Las petroleras obtuvieron este viernes luz verde del Gobierno para aplicar un aumento del 8% promedio durante la primera quincena del año que viene. Entre el 10 y el 15 de enero, el precio de los combustibles se incrementará un 8%, según acordaron ayer ejecutivos del sector en una breve reunión que mantuvieron con el ministro de Energía, Juan José Aranguren.
En el encuentro también se abordó la convergencia del precio internacional del petróleo con el local, que se hará entre enero y junio de 2017. Esta situación emparejaría el comportamiento de los surtidores locales con los del resto del mundo.
YPF es la empresa líder del mercado, con más del 55% de participación. Con la remarcación, el litro de nafta súper superará los $ 18 en Buenos Aires, mientras que el combustible premium cruzará la barrera de los $ 20, y hasta podría quedar cerca de los $ 21.
En el ministerio de Economía y el Banco Central le habían pedido a la jefatura de Gabinete que no avalara ese nivel de aumentos, para no alimentar la expectativas de inflación para el año que viene. En ese sentido, Aranguren abordó ayer el próximo aumento, de aplicación en enero, pero no se refirió a los siguientes.
En encuentros anteriores, Aranguren les prometió a las petroleras que habrá otros incrementos en 2017.
Durante este año, las petroleras aumentaron los precios tres veces, subiendo los importes en un promedio del 31%. Hubo una cuarta suba -en noviembre- que la industria estuvo esperando, pero no se concretó.
"Si yo les preguntó a ustedes cuál fue el aumento promedio de los precios de la economía de este año, todos van a decir un valor que esté cerca de 37%,40%,42%, mientras que los combustibles aumentaron un 31% en el año. O sea, que este año, (combustibles) tuvo un aumento negativo con respecto a los precios de la industria", dijo Aranguren en una exposición reciente sobre la colaboración de distintos ministerios (Energía, Transporte, Producción) al desarrollo agropecuario.
"Creo que también el año próximo, el aumento de los combustibles, dependiendo de las expectativas que tenemos de precios internacionales y evolución del tipo de cambio, va a estar debajo del valor de este año", puntualizó el ministro en esa disertación.
Entre 2007 y 2014, el barril de petróleo estuvo entre los US$ 60 y US$ 85 (con picos por arriba de los US$ 90 y la excepción de la recesión global de 2009), pero las petroleras locales no pudieron captar ese beneficio, ya que el kirchnerismo les impuso restricciones a las exportaciones. De esa forma, se privaron de obtener ingresos que si tuvieron las compañías de la misma actividad en otros países.
En 2015, los valores del petróleo internacional comenzaron a hundirse, pero las petroleras locales no bajaron los precios en surtidores, sino que siguieron aumentándolos. Eso fue porque su estructura de costos estaba armada en los precios que obtenían del consumo doméstico. La industria y el Gobierno habían pactado un precio de "barril criolllo", que despegaba a la Argentina del resto del mundo, pero garantizaba estabilidad laboral al sector.
Cuando Aranguren asumió en el ministerio de Energía, propuso la convergencia de los precios internacionales del petróleo con los locales. Todo indica que lo logrará en 18 meses de gestión.
En el borrador que circula entre el ministerio de Energía y las petroleras, se establece que los productores de petróleo liviano (el de mayor consumo en las refinerías locales) recibirán US$ 59 por barril en enero, pero esa cifra irá cayendo hasta US$ 55 en junio, donde la industria se regirá por libre oferta y demanda. Ayer, el precio del WTI (la referencia internacional para petróleo liviano) estaba en US$ 53.
El precio promedio de nafta en el mundo es de US$ 0,97. En la Argentina, quedaría cerca de US$ 1,20 tras el próximo aumento. Los expertos locales se enojan con esa comparación. Dicen que la carga impositiva local (más del 41% en la nafta premium, por ejemplo) distorsionan la comparación internacional.