Internacionales
Hay un argentino fallecido en el accidente aéreo de Estados Unidos
El hombre viajaba con su hijo, de nacionalidad chilena, y tanto el Gobierno americano como el argentino están trabajando para identificar a la familia.
Según se informó, no hubo sobrevivientes de la tragedia sobre el río Potomac, donde las autoridades continúan trabajando para recuperar los cuerpos.
Luego de conocerse esta información, el Departamento de Estado de los Estados Unidos se encuentra trabajando de forma conjunta para encontrar a la familia del hombre que murió en compañía de su hijo, con quien viajaba, de nacionalidad chilena.
En conferencia de prensa, el presidente americano, Donald Trump, remarcó que «tristemente no hay sobreviviente alguno. Fue una noche oscura para nuestra nación, una tragedia de proporciones horribles».
En la tragedia murieron más de 60 personas, entre pasajeros y tripulación.
Fuente: Mdzol
Internacionales
Adiós a la agenda woke: el nuevo paradigma empresarial global
Con la vuelta de Trump a la presidencia y el acompañamiento de figuras como Javier Milei, grandes corporaciones abandonan programas de «diversidad» e «inclusión». ¿Estamos ante un cambio definitivo?
Tal como si fueran fichas de dominó, que caen una tras otra, desde hace algunos meses, se viene observando un cambio notable en el enfoque de grandes corporaciones respecto a las denominadas "políticas de diversidad, equidad e inclusión" (DEI).
Estos programas, que se expandieron y popularizaron en los últimos años junto a la agenda "woke", inadvertidamente, están desapareciendo con una velocidad fugaz en el ámbito empresarial.
¿Cuánto ha tenido que ver en este cambio el retorno de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos? ¿Es el comienzo del fin del "wokismo" en las compañías privadas? ¿Estamos ante el inicio de un nuevo paradigma empresarial?
Ascenso repentino
La agenda DEI cobró gran relevancia tras las protestas de 2020 lideradas por el movimiento radical Black Lives Matter (BLM) en Estados Unidos. La muerte de George Floyd, un ciudadano negro con graves antecedentes penales, provocada por la asfixia de un policía blanco en Minneapolis, desató una serie de violentas manifestaciones en todo el territorio estadounidense que, en muchos casos, llegaron a sitiar zonas urbanas durante meses y a exigir la abolición de la policía.
Bajo la dirección de BLM y el acompañamiento de los grandes medios de comunicación, se ejerció una enorme presión social y mediática hacia distintos ámbitos para que se genere conciencia sobre la "discriminación racial".
Las protestas tenían un claro trasfondo político: debilitar a Trump en la campaña electoral de 2020 frente a Joe Biden. El entonces candidato demócrata buscó hábilmente sumar el apoyo de BLM sumando a Harris como su compañera de fórmula. La entonces senadora de California tenía un discurso mucho más radical (simpatizaba con la propuesta de desfinanciar la policía) y se presentaba como una "descendiente afro".
Ya instalada en la Casa Blanca, la Administración Biden-Harris impulsó no solo la agenda DEI en el ámbito gubernamental (sumando políticas raciales y de género) sino que presionó para que las empresas hicieran lo propio. Por ejemplo, determinó que para ser proveedor o contratista del estado la compañía en cuestión debía tener un programa de "diversidad" e "inclusión".
En ese período, un estudio de Harvard Business Review indicó que más del 50% de las empresas Fortune 500 implementaron estos programas.
Según un informe de McKinsey & Company, las iniciativas de diversidad llegaron a representar un aumento del 20% en los presupuestos de recursos humanos en empresas Fortune 500 entre 2020 y 2023, marcando una tendencia sin precedentes.
El comienzo del fin
Si bien en la superficie las grandes corporaciones parecían adherir a esta agenda woke (la cual incluía, en muchos casos, el financiamiento de operaciones trans), por debajo se notaba un creciente malestar por la imposición del estado en las políticas internas de las empresas.
Estas políticas también suscitaron críticas al ser percibidas por algunos como una forma de «discriminación positiva» en detrimento de otros grupos, al tiempo que incrementaban los costos operativos de quienes se veían obligados a contar con un "departamento DEI" en su establecimiento.
El primer gran golpe a esta agenda llegó en 2023 de la mano de la Corte Suprema de Estados Unidos. Un fallo del máximo tribunal, que cuenta con una amplia mayoría conservadora, prohibió el uso de la raza como factor en las decisiones de admisión universitaria. El alcance de la sentencia -afirmaron varios juristas- incluía también a empresas. Era el comienzo del fin.
Caída y… ¿Un nuevo paradigma empresarial?
La victoria de Trump en las elecciones de noviembre de 2024, sin dudas, aceleró la caída de la agenda DEI.
Desde entonces, varias firmas, de las más grandes del mundo, y que eran reconocidas por la enorme inyección de dinero a esta agenda, comenzaron a anunciar "revisiones" o directamente la supresión de las políticas DEI.
Walmart, por ejemplo, comunicó en diciembre de 2024 que reduciría significativamente su presupuesto destinado a programas de inclusión, argumentando que estos debían ser «reevaluados para alinearse con los valores de meritocracia y eficiencia empresarial».
Amazon, por su parte, descontinuó varios programas internos de mentoría centrados exclusivamente en mujeres y minorías raciales, afirmando que preferirá enfoques más amplios para el desarrollo profesional.
Meta, que había sido una de las empresas pioneras en políticas DEI, también anunció despidos en sus departamentos relacionados con estas iniciativas, justificándolo como parte de una reestructuración que prioriza los «resultados empresariales tangibles».
A la lista se suman otras grandes corporaciones como American Airlines, Nissan, Toyota y Harley Davidson.
Orden ejecutiva de Trump
En su discurso de investidura el 20 de enero, Trump dejó en claro que venía a darle el golpe de gracia a los programas DEI prometiendo poner fin a la política gubernamental de "tratar de imponer socialmente la raza y el género en todos los aspectos de la vida pública y privada".
Y no demoró. Al día siguiente, firmó una orden ejecutiva que instruye a las agencias federales a eliminar referencias a principios DEI en subvenciones y contratos, e insta a las empresas a seguir el mismo camino.
"Mi administración ha tomado medidas para abolir todas las políticas discriminatorias absurdas en materia de diversidad, equidad e inclusión (estas eran políticas absolutamente absurdas) en todo el gobierno y el sector privado", explicó el dirigente republicano ante el Foro de Davos días después.
Pero, ¿cuáles son las implicancias reales de este cambio?
En primer lugar hay que decir que no eran pocos los juristas que afirmaban que muchas -por no decir la mayoría- de las iniciativas DEI violaban el Título VII de la Ley de Derechos Civiles al considerar características como raza y género en las decisiones de contratación.
De hecho, empresas como CBS, Morgan Stanley y Gannett aún enfrentan demandas que alegan discriminación contra hombres blancos. Un caso destacado es el del holding mediático, cuyo presupuesto dedicado a iniciativas DEI aumentó un 15% anual entre 2020 y 2022, pero enfrentó críticas por despedir a trabajadores blancos para cumplir con objetivos de diversidad.
En este contexto, ¿cómo deberán adaptarse las empresas tras la orden ejecutiva de Trump? El decreto presidencial sugiere que los empleadores podrían enfrentar acciones legales si implementan programas de contratación basados en raza o género.
Aunque no se han especificado los detalles, esto podría disuadir a muchas corporaciones de mantener iniciativas DEI. De hecho, el ejemplo de Estados Unidos podría expandirse rápidamente a otros lugares del mundo.
"Lo que parecía una hegemonía absoluta a nivel global de la izquierda woke en la política, en las instituciones educativas, en los medios de comunicación, en organismos supranacionales o en foros como Davos, se ha ido resquebrajando y se empieza a vislumbrar una esperanza para las ideas de la libertad", sostuvo Javier Milei en el Foro Económico Mundial.
El presidente argentino afirmó que cuenta con otros "compañeros en esta pelea por las ideas de la libertad en todos los rincones del planeta". Además de Trump, mencionó a la primer ministro italiana Giorgia Meloni, Nayib Bukele en El Salvador, Víctor Orbán en Hungría y Benjamín Netanyahu en Israel.
A la luz de estos hechos, es evidente que estamos ante un momento de cambio caracterizado por el comienzo del fin de la agenda woke, cuyas consecuencias podrían redefinir el papel de las empresas en cuestiones sociales. Los "nuevos vientos" podrían significar un retorno a una ética empresarial más tradicional, centrada en la meritocracia; un paradigma que, probablemente, nunca se tendría que haber abandonado.
Fuente: Mdzol – Miguel Díaz
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