Malestar en una localidad entrerriana por la tala de añejos árboles

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Vecinos de la localidad de María Luisa, departamento Paraná, manifestaron su enojo ante el corte de añejos árboles. Los mismos estaban en la plaza central del pueblo, donde también se encuentra la Parroquia Santa Ana, cuya construcción comenzó en 1892 y finalizó en 1904.

Según indicaron, quien habría tomado la decisión de deshacerse de la arboleda sería el propio cura párroco del lugar. Siempre según voces extraoficiales, para llevar adelante la tarea se habría contratado a una empresa, que a cambio del trabajo se quedó con la madera.

Sin embargo, la noticia fue rechazada por gran parte de los vecinos, quienes se manifestaron a través de los medios de la zona y las redes sociales. "Es un arrebato a la historia viva de todos los aldeanos"manifestó el usuario Iván Taylor, en un extenso posteo a través de su cuenta en Facebook.

El posteo completo en Facebook:

Hace un tiempo pasé con mis hijos por ahí. Me preguntaron por qué esos árboles tenían barba. Les dije que eran árboles viejos, les conté la historia de los días en que jugamos a las escondidas entre ellos, de los partidos de fútbol "gol-gana" por todas las finales del mundo, en que esos árboles sirvieron de límite imaginario de la cancha. Les dije que después pusieron un tejido y arcos amarillos y que íbamos siempre a jugar. Que fueron testigos de la infancia de varias generaciones, del paseo de los visitantes, del trajín de todos los días también.

Cuando me preguntaron por qué la canchita no estaba más, por qué no había gurises jugando, no quise decirles que la única razón era que la risa de tantos chicos juntos le habrá molestado a alguien y que por eso también sacaron los juegos del otro sector de la plaza de la Iglesia, frente a la escuela. Así de a poco, le fueron quitando la vida al corazón de la aldea, desde el cual en algún tiempo se escuchaba música por altoparlante, bullicio de hamacas alegres, reuniones de jóvenes "en lo del cura".

Los recuerdos son mojón que señala aquellos lugares de los cuales venimos. Por tanto, son una parte central de la identidad de un lugar y de la gente que vive en él. Cuando vi esta foto me quedé en silencio, como si el rayo de Cortázar me hubiera dado en el pecho, pero no de amor, sino de espanto (más borgeano, si se quiere).

Desconozco las razones pero me cuesta pensar que haya una que explique este arrebato a la historia viva de todos los aldeanos que han hecho, sin mediar consulta, sin escuchar propuestas de la gente.

Y tampoco sabré qué decirles a mis hijos cuando en la próxima caminata los árboles no estén y yo sienta la vergüenza ajena de reconocer que algunas personas son capaces de arrogarse el derecho de todos de elegir cómo queremos que sea nuestro pueblo.

El ántes y el después 

Otro de los vecinos, mostró cómo lucía el espacio público previo a la extracción de los árboles y luego, ya con las especies cortadas en trozos en el suelo.

1 COMENTARIO

  1. Pero que autoridad tiene este hombre para hacer tamaño desastre?? Nadie lo pudo frenar?? Qué barbaridad Dios mio. Sin palabras

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