.
Problema para los isleros y la industria pesquera
Pero la bajante del río no es sólo un problema para los habitantes de la ciudad, en lo relativo al suministro de agua potable. Los isleros son quienes sufren in-situ los coletazos de la crisis hídrica. Tanto las vías de navegación como los lugares de descarga en el devenir de la pesca artesanal han sido fuertemente afectados. Arroyos y pasos habitualmente navegables "quedaron con muy poca profundidad o directamente secos", narra el Subprefecto.
Dicha circunstancia afecta el trabajo diario de los pescadores, quienes "van buscando lugares alternativos para la descarga". Lo mismo está sucediendo con los barcos acopiadores, imposibilitados de aproximarse más allá de la zona de "El Barrancoso".