El Servicio Meteorológico Nacional informó que, al menos hasta el martes 24 de enero, se prevén temperaturas elevadas sobre el norte de la Patagonia y el centro y norte del país.
En este periodo se esperan temperaturas mínimas que oscilarán entre 18ºc y 25ºc y temperaturas máximas entre 35ºc y 40ºc en el norte de la Patagonia y las provincias de La Pampa y Buenos Aires. En el resto de las regiones las temperaturas mínimas se ubicarán entre los 24ºc y 29ºc y las temperaturas máximas entre 36ºc y 42ºc.
El año pasado fue el más caluroso desde que se tienen registros, según reveló ayer una serie de estudios presentados en simultáneo, un récord de temperatura que se batió por tercer año consecutivo y que reforzó las alarmas de la comunidad científica sobre el calentamiento global.
La temperatura promedio de 2016, de 13°9 C, fue 0°04 C mayor que 2015, que a su vez había batido el récord de 2014, según el informe presentado por la Agencia Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos. Fue el año más caluroso desde que hay registros, en 1880. Un análisis por separado de la agencia espacial de Estados Unidos, la NASA, también encontró que 2016 fue el año más caliente en 136 años.
"El pasado fue un año extremo para el clima global y sobresale como el año más caluroso desde que se tienen registros", dijo, por su parte, Petteri Taalas, secretario general de la Organización Mundial de Meteorología (OMM), que compila información de distintas instituciones.
Los termómetros marcaron niveles sin precedente el año pasado en particular en el este de Rusia, el extremo oeste de Canadá, parte del este de Estados Unidos, la mayor parte de América Central y el norte de América del Sur, así como en África Occidental, parte de Asia del Sur y regiones de Australia.
Esas cifras sólo cuentan "una parte de la historia", ya que los indicadores a largo plazo del cambio climático provocado por los humanos también alcanzaron sus máximos, advirtió a su vez Taalas, en referencia a los récords de concentración en la atmósfera de dióxido de carbono y de gas metano.
El dióxido de carbono se mantiene en la atmósfera durante siglos y también en el océano, donde se queda durante más tiempo y contribuye a la acidez del agua. Actualmente, según la OMM, esos niveles están por encima de las 400 partes por millón en la atmósfera, un límite que considera "simbólico".
Los 16 años más calurosos de los que se tienen registros fueron casi todos en este siglo, a excepción de 1998, cuando hubo un fuerte episodio del fenómeno meteorológico de El Niño. El año pasado también hubo un fenómeno de El Niño, pero una vez finalizado las temperaturas siguieron siendo elevadas.
"Incluso si no se toma en cuenta el calentamiento debido a la influencia de El Niño, 2016 sigue siendo el año más caluroso de la historia moderna", dijo Piers Forster, director del Centro Internacional para el Clima de la Universidad de Leeds. "2017 será probablemente menos caliente, pero calculo que todavía habrán nuevos registros de aumento del termómetro en el planeta durante algunos años", agregó.
La temperatura en la superficie de los océanos se situó 0°75 C por encima de la media del siglo XX, otra cifra histórica, aunque sólo 0°01 C sobre el récord de 2015. Fue particularmente alta en el norte del Pacífico cerca de Alaska, en el mar de Bering, partes del centro-oeste del Atlántico y el este del Índico.
"También hemos roto los récords mínimos de hielo en el Ártico y en la Antártida", dijo Taalas, al advertir que el hielo en el Ártico se está calentando dos veces más rápido que la media mundial.
El derretimiento del casquete ártico continuó en 2016: el promedio de hielo flotante en el océano fue de cerca de 10,1 millones de km2, el área más pequeña desde el comienzo de las observaciones por satélite en 1979, según el Centro Nacional de Datos de Hielo y Nieve de Estados Unidos. En cuanto a la Antártida, la superficie anual promedio del hielo sobre el océano fue la segunda más pequeña de la historia, con 11,1 millones de km2, y se redujo a niveles sin precedentes en noviembre y diciembre pasados.
Entre otras conclusiones de los estudios se reveló que debido al aumento de temperaturas, el mundo tiende a perder días templados, lo que afecta de manera desigual a las distintas regiones.
Según Sarah Kapnick, climatóloga del NOAA, "los cambios son más dramáticos en partes del mundo en desarrollo, donde hay una mayor concentración de población".