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Desarrollo

El plan para explorar Vaca Muerta que ilusiona al Gobierno

En febrero comenzaría la perforación del primer pozo que YPF hará para explorar el lado mendocino de la formación Vaca Muerta. El área está en Mendoza, pero la logística depende de Neuquén por la falta de recursos provinciales. Cómo es el plan y por qué necesitan agua del Río Colorado.

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El yacimiento está en Mendoza y es una de las esperanzas, quizá sobredimensionadas, del Gobierno para desarrollar el lado local de la formación Vaca Muerta. Pero la logística y el movimiento que se necesita para desarrollarlo vendrá desde el otro lado del Río Colorado, en Neuquén. La petrolera estatal YPF hará los dos primeros pozos exploratorios no convencionales en Mendoza para evaluar el potencial que tienen. La intención es comenzar la perforación durante la segunda quincena de febrero y tres meses después, cuando ya hayan llegado a la «roca madre» (a más de 2 mil metros de profundidad) hacer fracking para liberar el petróleo.

El proyecto estaba pautado para el año pasado, pero las demoras en la prórroga de las áreas petroleras lo pospuso. Ese requisito se cumpliría, pues Rodolfo Suarez firmó el Decreto extendiendo por 10 años los permisos, aunque la medida no se ha hecho oficial a través de la publicación en el Boletín Oficial. La empresa ya prepara la locación para que luego ingresen los equipos de perforación primero y luego de fractura, lo que implica un movimiento fuera de lo común para la zona. Los estudios ambientales y particularmente los hídricos ya están terminados.

La reglamentación indica que para hacer fracking en Mendoza se debe usar agua de formación, es decir reutilizar los recursos de la propia industria petrolera. En este caso no existe esa posibilidad porque no hay yacimientos cercanos y, donde hay, el agua de retorno ya se emplea. Por eso Irrigación autorizó el uso de agua del Río Colorado, que será almacenada y se generará un circuito interno.

En total se prevé emplear a unas 67 personas por pozo, más la mano de obra indirecta y el movimiento que genera. En ese caso comienzan a aflorar los problemas que arrastra Mendoza por la caída en la actividad petrolera de los últimos años.

Es que gran parte del movimiento vendrá desde Neuquén, particularmente desde Rincón de los Sauces, la capital de Vaca Muerta. También de la base logística que tiene YPF del otro lado del Río Colorado, en El Portón. El poblado más cercano es en realidad Pata Mora, donde hay escuela, centro de salud y policía. Pero no recursos necesarios para el desarrollo económico y ser una base logística para la actividad energética, como suele prometerse. «El acceso al área de influencia del proyecto se describe desde la localidad de Rincón de Los Sauces (provincia del Neuquén) (…) El centro urbano de importancia más cercano es la Localidad de Rincón de Los Sauces , la misma se encuentra a 59,2 km en línea recta hacia el Sureste del área del proyecto. La misma es de gran importancia para el área dada la capacidad operativa y de servicios que presenta», describe el proyecto. El nivel de desarrollo de esa industria de uno y otro lado del río es muy diferente. Mientras que en Mendoza la actividad está en decadencia, en Neuquén hay un boom gracias a, justamente, el petróleo y gas no convencional. Por eso que la logística venga desde Neuquén responde más a las carencias locales que a otra cosa. Desde hace años se prometen inversiones en Pata Mora y el aprovechamiento de la base de Potasio Río Colorado, pero nada de eso ocurrió. 

La exploración y explotación no convencional consiste, en este caso, en perforar a grandes profundidades para llegar a la «roca madre» donde hay petróleo y gas atrapado. Para liberar esos recursos, se inyecta agua con aditivos a alta presión con el fin de quebrar la roca; se agrega arena especial y luego se aprovechan los hidrocarburos. El intento de YPF es el segundo que se hace en Mendoza. Petrolera El Trébol fue la primera en explorar el lado mendocino de Vaca Muerta y consiguió una concesión por 30 años. Pero el proyecto fue abandonado porque no dio los resultados esperados. En base a ese plan se hizo la reglamentación vigente que hay en la provincia para el fracking

El plan de YPF

La petrolera estatal tiene un plan de inversión de 17 millones de dólares para explorar el lado mendocino de Vaca Muerta. Antes, hubo largas negociaciones, idas y vueltas y presiones cruzadas para que se concrete o, incluso, se frente. Incluso las áreas ya habían caducado por la demora en la extensión de las concesiones. Hay quienes creen que hubo frenos internos en el Ejecutivo para forzar que la empresa provincial EMESA fuera parte, cuestión que rechazan en la petrolera estatal. La inversión es parte del plan de la empresa estatal para la provincia y que fue destrabado con la firma de un convenio en el que ambas partes «resignaban» reclamos cruzados. 

La exploración se hará en los pozos YPF Paso Bardas Norte y Agua Negra. En ambos se hará estimulación hidráulica para extraer petróleo de la roca madre. Son pozos horizontales. Primero se perfora  a más de 2500 metros de profundidad, y luego se avanza de manera horizontal otros 1000 metros. Si los trabajos comienzan en febrero, hacia el último trimestre del año podría comenzar a producir petróleo y, así, evaluar el potencial. Allí está la clave, pues del resultado del análisis de la producción y los costos dependerá la viabilidad del proyecto de explotación y el potencial de desarrollo real del petróleo no convencional en Mendoza, es decir si realmente puede aprovecharse el boom de ese recurso. 

Para la estimulación hidráulica se usará agua dulce del Río Colorado. YPF ya tiene autorización del Departamento General de Irrigación para ese uso. Desde el organismo explicaron que para ejecutar ese permiso antes deben cumplir todas las exigencias impuestas. Irrigación otorgó mediante Resolución N°1122/22 el permiso para la extracción de agua de cincuenta mil
metros cúbicos del Rio Colorado en el departamento de Malargüe. El agua requerida para la estimulación hidráulica (fractura) se almacenará en un tanque de reserva y se rebombeará  a través de cañerías. En total se había previsto un consumo de 25.500m3 de agua en cada pozo, aunque luego se determinó que podría ser un poco superior.

La clave es el agua de retorno, que tiene impacto por hidrocarburos. «El agua de retorno (flowback), será almacenada, de manera transitoria, en la locación, en receptáculos metálicos (piletas) de 60 m3 de capacidad, debidamente impermeabilizada. Estos receptáculos (piletas) contarán con descarga– conexión para camión de evacuación de fluidos con acople rápido. Desde aquí, el agua será trasladada, en camiones cisterna», resume el informe.

«La Dirección de Gestión Ambiental del Recurso Hídrico avaló como medida excepcional la utilización de Agua del Río Colorado para suplir las necesidades del proyecto. Esta excepcionalidad también fue avalada por la Jefatura de Zona de los ríos Malargüe, Grande, Barrancas y Colorado, la cual dictaminó que dadas las dificultades logísticas que implicaría el uso de agua de formación, resulta recomendable autorizar como medida excepcional la utilización del agua de este cuerpo hídrico, dentro de la cuota que le corresponde a la provincia de Mendoza, y que actualmente prácticamente no tiene utilización alguna. Es decir, que este permiso puntual y acotado no repercute ni afecta ningún otro uso», explicaron oficialmente desde Irrigación.

Como ya eran áreas con explotación petrolera, se exigió un aviso de proyecto, que igual incluye informe ambiental, dictámenes sectoriales y control, pero no un proceso desde cero. Se determinó que el proyecto tiene un riesgo ambiental moderado.

Fuente: Mdzol

Desarrollo

Quién es el gigante energético que se suma al proyecto de PAE para exportar gas de Vaca Muerta

Tras la incorporación de Pampa Energía, ahora también tendrá una participación un gigante petrolero europeo. Cuál es el potencial del gas natural licuado para el país.

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En los últimos días el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) está logrando atraer el interés de jugadores internacionales, que posan sus ojos en la explotación de la formación de gas y petróleo no convencional en Vaca Muerta. Y en ese sentido todos los reflectores de los big players internacionales apuntan a la exportación de GNL (gas natural licuado). 

Para eso se necesitan muchos dólares, para avanzar en la instalación de barcos licuefactores. La última noticia en este sentido tiene como eje el proyecto de Pan American Energy (PAE) y Golar LNG en Río Negro. Este lunes se conoció que la compañía británica Harbour Energy confirmó su participación en este proyecto de producción de gas natural licuado.

Fue a través de la firma de un acuerdo para adquirir un 15% de participación en el desarrollo de este proyecto, que es el primero de exportación de GNL en el país, y cuyo corazón es la instalación de un barco flotante de licuefacción. Se estima que Harbour Energy hará una inversión de unos US$ 3000 millones. 

De esta manera, ampliará su presencia en el país luego de haber adquirido los activos de la alemana Wintershall DEA en Argentina, que suman participaciones en yacimientos convencionales de gas y shale en Aguada Pichana Este y San Roque, en Neuquén y en Tierra del Fuego, donde se produce el 15% del gas que se consume en Argentina; también en el bloque CMA-1 (Cuenca Marina Austral 1), que incluye los proyectos Carina, Aries, Vega Pléyade y otros yacimientos.

Con la forma del acuerdo, Harbour Energy apuesta a la producción de GNL a través del buque "Hilli Episeyo", que es propiedad de Golar LNG. Tiene una capacidad de producción y exportación de 2,45 millones de toneladas anuales de gas natural licuado, equivalente a 11,5 millones de metros cúbicos día de gas natural.

«El proyecto, fue presentado en el régimen de incentivo para grandes inversiones RIGI, que representa factor clave para la competitividad del proyecto en el mercado global de GNL», sostuvieron fuentes de Harbour Energy, la compañía que tiene su casa matriz en Londres.

La semana pasada se había conocido el ingreso de Pampa Energía al proyecto, que tendrá una participación de 20%, en tanto crece también el interés de YPF. 

La licuefacción es la última etapa del proceso y es la gran esperanza del Gobierno para lograr una amplia balanza energética superavitaria. La idea es que el barco tome gas natural de Vaca Muerta utilizando la infraestructura y capacidad existente del sistema en los meses de menor demanda. El objetivo es operar todo el año, una vez que esté completa la inversión en nueva infraestructura.

Fuente: Mdzol

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