Mario Quintana, vicejefe de Gabinete de Ministro del Gobierno Nacional dijo que la inflación de 2016 cerrará entre el 35% y 36%, un número menor al que prevén consultoras privadas y gremios de trabajadores. En este sentido admitió que el salario real perderá poder adquisitivo, pero descansa en que las subas de las asignaciones familiares y el mínimo no imponible de Ganancias servirán de paleativos.
"Tenemos que hablar con la información concreta arriba de la mesa. Es falso que la inflación del año 2016 va a cerrar en el 40%. Nosotros estimamos que va a cerrar bastante por debajo de eso: puede ser 35% o 36%", dijo Quintana.
El funcionario macrista salió así a cruzar a los sindicalistas como Hugo Yasky y Pablo Micheli que piden la reapertura de las negociaciones paritarias porque consideran que el salario perderá este año entre 10 y 12 puntos porcentuales.
Si agarramos la información oficial que reflejan los aportes a la AFIP, los salarios han crecido en lo que va del año cerca del 33% en promedio, dijo el funcionario en declaraciones a radio La Red.
No obstante, Quintana admitió que la suba salarial quedó por debajo de la inflación: Es cierto que hay dos o tres puntos menos, que en la medida que mantengamos la inflación como la estamos manteniendo en este segundo semestre alrededor del 1,5% mensual, eso se va recortando en el tiempo.
El funcionario dijo que el Gobierno se anticipó a ese fenómeno tomando dos medidas "muy relevantes" en marzo, como fue subir las asignaciones familiares y el mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias.
"Cuando metés eso en la ecuación, muchos trabajadores habrán terminado el año 2016 empatando o ganándole al régimen inflacionario. Pero más que construir discursos en el aire hay que agarrar los números y decir la verdad", afirmó.
Quintana destacó el consenso entre los economistas y empresarios sobre que en 2017 la Argentina volverá a crecer y a generar empleo privado e incluso dijo que la pauta de expansión fijada en el proyecto de Presupuesto es "conservadora".