Por Miguel Ruiz de Arcaute
Construida en 1998 y en pleno funcionamiento desde 2000, la EEI es la obra más compleja creada por el hombre. Mide igual que un campo de fútbol: 100 metros de largo y 80 de ancho. Y pesa 455 toneladas. Con esas dimensiones mastodónticas, la NASA necesita una suerte de 'grúa' que lo dirija hasta que termine desplomándose por su propio peso en la zona de caída designada. Y es ahí donde entra en juego el papel crucial del llamado Vehículo de Desorbitación de EE.UU. (USDV).
Según ha informado la agencia, el USDV consistirá en un nuevo diseño de nave espacial o bien en la modificación de una ya existente. Entre algunos de sus requisitos, se precisa que tenga la potencia suficiente para 'arrastrar' la EEI, así como capacidad de recuperación de anomalías para continuar con el proceso crítico de desorbitación llegado el momento.
El plan de la NASA es descender la EEI de los 400 kilómetros a los que orbita normalmente a 120, altitud a partir de la que ingresará a la atmósfera por su propio peso, calcinándose y precipitándose en forma de escombros sobre el océano Pacífico. Este descenso constará de dos fases: en la primera, la NASA dejará caer la EEI de 400 a 280 kilómetros por la resistencia atmosférica.
Alcanzado ese punto de no retorno, el USDV la remolcará hasta una altitud comprendida entre 120 y 80 kilómetros sobre la superficie. En ese momento, la estación orbital caerá por sí misma a unos 30.000 km/h sobre el llamado Punto Nemo, una extensa área de unos 165 millones de kilómetros cuadrados en el Pacífico que desde hace décadas sirve como 'cementerio' de naves espaciales. El Punto Nemo es la zona más alejada de tierra de todo el mundo, de ahí su interés para una operación como esta.
La EEI, que ha servido como laboratorio de microgravedad y ha alojado a cientos de astronautas en sus más de 20 años de servicio, comienza ya a acusar desgaste en su estructura, y es por eso que las agencias espaciales de EE.UU., Japón, Canadá y Europa han decidido 'jubilarla' para 2030. Su función, sin embargo, no quedará vacante, y la NASA quiere suplirla contra otra estructura similar una vez quede desmantelada.
Fuente: El Debate