En este contexto, se conoció un dato que enciende las alarmas del Gobierno. Las ventas de productos de consumo masivo cayeron 16,1% interanual en julio, siendo el peor mes del año. En tanto, la pérdida acumulada en los primeros siete meses de este año es del 9,6%. Así lo reveló la consultora Scentia en su último informe.
El precio promedio ponderado mantiene la desaceleración, en línea con la ruta de la inflación, ubicándose en 270,7%. Como contracara, pese a este buen indicador, la venta promedio, es decir, lo que consume la gente cayó de 232.3% a 211,2%. El gap entre estos valores refleja la crisis de los argentinos que deben sacar productos del changuito porque el sueldo -o jubilación- no les alcanza.
Qué productos se dejan de consumir
Todas las canastas sufrieron retrocesos en sus ventas en ambos canales: supermercados y autoservicios, incluso, varias con caídas de doble digito. En la comparativa intermensual lideraron las bajas:
- Impulsivos (chocolates, alfajores, turrón, chocolates, caramelos) cayó 25,5%.
- Bebidas con alcohol se retrajo 25,2%.
- Bebidas sin alcohol bajó 23,7.
En lo que fue específico de julio:
- Impulsivos (chocolates, alfajores, turrón, chocolates, caramelos) cayó 26,7%.
- Bebidas sin alcohol se retrajo 24,3%.
- Bebidas con alcohol bajó 223,6%.
No hay grandes diferencias entre el comportamiento de ambos canales en la mirada total país, sin embargo, los Autoservicios muestran una situación bastante mas acentuada, por lo negativo, en el interior.
"Recordemos que las bases de comparación juegan un papel importante, dado que supermercados comparan con un +7,4% mientras que los Autoservicios lo hacen con un -7,2%", analizó Osvaldo Scentia, director de la consultora.
Si se observa solo el comportamiento de junio, y se compara el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) con del interior del país, el consumo cae en lo que son "gustitos". Coinciden en los rubros, pero la baja es más profunda en el segundo caso. Hay hasta 20 puntos porcentuales de diferencia entre ambas regiones.
Estas cifras no solo reflejan que los bolsillos están flacos, sino también un cambio de hábitos. La clave está en llegar a fin de mes y se prioriza satisfacer las necesidades básicas de alimentación e higiene. En este sentido, las segundas y terceras marcas ganan espacio.
Fuente: Mdzol - Brenda Funes