Por María Angélica Miotti

Los Animales (No Humanos) como Sujetos de Derechos

"Entonces, básicamente, quienes se oponen a los derechos de los animales no humanos y sostengan que el hecho de ser persona se basa en ser miembro de la especie Homo Sapiens no es más que un fanático de la especie, no más sensato que los fanáticos de la raza que otorgan mayor valor a la vida de los blancos que a la de los negros. Después de todo, los demás mamíferos luchan por seguir vivos, experimentan el placer y sufren el dolor, el miedo y el estrés cuando su bienestar peligra. ¿Por qué se iban a respetar esos intereses en nuestra especie y no en las demás?" S. Pinker

Para la mayoría de los sistemas jurídicos del mundo, los animales no humanos son considerados "cosas". Así es. Meros objetos, integrantes del régimen patrimonial del derecho privado y carentes, en consecuencia, de todo tipo de derechos, aún de los más básicos. Tal concepción sobre estos animales de diferente especie, no tiene nada de moderna sino que se remonta a cientos de años atrás.

gato1Desde la Edad media hasta bien pasado el siglo XVII, los tribunales de justicia hacían comparecer ante ellos no solo humanos, sino también animales. El animal autor del delito (ratas, asnos, cerdos, caballos, gatos), era detenido, encarcelado y juzgado con todas las formalidades y, en la mayoría de los casos eran ejecutados públicamente…(salvando las diferencias, pero haciendo una inevitable y permitida analogía, parece era más sencillo, tal como ahora, responsabilizar, acusar y condenar a un animal no humano por la acción u omisión de su "dueño" -si lo tenía- o por "infringir una norma" que vaya a saber cuándo y cómo se enteró de ella y de sus obligaciones al respecto).
El siglo XVI fue marcado por la teoría del "automatismo animal" atribuida a Descartes. Una creencia que no puede ser nunca aceptada ni por el más común de los sentidos ya que los consideraba –y trataba- simplemente autómatas, máquinas complejas carentes de dolor por no tener alma y lenguaje, entre otras cosas.
"Si el animal se queja, no se trata de un quejido, es el chirrido de un mecanismo que funciona mal", decía Don René, quien dio un paso decisivo en la historia de la humanidad: hizo del hombre el "señor y propietario de la naturaleza". Y así, literalmente, ha vivido el ser humano en este mundo compartido con otros seres (animales y vegetales) propiciando sobre ellos injustas explotaciones y tremendas torturas, de las más variadas e impensadas. El famoso abogado y filósofo de la época de la Ilustración también hizo su aporte a la causa. Enfatizando –cabe aclarar que sólo en beneficio de la especia humana- el poder de la razón humana, Voltaire con mordaz ironía, repetía que "Dios ha dotado a los animales de órganos de sensibilidad con el fin de que no sintieran". Sostenía que eran máquinas desprovistas de compresión y emociones, que realizaban todas sus "operaciones" siempre del mismo modo y que no eran capaces de aprender.

Esta concepción sobre los animales no humanos podríamos ubicarla mayormente en el paradigma Antropocentrista, en, y a través del cual, el hombre es el centro de todo. Si, de TODO. Ergo, podía buscar su beneficio a costa de lo que fuere.

Pero, como ni el hombre puede hacer lo que quiera en la naturaleza, la realidad tocó la puerta de la historia haciendo que la empatía (virtud poco desarrolladas pero propia de los seres humanos) y la preocupación por el sufrimiento de los animales tiñeran el siglo XIX con las primeras leyes de protección animal y el surgimiento de las primeras entidades animales-justiciaprotectoras.
Y a partir de allí, los movimientos por los derechos de los demás animales nunca cesó, por el contrario, fue en constante aumento. Podríamos suponer, entonces, que hemos avanzando, y actualmente a pasos agigantados, hacia una nueva forma de percibir el mundo y todo lo que nos rodea. Durante esta época de inicial despertar de la conciencia sobre la capacidad de sentir de los animales no humanos –la llamada sintiencia, gran cantidad de países han acompañado esta evolución incorporando en sus leyes, proyectos legislativos y Constituciones a los animales no humanos como seres sintientes.
Sólo a modo de ejemplo: Suiza, Holanda, Luxemburgo. Francia (nuestro modelo legislativo por excelencia) incorporó el concepto de "animal sintiente" a su Código Civil –Code- al considerarlos "seres vivos dotados de sensibilidad". Sin ir tan lejos, Bolivia, Perú, Colombia y Ecuador han reconocido a los animales como "sujetos de derechos", "seres sensibles" o "seres sintientes que no son cosas".
Faltaría agregar, ni más ni menos, la Declaración Universal de los Derechos del Animal dictada en 1978 en Londres cuyo Preámbulo cita: "…considerando que todo animal posee derechos y considerando que el reconocimiento por parte de la especie humana de los derechos a la existencia de las otras especies de animales constituye el fundamento de la coexistencia de las especies en el mundo…"

A pesar de tanto avance tanto en el Derecho Comparado, Argentina continúa considerándolos cosas, aún con un Código Civil y Comercial recientemente modificado y con una vieja pero ejemplar Ley Penal 14346 (la llamada "Ley Sarmiento") del año 1954 que considera a los animales "víctimas" de actos de crueldad y maltrato, imponiendo una pena de 15 días a un año de prisión a quienes incurran en las conductas prevista por dicha ley.

No obstante, y como no se puede más que evolucionar, en nuestro país existen gran cantidad de proyectos de ley en todos los niveles (nacional, provincial, municipal y comunal), leyes provinciales, recientes fallos históricos que sientan precedentes mundiales al reconocerlos titulares de derechos, audiencias públicas por casos de maltrato animal y querellantes.
Institutos y Comisiones de Derechos de los Animales en los Colegios de Abogados de todo el país, abogados especializados, cátedras de Derecho Animal en universidades. Cursos, talleres, jornadas y congresos con una constancia y concurrencia antes impensada. Oficinas exclusivas y centros de denuncias dentro del Ministerio Fiscal (Rosario es la única ciudad que goza de ese privilegio) y, por si fuera poco, ONGs, grupos y fundaciones en permanente crecimiento.

Si ahora miramos hacia atrás podemos ver que una ampliación de la teoría de los derechos era inevitable. Y llegó para quedarse. Difícilmente, y no sin incurrir en injusticias, pueda mantenerse la idea de que los derechos son un privilegio sólo de la especie humana.

2 COMENTARIOS

  1. Brillante análisis de la evolución de este sector del derecho que merece su lugar, y por el cual quienes nos dedicamos al derecho vamos a seguir bregando.

  2. Excelente!!! Saber que las cosas se hacen y se hacen bien nos deja ese sabor de felicidad, el trabajo y el esfuerzo son reconocidos y la mejor recompensa es para "ellos"...seguro que queda un largo camino aún de aprendizaje pero vamos subiendo el primer escalón para no deternos en esta lucha contra el.maltrato...gracias Doctora por esta labor tan sensata y meritoria!

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