Jorge Adolfo Ríos, el jubilado que mató a uno de los cinco delincuentes que entraron a robar a su casa de la ciudad bonaerense de Quilmes, habló por primera vez tras el hecho y lamentó lo sucedido.

«No soy un delincuente. Me siento mal, yo no nací para matar a nadie, pero tampoco para que me entren a robar tres veces en una noche», sostuvo el hombre de 71 años, quien está acusado de «homicidio agravado» y permanece con arresto domiciliario.

De acuerdo con la investigación, el jubilado ahuyentó a los cinco ladrones que ingresaron a su casa disparando una pistola calibre 9 milímetros. Luego, salió al encuentro de uno de ellos, que se encontraba tirado en la calle y volvió a dispararle en medio de un forcejeo.

«Tengo a mi comadre, que está al lado de mi casa y tiene 80 años. Cuando saltaron para ahí pensé: ¿Y si la toman de rehén? Pensé mil cosas. Lo único que quiero decir es que yo no soy un delincuente», justificó su accionar el jubilado en radio La Red.

Más tarde, Ríos le envió un mensaje a la familia del ladrón asesinado. «Yo no quise en ningún momento que perdieran a esa persona. Mis condolencias totales, pero era mi vida», sostuvo.

Ante esta afirmación, el periodista Jonatan Viale le preguntó a Ríos si el sentirse amenazado fue lo que lo llevó a disparar, a lo que el jubilado respondió: «Sí, por supuesto. Él tenía un destornillador. Fue todo tan fugaz que todavía estoy tratando de ordenarlo«.

Por su parte, Hugo Icazati, el abogado de Ríos, se refirió al video en el que se va a su cliente junto al ladrón en plena calle. Al respecto, argumentó que en las imágenes no se observa el «fogonazo» propio de un disparo ni tampoco la supuesta arma homicida.

«Hay que esperar el resultado final de la autopsia para ver si alguna de las heridas que pudieron haber producido la muerte de la persona tiene esa quemadura que se correspondería con un tiro a menos de 50 cm«, explicó.

Aunque no descartó la posibilidad de que el jubilado haya usado la pistola fuera de la vivienda, solo confirmó el uso del arma dentro de la misma. «Él disparó en tres o cuatro oportunidades, y está seguro de que una (bala) le dio (a un ladrón) en la pierna«, indicó.

A la espera de las pericias, argumentó que su cliente es «inocente hasta que se demuestre lo contrario» y sostuvo: «Hoy estamos ante un caso de legítima defensa. Ésta no termina en el límite del domicilio, sino cuando cesa la actitud hostil o el peligro».

Fuente: Mdzol