El festejo del rey Momo volvió a tener un tradicional despliegue de disfraces improvisados, o como les dicen en Victoria, 'mascaras sueltas', muchas expresiones demostraron un gran nivel, aunque como pasa desde hace tiempo el sistema de sonido presentó algunas falencias que seguramente serán corregidas para la próxima edición.
La mayoría de los asistentes se manifestaron muy contentos con el espectáculo, aunque un detalle merece atención; Según indicaron algunas personas que presenciaron el show, una cantina vendía bebidas alcohólicas a menores de edad. Esta situación será sin dudas uno de los puntos más importantes a corregir por los organizadores.
El gran cierre de la noche estuvo a cargo de Terror do Corso, que es una expresión emblemática de la fiesta conformada por miles de máscaras, músicos y amantes del carnaval que, sin forma ni reglas, se presenta desde hace más de cuatro décadas como un fenómeno masivo y espontáneo.
La conducción estuvo a cargo de los locutores José María Anghilante, Sergio Retamal y Balbino Vivas.