Casi 5 décadas plantando arroz
"Pepe", tal como se lo conoce en su Concordia natal, comenzó a plantar arroz en el año ´74, cuando circunstancias familiares lo llevaron a hacerse cargo, con veintiún años, del campo en el que su padre había iniciado el cultivo algunos años atrás en un lote de quince hectáreas. Desde entonces, ha plantado ininterrumpidamente y hoy es uno de los principales productores de arroz orgánico de la Argentina.
En sus inicios, se sumó a un grupo CREA para compartir experiencias y conocimientos, y con un motor que le prestó un amigo y una bomba, hizo la primera arrocera de setenta hectáreas, que fue un éxito en términos de rendimiento y comercialización. Paulatinamente fue aumentando el área y llegó a hacer cuatrocientas hectáreas de arroz con pozos y pasturas por año.
En paralelo a su actividad como productor, integró FECOAR (Federación de Cooperativas Arroceras Argentinas) en representación de la Cooperativa "San Martín" de Los Charrúas. Acompañando a su presidente en viajes comerciales para concretar ventas de arroz argentino o comprar repuestos de maquinaria, recorrió numerosos países en varios continentes.
Apasionado por el arroz orgánico
Durante la última década, el entrerriano se ha dedicado a su nueva pasión, el arroz orgánico. Comenzó plantándolo en campos de terceros y exportando pequeñas cantidades, mientras aprendía las particularidades de este nuevo negocio, que requiere certificar campos y seguir procesos de producción minuciosos.
Con la llegada de la electrificación rural a la zona de El Redomón-La Querencia, en el Departamento Concordia, hace pocos años, pudo comenzar con el cultivo de orgánico en lotes propios d.l campo familiar.
Al respecto, reflexiona: "hacer orgánico no es nada fácil, requiere mayor control y ser muy prolijo, los rendimientos son menores, pero a lo largo de estos años hemos aprendido su manejo en un trabajo en equipo con especialistas en el tema y tenemos un sistema sustentable".
Guidobono hace un balance positivo de los años recorridos: "Los desafíos fueron muchos, pero mi determinación por desarrollar este cultivo tan noble, el apoyo de mi familia y los viajes me ayudaron a alimentar esta pasión por el arroz, que me ha acompañado toda la vida. Estoy agradecido del camino que he podido transitar".
Fuente: Fundación Proarroz - El Entre Ríos