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Agro

El Gobierno oficializó la baja temporal de las retenciones al campo

Los nuevos porcentajes estarán vigente hasta mediados de año y representará una resignación fiscal de aproximadamente USD 800 millones.

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El Poder Ejecutivo oficializó en los primeros minutos de este lunes un nuevo esquema temporal de retenciones a las exportaciones agropecuarias, diseñado para incentivar la liquidación de granos y fortalecer las reservas del país, tal como lo antipó la semana pasada.

El decreto 38/2025 argumenta que el campo «requiere de la instrumentación de políticas que permitan no solo su recuperación a corto plazo sino la mejora de su perspectiva de exportación». Se destaca además que el sector agropecuario «constituye una de las principales fuentes de generación de divisas, de desarrollo regional y de empleo, contribuyendo al fortalecimiento de las reservas internacionales del Estado Nacional».

En consecuencia, el decreto fundamenta que es «necesario fortalecer este impulso exportador potenciado por las medidas adoptadas por el Gobierno Nacional en materia de simplificación, desburocratización, reducción de trámites, facilitación del comercio, eliminación de impuestos distorsivos, apertura de nuevos mercados y un mayor posicionamiento internacional».

Este esquema, que aplicará alícuotas más bajas para los principales productos exportados por el sector, estará vigente hasta mediados de año y representará una resignación fiscal de aproximadamente USD 800 millones. El Boletín Oficial de este lunes incluyó los nuevos porcentajes de retenciones para productos como soja en poroto, sus derivados como aceite y harina, así como trigo, sorgo, maíz, girasol y productos de economías regionales.

De esta manera, la soja (poroto) baja de 33% a a 26%; la soja (aceite y harina), del 31% al 24,5%; el trigo, la cebada, el sorgo y el maíz pasan del 12% al 9,5%; y el girasol, del 7%, al 5,5%.

Al mismo tiempo, el Gobierno eliminó las retenciones (Derechos de Exportación) para las economías regionales y otros productos. La medida alcanzará a productos tales como azúcar; preparaciones alimenticias; algodón; cuero bovino; bebidas; ovinos (lana y cueros); tabaco; forestoindustria; arroz; maní; golosinas, chocolates y otros. Estos bienes representaron más de 1100 millones de dólares de exportaciones en el año 2024.

El costo fiscal de la baja de retenciones al agro será de US$ 800 millones, según estimaciones de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca. Esto equivale al 0,13% del PBI y algo más de la mitad del superávit financiero que la administración pública nacional tuvo en el año 2024.

Andrea Sarnari, presidenta de la Federación Agraria Argentina, es una de las voces del sector agropecuaria que celebra la medida aunque en sintonía con otros dirigentes aclaró que se debería avanzar «hasta que se terminen». 

«Quitar gradualmente las retenciones le permitiría al pequeño productor acomodarse mejor y al Estado seguir recaudando hasta que se terminen definitivamente. Nosotros sabíamos que las retenciones no se iban a quitar de un día para el otro. Con otros sectores podemos tener miradas diferentes en el plazo o la forma para quitarlas», indicó Sarnari

La baja de retenciones era un pedido en el que insistían desde el sector agropecuario y los gobernadores de provincias con fuerte producción: «Iniciamos esta cosecha con un gran aumento de costos de producción. La baja de retenciones es una buena señal que necesitábamos», cerró al respecto la dirigente. 

Fuente: Mdzol

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Agro

Informan que el campo entrerriano deberá producir más del promedio para cubrir costos

Los rendimientos históricos promedio de los principales cultivos implantados en Entre Ríos durante la campaña agrícola 2024/25 no alcanzarían para lograr un rendimiento de indiferencia (cantidad de producción necesaria para cubrir los gastos) que cubra los costos de arrendamiento, situación en la que se encontrará cerca del 70% de los productores, detalló la Bolsa de Cereales provincial.

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El análisis surge de un estudio que realizó la entidad bursátil junto a la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER), sobre la composición de las erogaciones necesarias para la producción, así como su relación con los ingresos y los rendimientos de indiferencia en cada caso. Para ello tuvieron en cuenta la estructura de costos de cada cultivo, los rindes históricos y los precios pizarra del 26 de diciembre pasado.

Producir más del promedio

El principal costo para el productor son los insumos (semillas, agroquímicos, fertilizantes) que se lleva entre el 37% y el 46% del dinero necesario para producir, seguido por el arrendamiento (entre un 16 y 28 por ciento), condición en la que se encuentra cerca del 70% de la producción entrerriana y que varía dependiendo la estrategia de rotación empleada en la producción; y los gastos de comercialización (del 15% al 20%), entre otros costos.

Los rendimientos históricos varían según el grano: 2.380 kilogramos por hectárea es el de la soja de primera, 1.980 el de soja de segunda, el promedio del trigo se ubica en 2.840 kilos, y el del maíz en 5.930 kilogramos por hectárea. Para esta temporada, únicamente el maíz lograría una rentabilidad positiva del 8%, mientras que el resto tendrá que superar los rendimientos promedios registrados para cubrir los costos.

Los productores que implantaron soja de primera deberán generar una producción del 117% comparando a los registros históricos, o del 109% si optaron por sembrar soja de segunda o trigo. En tanto, quienes hayan sembrado soja de segunda + trigo tendrán que lograr un rendimiento un 18% superior al promedio, y si el doble cultivo fue maíz y trigo, un 3% mayor bastará para cubrir los costos.

En el caso del trigo, el rendimiento histórico sólo lograría solventar el 88% de los costos para la producción en campo propio y el 76% si incluimos el pago de arrendamiento. Incluso enfrentan dos problemas acuciantes: los registros para esta temporada auguran un rendimiento un 13% por debajo de las perspectivas históricas, y los precios internacionales continúan con una tendencia a la baja.

Los rendimientos necesarios

Si el productor cuenta con campo propio, deberá producir 1.920 kilogramos por hectárea de soja de primera para cubrir los costos, 1.630 de soja de segunda, 3.100 de trigo o 4.080 kilos por hectárea de maíz para superar los gastos realizados.

En tanto, si debe alquilar el campo, los rendimientos necesarios para lograr una diferencia positiva aumentan considerablemente: llegan a los 2.880 kilos por hectárea para la soja de primera, suben a 2.210 kilogramos si fue soja de segunda lo que se sembró, incrementa a 3.660 para los casos en los que se produce trigo, y a 5.340 kilogramos por hectárea para los campos implantados con maíz.

Fuente: Bolsa de Cereales – UNO Entre Ríos

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