River se quedó abruptamente sin el sueño de la Copa Libertadores al caer este martes por la noche por 9 a 8 en definición por tiros penales ante Internacional, en el Beira Río de Porto Alegre, luego de sucumbir por 2 a 1 frente al conjunto brasileño, al que había derrotado por el mismo marcador en la ida.
De esta manera y después de consagrarse cómodamente campeón en la Liga Profesional, River, que estaba planificando insuflarle refuerzos a su ya de por sí rico plantel al comando de Martín Demichelis, en etapa sucesoria de Marcelo Gallardo, se quedó prematuramente sin nada (hace dos semanas fue eliminado por Talleres, de Córdoba en 16avos. de Copa Argentina) y solamente con la Copa de la Liga por delante ya en el primer mes del segundo semestre del año.
El partido no ofrecía "a priori" más alternativas que la intención primigenia de los de Eduardo Coudet de buscar la victoria a como de lugar luego de caer 2 a 1 en el Más Monumental la semana pasada, mientras que River tenía que sacarle lustre a esa magra ventaja con dos opciones: tenencia de balón o defenderse para sacar contras lo más seguido posible.
Y contra todos los pronósticos Martín Demichelis retrocedió respecto de sus dichos del martes pasado cuando inquirió a un periodista que lo había interrogado sobre las razones por las que no reemplazaba a Ignacio Fernández, en bajo nivel, por Pablo Solari, justamente autor de los dos goles cuando ingresó en el complemento del juego de ida.
"¿Vos le decis a Nacho que salga?, porque él es el cerebro del equipo", disparó sin red ni instinto de supervivencia, ya que esa frase podía ser interpretada claramente como una falta de autoridad de su parte.
Sin embargo este martes, como para ratificar los dichos de una psicóloga consultada por Télam al respecto, quien sostuvo que su respuesta al cronista se debió a que "él mismo no está seguro de esa decisión y de si está bien lo que está haciendo", terminó dándole la razón al hombre de prensa y Solari fue titular relegando a "Nacho" al banco de suplentes.
Claro que esto duró menos de 40 minutos, porque Enzo Pérez, el otro candidato a salir, como sucedió en el encuentro de ida, generando con ello un cambio de esquema, se retiró anticipadamente con un golpe en la cintura.
Eso dejó abierto para el complemento el armado "ideal" para Demichelis, sin controversias ni reclamos posibles desde afuera, porque estaban en cancha "todos los que debían estar".
Claro que esto podía contemplarse del medio hacia delante, porque hacia atrás las defecciones siguieron siendo las mismas de siempre, y se agudizaron cuando el díscolo ecuatoriano Enner Valencia (en la semana se peleó con el director deportivo de Inter, Magrao) encontró sobre el sector derecho de la defensa riverplatense su lugar perfecto en la cancha y empezó a hacer estragos ante un indefenso Milton Casco.
Y a partir de ello fue que se empezaron a generar acciones de riesgo en inmediaciones del arco defendido por Franco Armani, provocándose acciones de pelota parada con las que River empezó a sufrir en grado sumo.
Y así fue que a los 25 minutos el "millonario" se clavó la "astilla de su mismo palo" tras un córner que el ex riverplatense Gabriel Mercado, ahora devenido marcador central, transformó en la apertura del marcador con un golpe de cabeza desde el centro del área chica.
Esto entonó a los casi 50.000 hinchas de Inter (hubo unos 2.500 de River) y con ello consecuentemente a sus futbolistas, que pensaron en pasar dentro de los 90 minutos regulares antes que llegar a la instancia de los tiros penales.
Y a los 33 minutos pareció que ese objetivo se iba a cumplir a través de otra pelota parada, en este caso un tiro libre ejecutado por Alan Patrick de izquierda a derecha que rozó en Enzo Díaz, el último integrante de la barrera, e hizo estéril el vuelo de Armani.
Previamente Demichelis había hecho ingresar al paraguayo Robert Rojas, al que convenció en la semana de que siga en el club y no se vaya a Vélez o Tigre, para tratar de contener a Valencia mejor de lo que lo estaba haciendo Casco. Pareció un cambio tardío.
Pero como el fútbol tiene realidades impensadas, Rojas fue clave no para su misión específica, sino para empatar el partido sobre los 45 minutos del complemento tras otra pelota parada, en este caso un córner ejecutado por Solari que peinó "Nacho" Fernández y el paraguayo conectó cayéndose pero libre de marcas en el segundo palo.
Claro que después el defensor oriundo de Concepción iba a mutar de héroe a villano cuando marraría el último disparo de una serie "interminable" de penales que después el arquero uruguayo Sergio Rochet transformaría en triunfo por 9 a 8 de los brasileños al derrotar con su disparo desde los 11 metros a su colega Armani.
Y entonces toda la decepción se mudó al equipo de Núñez, que en 15 días se quedó en 16avos. de final de Copa Argentina y ahora en octavos de Libertadores, por lo que en el último semestre de este año el vigente campeón nacional solamente tendrá como competencia la Copa de la Liga.
En tanto que este Inter de Coudet, que hoy ganó un partido por primera vez desde que el "Chacho" volvió al club, se cruzará en cuartos de final con Bolívar, que en la ida había vencido por 3 a 1 a Athlético Paranaense en Bolivia y hoy cayó por 2 a 0 en Brasil (goles de Fernandinho, de penal y Vitor Roque), pero se terminó imponiendo por 5 a 4 desde los 12 pasos.
Y el fútbol argentino se quedó así sin uno de sus representantes considerado como con las mayores chances de pelear por el título en esta Libertadores que se le está volviendo muy agresiva a los equipos nacionales, sobre todo cuando se cruzan con brasileños.
Fuente: Télam