La oficina de Turismo de Brasil (EMBRATUR) espera 1,8 millones de argentinos en las playas de Santa Catarina, en el sur de Brasil. Esto representa un 25% más que el año pasado. Además de las playas de arena blanca y del agua cálida, la principal atracción para los argentinos será, al igual que en la temporada pasada, la ventaja del cambio.
A pesar de que en la costa Argentina, los operadores turísticos han tratado de atenuar el impacto de un 40% de inflación entre la temporada pasada y esta, se estima que los precios entre las playas de Brasil y las playas de Argentina (en particular, Pinamar, Cariló y las zonas más exclusivas de Mar del Plata) será notoria: en salidas a comer, consumos en la playa y en alquileres, Brasil está hasta un 30% más barato que la Costa Atlántica, según un relevamiento de Clarín. Por eso, en Brasil ya se preparar para recibir un aluvión de argentinos. Hasta marzo, aterrizarán en el aeropuerto Hercilio Luz de Florianópolis más de 480 vuelos desde Argentina.
Algunos precios para ilustrar la diferencia: un choclo en la playa de Canasvieiras, la preferida de los argentinos en Florianópolis, cuesta 5 reales. Para llegar al valor en pesos hay que multiplicar por 4,80, o sea que terminará costando 24 pesos. Un queso en las brasas también cuesta 5 reales ($24) o tres unidades por 10 reales (48 pesos totales). Una cerveza en la playa cuesta entre 8 y 10 reales (48 pesos como máximo).
En alojamiento, también una diferencia importante: un departamento para cuatro personas cuesta entre 300 y 330 reales por día (1400 pesos) y una casa para dos familias (10 personas en total) cuesta unos 1000 reales por día (4800 pesos). Según los sondeos de Clarín, las inmobiliarias manejan un porcentaje de ocupación del 80 a 90%. "Quedan algunas disponibles para los argentinos que vienen a Brasil sin alojamiento y alquilan acá. Pero la mayoría ya fue reservado a partir de agosto", dice Hesolde Trennepohl, de la inmobiliaria Luciano Marengo.
Los que cambian reales por dólares o pesos en las calles esperan también una gran temporada, aunque son un poco más cautos. Quizás porque por su oficio, están al tanto de los vaivenes de la economía argentina y de que fue un año difícil para el bolsillo de la clase media. Saben que habrá muchos turistas, pero no tienen certeza de cómo se comportarán económicamente. "Históricamente el argentino no es el turista que más gasta. El promedio de los turistas extranjeros en Brasil es de 100 dólares por día, mientras que los argentinos gastan 55 dólares. Esto tiene que ver con el tipo de turismo que hacen, de familia y playa", dice Vinicius Lummertz, presidente del EMBRATUR.
En Brasil, la ventaja económica tiene que ver con que a pesar de una inflación del 10%, los precios se mantuvieron estables, algo que representa una ventaja teniendo en cuenta que los sueldos en argentina crecieron entre un 25 y un 35% en pesos. Para ilustrarlo de alguna manera: una lata de gaseosa que costaba 20 pesos podría costar hoy como mucho 22 (si aplicamos exactamente la inflación que hubo en Brasil). Pero un sueldo promedio en Argentina creció proporcionalmente más que eso (las paritarias fueron entre un 25 y un 35%). Y ese mismo sueldo perdió poder adquisitivo en nuestro país, con lo cual no alcanza para pagar algunos precios exorbitantes de la Costa Argentina. La gran ventaja de las playas argentinas sigue siendo el costo del viaje, por eso muchos argentinos que van en avión ya anticipan el pago de los aéreos en cuotas.
Sofía, una joven argentina de 22 años que trabaja en una agencia de turismo en Canasvieiras, también está esperando una gran temporada. La información y especulación de los que viven del turismo habla de un 25% o un 30% más que el año pasado, "que además fue una locura de argentinos", dicen. En diciembre, Sofía vende la excursión del Barco Pirata, un clásico de Canasvieiras, por 76 reales, aunque enero costará 83. "Los precios van a subir un poco, pero no mucho más. Las expectativas son muy buenas", dice.
En Cachoeira, Ponta das Canas, Ingleses, Lagoinha y Praia Brava quedan poco alojamiento disponible. "Pagaron parte de la reserva a través de Western Union y cancelan el resto cuando llegan acá. Va a ser el primer año en mucho tiempo que no hay tantas complicaciones con el dólar", dicen en la inmobiliaria Ione.
"Florianópolis va a explotar. Un restaurante libre en un parador de playa al mediodía sale 24 reales (115 pesos) y un desayuno puede conseguirse a partir de 10 reales (48 pesos)", dice Rodrigo Mangone, de la agencia Travel Planet. Para los más jóvenes, los precios de la noche también resultan ventajosos. Por ejemplo, una entrada a la disco Jacks London saldrá 50 reales (algo más de 200 pesos) y una fiesta más exclusiva, en el P12 de Jureré, 80 reales.