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En la Argentina, 1 de cada 3 hogares aún no tiene acceso a Internet

Según la estimación del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom), hay 8,8 millones de accesos de banda ancha fija para un total de 14 millones de hogares. En los últimos 10 años casi se duplicó el porcentaje de hogares con acceso a Internet fijo.

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Durante el primer informe de gestión en el Senado del jefe de Gabinete de Ministros de la Nación, Santiago Cafiero, la senadora de la Provincia de Buenos Aires Gladys González (Juntos por el Cambio), afirmó: "En Argentina 1 de cada 3 hogares no tiene acceso a Internet". 

Ante la consulta de Chequeado, el equipo de prensa de González explicó que la senadora opositora hizo referencia al acceso de internet fijo en los hogares. Además, enviaron un informe del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) sobre la gestión del organismo durante la Presidencia de Mauricio Macri, entre 2015 y 2019, donde se sostiene que, para el final del mandato, el 64,5% de los hogares argentinos tenían acceso fijo a internet.

Desde Enacom, por su parte, señala en un informe actualizado que en el primer trimestre de 2020, el 62,9% de los hogares cuenta con acceso a Internet fijo. Por lo tanto, el 37% no posee este servicio, un porcentaje similar al citado por González.

¿Cómo se llega a este número?

"Enacom toma la información de los operadores de conectividad fija, por lo que podemos considerar sus datos como confiables", explicó Martín Becerra, doctor en Ciencias de la Información e investigador del Conicet. A diferencia de las tecnologías de internet móvil, como el 3G o 4G, la conectividad fija mantiene una conexión permanente a internet en los hogares.

Para poder obtener el porcentaje de hogares con conectividad fija, el Enacom utiliza, por un lado, la cantidad de accesos que le informan las empresas prestadoras del servicio. Es decir, que si una empresa tiene 1.000 entradas, le transmite este dato al Enacom. Para el primer trimestre de 2020, la cantidad de accesos informados por todas las empresas fue levemente superior a los 8,8 millones. Este número se lo divide por la cantidad de hogares que el INDEC proyectó para 2020 -en base al Censo realizado hace 10 años-, alrededor de 14 millones. Así, se obtiene el porcentaje ya mencionado, 62,9%.

Enrique Carrier, analista del mercado de las telecomunicaciones, sostuvo que, a pesar que el método es fidedigno, "no necesariamente estos 8,8 millones de accesos de banda ancha fija van directamente a hogares: una parte de estos accesos pueden ser para comercios o empresas que no funcionan como hogar". Y agregó: "Si tenemos en cuenta esta porción, el porcentaje de accesibilidad a internet en hogares debería ser menor al informado", en línea con lo que argumenta González para pedir al Gobierno que tome como prioridad políticas de Estado para garantizar la conectividad de todos los hogares y que puedan trabajar o estudiar.

Sobre el punto de Carrier, Becerra apuntó que "es difícil poder corroborar estos datos" ya que "para saber exactamente el número, deberíamos saber cuántos comercios o empresas acceden a banda ancha fija, y saber, por ejemplo, cuáles de estos comercios no están integrados a propiedades que también funcionan como hogares".

Desde el equipo de Prensa de Enacom respondieron que "las empresas prestadoras no informan si la conexión se hizo en un hogar o un comercio", por lo que es imposible obtener un número exacto de accesibilidad a internet, aunque entienden que este número podría bajar el porcentaje. Sin embargo, agregaron que "tampoco podemos acceder al 100% de las empresas prestadoras, o también muchas empresas sub-declaran la cantidad de clientes", por lo que, aunque no saben en qué medida, esto podría "compensar la balanza".

Un dato similar brinda la Encuesta Nacional de Consumos Culturales de 2017 realizada por el Ministerio de Cultura de la Nación, según la cual el 63,5% de los hogares tiene conexión a internet. El 36,5% restante de los hogares no tienen conexión a internet, en línea con lo marcado por la senadora.

Otras cifras oficiales

Según datos del INDEC, la cantidad de hogares con acceso a Internet para fines de 2019 era superior, y alcanzaba al 82,9% del total. ¿Por qué este número no coincide con el que presenta Enacom? Esto se debe a que el INDEC obtiene sus datos a través de la Encuesta Permanente de Hogares, que no se realiza en todo el territorio argentino sino que sondea únicamente a los 31 aglomerados urbanos más grandes del país (ciudades con más de 100 mil habitantes).

Carrier explicó a Chequeado que "en zonas rurales o ciudades más chicas, la conectividad suele ser menor, por lo que es entendible que, tomando todo el territorio nacional, el porcentaje sea más bajo".

¿Cómo evolucionó la conectividad en el país y cómo es en el resto de Sudamérica?

Según los últimos datos disponibles del Enacom, en 2008 sólo 1 de cada 4 hogares contaban con conexión a Internet fija. Para 2014 este número alcanzó a la mitad de los hogares del país, hasta llegar en 2020 al 62,9%.

Para el resto de América Latina, la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) releva diversas estadísticas relacionadas con las tecnologías de la información y la comunicación, también conocidas como TICs. Según sus estadísticas para los años 2017 y 2018, la Argentina es el país con mayor conectividad de Sudamérica después de Chile. En tercer lugar se ubica Brasil junto con Uruguay, seguido por Colombia.

Fuente: Mdzol

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Plataformas freelance: ¿siguen siendo efectivas como oportunidad laboral?

En los últimos años, vienen ganando adeptos varias plataformas para freelancers que cuentan con muchos usuarios latinoamericanos. Ávidos de poder acceder a clientes de todo el mundo, se adentran en estos sitios para encontrar tareas sencillas y que conlleven pocas horas, aunque con la ventaja de poder valuar su trabajo remoto en dólares y generar contactos para futuras oportunidades laborales y fidelizar clientes.

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Por Gabriela Yalangozian

Parece una panacea, pero conseguir trabajar bajo la modalidad freelance a través de plataformas como Workana, Freelancer, Upwork o Fiverr, entre las más conocidas, no es tan sencillo como parece. En principio, se debe saber que estos portales  actúan como intermediarios entre clientes y autónomos. Y como todo trabajo remoto, existen pros y contras. 

El primer paso es crear una cuenta en cada una de estas plataformas, pero eso no es suficiente. Cada trabajador freelance tiene que tener un perfil que incluya sus mejores portfolios, habilidades, y capacidades, a fin de tener mejores chances de ser elegido por el cliente que busca uno o varios trabajadores para concretar determinadas tareas. Además, se debe saber que, si se consigue ese trabajo remoto, el portal recibirá un porcentaje de la paga que el usuario reciba.

Cada una de estas plataformas recibe un porcentaje de la paga que recibe por su trabajo remoto el freelancer. Foto: Freepik

Los portales de trabajo remotos más conocidos son:

  • Upwork

Es uno de los mercados freelance más grandes para profesionales independientes con clientes de todo el mundo. Pero si bien se publican miles de puestos de trabajo remoto, también la competencia es muy grande y es más difícil destacarse para ser contratado. Además, tiene un programa donde reclutadores emparejan al trabajador con clientes potenciales, con un pago por parte del aspirante a realizar la tarea. Existen también, diferentes niveles de perfil freelance en función del rendimiento, reseñas y cuánto dinero se gana en un año. 

Por otro lado, y como en todas estas plataformas, hay que tener cuidado de no caer en puestos de trabajo fraudulentos o «scammers» (estafadores). 

  • Fiverr

Fiverr funciona a través del ofrecimiento llamados "gigs" que se configuran según las habilidades del trabajador. Las gigs son paquetes de servicios con entregables y tiempos de realización predefinidos. Estos paquetes pueden tener hasta 3 niveles de entrega con diferentes precios, y permite a los clientes darle una propina a su contratado por un buen trabajo realizado. Fiverr es una de las pocas plataformas que también ofrece cursos para freelancers y autónomos.

Por otro lado tiene una gran variedad de ofertas que van de 5 a 995 dólares por oferta; y muchos clientes buscan contratar a algún freelancer pagando lo menos posible por trabajos sencillos, También tiene como contra que hay mucha competencia y es difícil conseguir los primeros clientes.

  • Workana

Workana es el mayor mercado freelance para profesionales independientes y clientes de habla hispana, y eso la hace también extremadamente competitiva. En esta plataforma, los clientes publican un proyecto y los freelancers se postulan enviando una propuesta. Si el cliente está interesado, recibes una respuesta y negocias los detalles antes de ser contratado. Lo malo es que, al ser muy competitiva, los clientes reciben decenas de propuestas por trabajo y los proyectos suelen pagarse a un bajo valor.

  • Freelancer

Freelancer es una de las plataformas freelance que tiene más años en el mercado y se pueden encontrar puestos laborales en más de 1.800 categorías. Para conseguir clientes hay que presentar una carta de presentación y «pujar» con otros frelancers por el puesto de trabajo con una propuesta concreta; si se logra calificar, puede ser incorporado por el cliente como proveedor de servicios. Otra forma es participar en concursos realizando el trabajo requerido, pero sólo se cobra si se es elegido como ganador. Lo bueno es que es una plataforma grande y con un flujo constante de proyectos. Lo malo es que la comisión es elevada y que, de no ganar un concurso, se trabajó sin obtener rédito alguno.

Otras plataformas no tan conocidas en Argentina pero que funcionan de una manera similar son Toptal, Guru, 99Designs, People Per Hour, We Work Remotely, Outsourcely, ServiceScape y Writer Access, entre muchas otras.

MDZ dialogó con distintos argentinos que tuvieron experiencias con estas plataformas. Algunas buenas otras nulas. Foto: Freepik

Experiencias de distinto tipo

Carolina Martino es mendocina y comunicadora social. En septiembre del año pasado tuvo la iniciativa de crearse un perfil en Upwork para poder tener un ingreso extra y en dólares. «Desde entonces hasta ahora, únicamente concreté un solo trabajo en el que me pagaron 20 dólares por un artículo de 600 palabras. La plataforma se quedó con una comisión del 20%, por lo cual gané 16 dólares en total. Pero como el monto no llega al mínimo, nunca lo pude retirar», explicó a MDZ.

«Muchos de mis colegas que conozco te van a decir lo mismo. Es más, algunos ni siquiera han tenido la experiencia de haber concretado algún trabajo. Yo me metí en Upwork y a las dos semanas salió ese laburo. En este rubro, es difícil. Por ahí diseñadores gráficos o editores de video puede que tengan un poquito más de salida laboral. Pero tampoco es que hacen un gran diferencia», aseveró.

«En la mayoría de las plataformas te pide que llenes un perfil y obviamente, de acuerdo a tus antecedentes y a tu currículum, podés acceder a diferentes trabajos. En Workana, vos podés hacer correcciones o transcribir audios, pero esas tareas son las que más postulantes tienen. Y finalmente realiza el trabajo quien menos dólares por hora cobra. Tanto así que, al final, no te conviene postularte», analizó Carolina.

«Creo que uno se mete con muchas expectativas de lo que realmente estos portales tienen para ofrecer. Quizás sea el nicho, la comunicación, que está medio colapsado. Para mí, uno de los grandes defectos con Workana, por ejemplo, es que no hay un feedback con un posible cliente. Hay veces que un solo puesto tiene con mil propuestas de distintos aspirantes», reflexionó.

«Llega un momento donde la autoestima pesa y decís: ´bueno, evidentemente esto no es para mí´. Antes era muy conveniente por el pago en euros o en dólares. Hoy, sinceramente, no conviene. No solo porque no podés sacar el dinero, sino porque te cobran impuestos para poder pasarlo a pesos. Yo hoy las he dejado de lado directamente», concluyó.

«Antes era muy conveniente por el pago en euros o en dólares. Hoy, sinceramente, no conviene», señaló la mendocina Caro Martino. Foto: Freepik.

Carlos Gaia es programador y contó a MDZ que la experiencia que tuvo junto algunos de sus ex compañeros de trabajo. «Entré en su momento como freelancer a ver de qué se trataba. Y bueno, son trabajos concretos que tienen un formato que es al estilo subasta. Ocurre que tenés que competir por ese mismo trabajo con programadores de Bangladesh, de la India, de China… Y algunos que están muy especializados y ya tienen los diseños como ´prefabricados´, por decirlo de alguna manera», explicó.

«Por esta razón, a mí nunca me llamó la atención, no me parecía rentable. A otros compañeros les pasó lo mismo. Lo que sé es que quienes no tienen mucha experiencia, ingresan a Bellatrix, ahora que es de Globant, y empieza por ahí. Pero si ya tenés un título de ingeniería en sistema, una licenciatura o tenés tres o cuatro años de experiencia, no te rinde tampoco hacer experiencia allí. Te conviene trabajar en relación de dependencia o directo para algún cliente por contrato, más que buscar tareas remotas a través de este tipo de plataformas«, aseguró.

La experiencia de Florencia Potter, fotógrafa de CABA, que hoy está viviendo en París, fue diferente a la de Carolina o Carlos. Ella empezó hace cinco años en estas plataformas y se hizo una cartera de «clientes referidos». «Hoy solamente entro a estos portales, si se me ´cae´ algún cliente», señaló a MDZ.

«Upwork, Fiverr, Workana, Freelancer, trabajé con varias de ellas. Lo que tenés que buscar es clientes, no trabajo», aconsejó

«Si no tenés un oficio o una carrera, podés aprender una profesión de esas que antes no existían como esto de ser asistente virtual que es como un secretariado remoto que calendariza compromisos. También podés hacer tareas de contenido para redes o branding digital», ejemplificó.

«Hay mucha competencia, es sí. El tema es persistir y armar un muy buen perfil. Mi sugerencia a aquellos que quieran ingresar es que se lo tomen como lo hacen en una búsqueda de trabajo normal. Es decir, dedicarle cuatro horas aplicando a trabajos, mandando CV, etc. Sin dudas, puede convertirse en una forma de obtener ingresos extra. Pero, si querés, hasta podes vivir del trabajo remoto como freelance si vas enganchando clientes y la ´rueda´ comienza a girar», afirmó Florencia. 

Fuente: Mdzol

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