Desde que se inició la entrega de créditos hipotecarios con el sistema de Unidad de Valor Adquisitivo, UVA, se entregaron más de 130.000 créditos en todo el país. En los últimos dos años se vivió el boom de los hipotecarios bajo este sistema que se ajusta por inflación y que en los últimos meses por la suba del dólar.

Además de ese problema, otro efecto directo es la fuerte suba que se registró en el valor de las cuotas que están atadas a la inflación que sólo durante 2018 ya suma casi un 24%.

Muchos especialistas alertaron por este tema ante la evidente pérdida que tendrán los salarios frente a la inflación, lo que reactivó la discusión sobre el impacto que puede llegar a tener las cuotas en la economía familiar.

Al momento de la entrega de los créditos se estipula que la cuota no puede superar el 25% del ingreso familiar. Por eso, y ante la fuerte suba, el Gobierno estaría pensando en mecanismos para que los deudores puedan apelar a algún "amortiguador" para que la relación cuota-ingreso.

De acuerdo a un informe de Clarín, las opciones que están sobre la mesa, son:

– Un seguro, que se activaría en caso de que la relación entre la cuota indexada y los ingresos del deudor supere un cierto porcentaje. Así, si al inicio del crédito la relación cuota ingreso era de, por ejemplo, 20%, el seguro se activaría si esa relación salta al 25%. Se está estudiando quién pagaría ese seguro. Todo indicaría que debería haber un aporte extra a la cuota que debería abonar el tomar del crédito.

– Otra opción es crear un fondo compensador, que, como en el caso anterior, se active cuando se altere por encima de un límite la relación cuota-ingreso.

La segunda idea fue tomada de un proyecto que presentó tiempo atrás el Frente Renovador, el cual proponía mantener estable la relación cuota ingreso. Por ello, cuando los sueldos le ganan a la inflación el banco destina al Fondo una parte de la cuota, mientras que si se dispara la inflación por encima de los salarios el Fondo utiliza el dinero acumulado para garantizar que la cuota no aumentará más de lo que aumentan los sueldos, protegiendo al deudor.

En la actualidad los deudores tienen la posibilidad de apelar a la cláusula que dice que si la inflación supera por más de un 10% la evolución de los salarios, los bancos deberán ofrecerles a sus deudores la posibilidad de extender por un 25% el plazo del préstamo originalmente otorgado.

Al hacer un cálculo estimado con una inflación del 45% y un aumento de los salarios del 25%, una cuota que en enero representaba el 25% del salario, terminará representando el 28% en la cuota a pagar en diciembre.