Las vías de circulación se encuentran en un estado deplorable. Las calles, en un gran porcentaje están totalmente intransitables y se transforman en un nuevo factor de riesgo para la seguridad vial de conductores y peatones, aunque también para el estado de vehículos. Muchos vecinos manifiestan que ya no saben a quién reclamar, ya que ni en el Corralón ni a través de la línea de atención al vecino -147- le saben dar una respuesta satisfactoria.

Números cerrados, baches abiertos

Si bien el régimen de lluvias fue intenso y complicó la trama vial de la ciudad durante todo el verano, lo llamativo de la situación es que durante 2016 el municipio aumentó notoriamente su recaudación, a punto tal que su Secretario de Hacienda expresó que las arcas municipales cerraron el año con 11 millones de pesos de superávit. Números que pueden interpretarse como "exitosos" desde un punto de vista netamente contable, pero que asoman como resultado de una gestión que no vuelca sus recursos al arreglo o mejoramiento de las calles ni al bienestar de sus contribuyentes.

Se estima que un 65% de las calles de Victoria tienen algún grado de deterioro y un número importante de vecinos reclaman a diario por su mal estado, especialmente por las que aún no han sido asfaltadas, que en su mayoría se encuentran completamente deterioradas, situación que se agrava con las lluvias. A este cuadro se suma la falta de luminarias en innumerables esquinas de la ciudad, que tornan su tránsito inseguro.

Desidia

Un ejemplo de la angustiante situación se puede apreciar en la zona de Marcos Paz y el bulevar Pueyrredón, en donde no puede acceder ni el transporte público, ni vehículos de emergencia. De hecho es prácticamente imposible transitarla caminando.