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Ciencia

Detectan una burbuja de curvatura que abre la puerta a viajar más rápido que la luz

El brazo de tecnología avanzada del Pentágono ha descubierto una burbuja de desplazamiento que encaja con el motor de Alcubierre para viajar más rápido que la luz.

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Por Jesús Díaz

Por primera vez en la historia, un equipo de científicos ha identificado una burbuja de curvatura —o 'warp bubble', en inglés— que encaja con la matemática del motor de Alcubierre para viajar más rápido que la luz sin violar la teoría de la relatividad especial de Einstein. Es un descubrimiento increíble que puede llevarnos a otros sistemas estelares en un futuro todavía muy lejano, pero algo más cercano que ayer.

La teoría de ese motor —propuesto en los años 90 por el matemático mexicano Miguel Alcubierre— permite que una nave espacial viaje más rápido que la luz curvando el espacio, expandiéndolo detrás de la nave mientras lo contrae por su proa. De esa forma, se recorta la distancia efectiva entre dos puntos y la nave podría cubrir esa distancia más rápido que un fotón viajando por el espacio no deformado.

Una burbuja nanoscópica

El equipo estaba trabajando en un proyecto diferente para DARPA, la división de tecnología avanzada del Pentágono, cuando se encontró con la burbuja por accidente.

Ese proyecto original —todavía en marcha— está evaluando la posibilidad de extraer energía de un fenómeno llamado cavidad Casimir. Este efecto describe la atracción entre objetos metálicos separados por una distancia extremadamente pequeña. Según la teoría cuántica de campos, hay fluctuaciones en el vacío cuántico dentro de esa distancia, causados por un desequilibrio de los modos vibratorios de estos elementos metálicos. Este desequilibrio genera una fuerza medible que no es gravitatoria y hace que las placas se acerquen.

La burbuja de curvatura detectada en el trabajo del equipo de DARPA.

Pero, en principio, el estudio afirma que la burbuja no tiene nada que ver con la cavidad Casimir. Fue durante uno de los experimentos para investigar el fenómeno de la cavidad Casimir cuando el equipo del Instituto del Espacio Sin Límites bajo la supervisión del Dr. Harold G. "Sonny" White identificó una estructura que coincidía con la burbuja de curvatura. Según su investigación, «al llevar a cabo un análisis relacionado con un proyecto financiado por DARPA para evaluar la posible estructura de la densidad de energía presente en una cavidad de Casimir, tal y como predice el modelo de vacío dinámico se ha descubierto una estructura a micro/nanoescala que predice una distribución de la densidad de energía negativa que coincide estrechamente con los requisitos de la métrica de Alcubierre«.

En una entrevista por correo con el blog The Debrief, el Dr. White aseguró que lo que han identificado no es un análogo de la burbuja de curvatura, sino "una 'warp bubble' real aunque modesta y diminuta". El científico —que durante años lideró el grupo de investigación NASA Eagleworks— afirmó que la significancia de este descubrimiento es muy importante y abre la posibilidad a futuras aplicaciones prácticas hasta ahora inimaginables.

Lo siguiente: una nave nanoscópica

Eagleworks era el grupo de investigación de propulsión avanzada de la NASA en el que White realizó una investigación para resolver los problemas del gigantesco consumo energético abiertas por las ecuaciones de Alcubierre. Su trabajo consiguió recortar esas necesidades energéticas, planteando por primera vez una posible solución para que la humanidad pudiera viajar a otros sistemas estelares como ahora solo se puede en series de ciencia ficción como 'Star Trek'. Si es que alguna vez somos capaces de desarrollar la teoría y la tecnología hasta el punto en que las necesidades energéticas sean manejables y los materiales lo suficientemente resistentes. Eso, por ahora, es algo que todavía está a siglos de distancia.

Visualización de una hipotética nave equipada con un motor de desplazamiento por curvatura Alcubierre/White.

De ahí la importancia de este descubrimiento accidental, que el Dr. White ya trató durante una charla en el foro de energía de propulsión del American Institute of Aeronautics and Astronuatics el pasado mes de agosto, pero cuyos resultados y conclusiones han sido revisados y publicados en el diario científico 'European Physical Journal'.

Su siguiente paso no es seguir investigando la burbuja de curvatura. Por muy tentador que parezca, dice, antes deben acabar la investigación sobre las cavidades Casimir pagada por DARPA. Pero el Dr. White afirma que lo siguiente es seguir investigando esta burbuja de curvatura con la construcción de una nave nanoscópica, "un modelo de esfera de 1 micrón de diámetro localizado en el centro de un cilindro de cuatro micrones de diámetro". El investigador no comentó más porque, según dice The Debrief, esa investigación podría llegar a ser clasificada como confidencial por el Pentágono.

Todavía es muy pronto para pensar en vuelos

Si ese experimento práctico es un éxito, el Dr. White y su equipo ya tienen en mente la posibilidad de realizar otro experimento que permita entender mejor la física detrás de este fenómeno usando una cadena de estas burbujas de curvatura: «Podríamos examinar las propiedades ópticas como resultado de estas pequeñas burbujas de deformación a escala nanométrica. Agregando un gran número de ellas en fila, podemos aumentar la magnitud del efecto para poder verlo (y estudiarlo)«.

Propuesta para un segundo experimento que aumente el efecto de la burbuja de curvatura. (LSI)

Pero, como comenta el Dr. White, todavía es muy pronto para hacer preguntas acerca de algún tipo de experimento de vuelo. "En su mente", afirma, "el primer paso es sólo explorar la ciencia que soporta [el fenómeno] a escala nano y microscópica".

Fuente: El Confidencial

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Ciencia

Científicos proponen una nueva teoría: La conciencia podría estar oculta en los campos eléctricos y magnéticos del cerebro

Estas señales invisibles podrían ser la clave de todo y ayudarnos a resolver el misterio de la conciencia, una de las tareas más complejas emprendidas por la humanidad.

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La naturaleza aborrece el vacío y lo mismo puede decirse de los misterios de la ciencia. Cuando nos encontramos con fenómenos que desafían nuestras teorías y leyes actuales, una multitud de hipótesis surge rápidamente para llenar el vacío. Esto es especialmente evidente en la física, donde nuevas observaciones han dado lugar a teorías como la del caos, la teoría de cuerdas y la teoría de la materia oscura fría. Sin embargo, este fenómeno también se observa en el campo de la mente consciente.

En resumen, no entendemos completamente por qué pensamos y, por ende, existimos. Muchas teorías intentan desentrañar el fenómeno biológico de la conciencia.

Algunas comparan el cerebro con un ordenador, donde las neuronas actúan como transistores. Otras sugieren que el cerebro no es algorítmico y que la conciencia podría tener una cualidad cuántica

Una teoría en particular ha ido ganando terreno durante los últimos tiempos. Esta teoría sugiere que la conciencia humana podría explicarse a través de los campos electromagnéticos, conocidos como "campos efápticos", generados por las neuronas durante los disparos sinápticos. Estos campos son los mismos que, por ejemplo, permiten que un electroencefalograma (EEG) registre la actividad cerebral.

En un artículo de opinión publicado en Scientific American, Tamlyn Hunt, investigadora asociada en psicología del laboratorio META de la Universidad de California en Santa Bárbara, explicó: "El término 'efáptico' en acoplamiento efáptico simplemente significa 'tocar'. Aunque no son muy conocidos, los efectos de los campos efápticos son el resultado de interacciones eléctricas y magnéticas básicas que alimentan nuestras células".

«Resultados experimentales intrigantes», continuó, "sugieren que estas fuerzas desempeñan un papel más importante en el cerebro de lo que se sospechaba, y tal vez incluso en la conciencia».

Hunt detalló un estudio de 2019 en el que investigadores de la Universidad Case Western Reserve en Ohio seccionaron completamente el hipocampo de un ratón. A pesar de esta separación, el equipo registró actividad que podía "saltar" a través del corte, un fenómeno posible únicamente debido al acoplamiento del campo eléctrico. Este efecto desapareció cuando las secciones estuvieron separadas por más de 400 micras.

"Fue un momento increíble," declaró Dominique M. Durand, autor principal del estudio. "Para nosotros y para todos los científicos a quienes se lo contamos"

Este efecto eléctrico podría ayudar a explicar otro problema de nuestra comprensión actual de la conciencia, basada en las neuronas: las vías normales de espigas son demasiado lentas para explicar la función cognitiva. Sin embargo, cuando se unen a la velocidad de estos efectos de campo efáptico, esa velocidad aumenta unas 5.000 veces, según otro estudio de 2020.

Aunque esta teoría está ganando terreno, aún queda mucho por descubrir. Los campos efápticos y otras teorías de la conciencia se basan en métodos computacionales, pero pocos abordan el «problema difícil» de la conciencia: cómo los procesos biológicos generan la experiencia subjetiva.

No obstante, si algo nos ha enseñado la historia de la ciencia es que esos vacíos de conocimiento, llenos de hipótesis, eventualmente se transforman en hechos comprobados con pruebas suficientes, datos y verificaciones. Resolver el misterio de la conciencia es una de las tareas más complejas emprendidas por la humanidad, pero a medida que desentrañamos las maquinaciones biológicas del cerebro, los contornos difusos de la conciencia se van aclarando.

Fuente: esquire.com

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