El último año, por primera vez, se pudo concretar un monitoreo del mosquito Aedes aegypti, durante todos los meses de la temporada donde está activo el vector (que va desde octubre hasta fines de mayo), con participación de más de 15 municipios. En este nuevo período se aspira a repetir la experiencia y sumar nuevas comunas al seguimiento.
A través de sensores, repartidos en todo el ejido de los municipios participantes, se pudo conocer la distribución, el comportamiento y la presencia o ausencia del mosquito en determinados lugares. "Esto constituye una importante herramienta para diagramar las actividades o tareas que se van a llevar adelante; priorizando zonas o barrios del municipio en donde se observan índices más altos; y también para evaluar las acciones", señaló el responsable del Programa Provincial de Zoonosis y Control Vectorial, Jerónimo Garcilazo Amatti.
El proyecto se extendió ininterrumpidamente durante el período monitoreado (de octubre 2020 a mayo 2021). Así, con los índices obtenidos se pudo hacer un informe final, con una evaluación de los municipios participantes (de toda la temporada y con detalle mes a mes) y se elaboraron mapas", completó el profesional.
Previo a este informe, nuestra provincia no tenía un estudio del mosquito a gran escala, que contemplase muchas ciudades y con una producción de información en tiempo real. Considerando esta situación y que las epidemias de Dengue más importantes en Argentina ocurrieron en los años 2009, 2016 y 2020, las tres en creciente intensidad, es que se consideró prioritario llevar a cabo un monitoreo que permitiera detectar la abundancia del vector en distintas áreas a lo largo de los meses cálidos, con una periodicidad semanal.
Para llevarlo adelante se firmaron cartas compromiso con los municipios, por las cuales las comunas se comprometían a designar una persona responsable de ejecutar el proyecto; mientras que de parte del Ministerio de Salud, en articulación con el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), se brindaron capacitaciones y se proporcionó un manual con el protocolo de trabajo para poder registrar la información bajo los mismos criterios, lo que permitió realizar la emisión de datos en un mismo formato.
La especialista del Departamento de Ecología, Genética y Evolución – Instituto de Ecología, Genética y Evolución de Buenos Aires (EGE-Iegeba- Conicet), Nora Burroni, expresó: "Estamos muy satisfechos con la experiencia inicial y este año ya estamos comenzando de vuelta, con esto que incluye un montón de cosas: no sólo el monitoreo sino también la capacitación a las personas que van a llevarlo adelante, asesoramiento durante todo este período y también más adelante, en la temporada de invierno, donde se realizan las descacharrizaciones invernales a partir de la información que se genera durante el verano".
Uno de los objetivos del proyecto es contribuir en alternativas de control que sean amigables con el ambiente (sin la aplicación de insecticidas), además de brindar una proyección con un mapa de riesgo.
Entre las acciones acopladas al monitoreo, los municipios han tomado medidas como facilitar camiones y personal para retirar los elementos en desuso de los domicilios, a fin de reducir los bancos de huevos que fueron depositados en la temporada cálida anterior. Son tareas que se hacen en invierno sobre las zonas donde los mapas indican que se deben focalizar las tareas.
También se hace hincapié en el aspecto de la divulgación: "La gente ya maneja la información, conoce mucho, pero el gran desafío es que pase a la acción, ya que eso implica cambiar o incorporar hábitos, y es algo muy difícil de lograr de forma sostenida. Por eso se insta a concientizar, ya sea de casa en casa, ofreciendo charlas, a través de medios de comunicación o en instituciones de la sociedad civil, porque una parte importante de las medidas de control ocurre en las casas", completó Burroni.
Acerca del monitoreo
Inicialmente se capacitaron 38 ciudades, de las cuales 18 iniciaron el monitoreo en la temporada 2020-2021. El estudio se pudo llevar a cabo de manera sostenida en 16 localidades (Basavilbaso, Caseros, Chajarí, Concordia, El Pingo, Federación, Gualeguaychú, Hernández, Herrera, Maciá, María Grande, Rosario del Tala, Tabossi, Viale, Villa del Rosario y Villa Elisa), de ocho departamentos de la provincia; y se detectó presencia del mosquito en todas las ciudades monitoreadas.
Se calcularon los valores promedio mensuales de los indicadores para cada ciudad, determinando que en general ascienden con los meses más cálidos, marcando un pico en febrero y marzo.
En tanto que el último martes se abrió el nuevo período para realizar el monitoreo a través de ovitrampas: "Se hizo la apertura con las comunas que participaron del estudio anterior, vía Zoom, porque ya empezaron a elevarse las temperaturas y el mosquito puede estar presente en muchas localidades; y también para empezar a brindarles nuevas herramientas a los referentes municipales, que tienen que ver con un nuevo software de recolección de datos para el levantamiento de índices de manera mucho más ágil y la creación de mapas de riesgo", explicó Garcilazo Amatti.
Cabe recordar que, si bien quedó opacada por el Covid, en la temporada de verano de 2020 ocurrió la peor epidemia de Dengue para la Argentina y Latinoamérica; y al año siguiente las fronteras estuvieron bloqueadas, pero ahora que vuelven a abrirse es importante estar alertas ante un posible reingreso del virus.
Entre las ventajas del método utilizado, se puede mencionar que el sistema permite el monitoreo del vector que se reproduce en las viviendas aunque no sea posible acceder a ellas: El operador puede recorrer las zonas caminando y realizar rápidamente el recambio de los dispositivos y además se puede capacitar fácilmente para esta tarea.
El seguimiento permite saber cómo está el mosquito semana a semana y de forma espacial (no sólo en cantidad); y este informe semanal proporciona los datos necesarios para tomar medidas de control y prevención rápidamente.
Importancia de controlar el mosquito
El Aedes aegypti es el vector de diferentes virus (como el Dengue, Zika, Chikungunya y la Fiebre Amarilla Urbana), y tiene hábitos domiciliarios (dentro de las viviendas o sus alrededores), se cría en recipientes artificiales y también en axilas de algunas plantas que acumulan agua en las casas o sitios lindantes. Este comportamiento aumenta su capacidad de transmisión de patógenos, de allí la importancia de controlarlo.
Además, desde el área de Zoonosis se remarcó que, en toda la provincia, se observa un aumento de la población del mosquito a medida que se incrementan las temperaturas. Esto significa que su ciclo de vida se acorta llegando a ser óptimo en una semana aproximadamente. Por lo tanto, es importante sostener las acciones de descacharrización y las formas de control: lavado, cepillado y agua hirviendo para matar huevos en los recipientes que han contenido agua; echar agua hirviendo en rejillas; destapar desagües; y la eliminación de los objetos inservibles, previo tratamiento con agua hirviendo.
También es fundamental sostener las medidas, dado que un mosquito puede poner entre 60 y 100 huevos cada dos días, por lo que si no se mantienen los cuidados, en pocos días se recupera la población del vector.