La producción agrícola de la provincia durante la campaña 2015/16 registró una fuerte caída: se cosecharon 4.815.405 toneladas, 2.017.638 menos que en el ciclo 2014/15 cuando se habían recolectado 6.833.043 toneladas.

El clima fue la razón central de la merma dado que le jugó dos veces en contra a los productores: el pulso seco de enero afectó al maíz y las descomunales lluvias de abril arrasaron con la soja. Pero también incidió el otro "clima", el político, especialmente en el caso del trigo, cuya siembra se concretó entre mayo y junio, cuando nadie sabía quién ganaría las elecciones presidenciales. La enorme incertidumbre derivada de la cuestión política hizo que el área sembrada con el cereal se redujera el 39% –se implantaron apenas 190.100 hectáreas, 119.600 menos que en la campaña precedente– y, a pesar de que los rindes fueron superiores, la producción cayó el 28%: 550.330 toneladas contra 766.883.

Soja

El informe final de la producción agrícola entrerriana dado a conocer ayer por la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, a través de su Sistema de
Información (Siber), aporta un dato saliente y, por cierto, preocupante para la sustentabilidad agrícola entrerriana: el 49,25% de la producción total de cereales y oleaginosas correspondió a soja, y esto a pesar de que la producción del "yuyo" cayó el 35%.

Los datos aportados por la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, en este sentido, precisan que la soja alcanzó las 2.371.390 toneladas, 1.267.300 menos que en el ciclo 2014/15 cuando se habían cosechado 3.638.690 toneladas.

Los números proporcionados por el Siber, además, permiten constatar que también cayeron las producciones de trigo, colza, maíz, girasol, sorgo y arroz. En el ciclo agrícola que acaba finalizar en Entre Ríos se recolectaron 550.330 toneladas de trigo (-28%), 12.705 de colza (-19%), 1.217.680 de maíz (-21%), 1.140 de girasol (-68%), 190.490 de sorgo (-41%) y 454.070 de arroz (-17%).

El lino fue el único "ganador" dado que la producción en la provincia presentó un crecimiento: se cosecharon 17.600 toneladas, el 56% más que en el ciclo anterior.

El informe de la Bolsa de Cereales entrerriana es esencialmente cuantitativo, es decir aporta cifras de siembra y producción, y no habla de la calidad de la producción que, se sabe aunque todavía no hay precisiones puntuales, fue extremadamente baja, especialmente la de la soja.
Producir 2 millones de toneladas menos en una provincia como la nuestra, cuya principal "fábrica" es el campo, es un golpe demasiado fuerte para la economía entrerriana en general y para las de decenas de pueblos y ciudades que viven del sector agropecuario.

La actual campaña 2016/17, sin retenciones ni cupos de exportación, tal vez, sea el inicio de la recuperación de la agricultura entrerriana.