La Fundación Americana para la Diabetes llevó a cabo el pasado viernes 4 de octubre una conferencia en el Auditorio de la Facultad de Odontología de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), sobre los protocolos por seguir para la correcta atención odontológica de los pacientes diabéticos. La disertación estuvo a cargo de Agustín Villa, especialista en este tema y docente universitario.
En la charla, Villa señaló que se debe prestar especial atención a los factores de riesgo de esta enfermedad, ya que "todo lo que sea 'producir' está alterado en un diabético, es decir, todo lo que sea metabólico".
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la diabetes mellitus es definida como una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no produce insulina suficiente o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que genera. El efecto de la diabetes no controlada es la hiperglucemia o aumento del azúcar en la sangre de una persona.
Villa sostuvo que hay una nueva clasificación de la diabetes sacarina y de otras categorías de intolerancia a la glucosa: la diabetes tipo 1 corresponde a los pacientes insulinodependientes; la tipo 2 suele diagnosticarse en niños y jóvenes, y no depende de la insulina; y la tipo 3 hace referencia a pacientes con intolerancia a la glucosa.
En cuanto a los síndromes bucales que se pueden presentar en estos pacientes, Villa explicó que se corresponden con alteraciones en el colágeno, lo que impide una correcta cicatrización, microangiopatías (alteración a nivel arterial) y una excesiva inflamación de las encías.
Villa también sostuvo que la temperatura de la boca de un diabético es "caliente y roja", lo que se conoce como "síndrome de la boca ardiente".
Por otra parte, recordó que hay una serie de manifestaciones bucales que pueden presentarse en estos pacientes. Una de ellas tiene que ver con el mayor riesgo de infecciones, lo que conlleva un prolongado período de curación que puede comprometer la salud bucal. El inadecuado control de la hiperglucemia durante mucho tiempo puede generar gingivitis (inflamación de las encías), periodontitis (aflojamiento y pérdidas de piezas dentarias) y pérdida del hueso de la mandíbula, el encargado de sostener las raíces de los dientes.
La diabetes también puede provocar mal aliento, presencia de hongos en la cavidad oral, disminución o ausencia de saliva, y disfunción del sentido del gusto.
En su exposición, Villa propuso a los pacientes con diabetes asistir regularmente al dentista para llevar un control adecuado que permita detectar a tiempo estas manifestaciones y tratarlas correctamente.
En Argentina
Villa resaltó en su charla algunos datos sobre esta enfermedad en nuestro país. Detalló que el siete por ciento de la población padece diabetes mellitus. De ese total, el 90 por ciento tiene diabetes tipo 2 y sólo una de cada tres personas conoce su enfermedad. Además, el 66 por ciento está pobremente controlado. Estas cifras corresponden a registros de la Sociedad Argentina de Diabetología.
Villa también recordó que, hasta 1989, nunca se había realizado un censo real en hospitales y centros de salud sobre la cantidad de personas con diabetes. Cuando en ese año se llevó a cabo el primer relevamiento, surgieron estos alarmantes números.
"De esta forma se concientizó sobre la implicancia de la diabetes en la salud pública", explicó el médico.
La importancia de realizarse controles
Nivel de azúcar. Los síntomas de la diabetes tipo 1 suelen aparecer de manera repentina y son el motivo principal por el cual controlar los niveles de azúcar en sangre.
Mayores de 45 años. Se recomienda a toda persona mayor de 45 años realizarse un análisis para establecer el nivel inicial de azúcar en sangre.