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Energía

Acuerdo entre Javier Milei y Bukele: modelo carcelario a cambio de energía atómica

La Argentina y El Salvador pusieron en vigencia un acuerdo para la transferencia de conocimiento y tecnología sobre energía atómica. El proyecto clave que podría ser exportado, pero corre peligro.

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Javier Milei viajó a El Salvador y trajo consigo ideas para agudizar su política represiva contra el crimen; buscó asociarse con las imágenes de presos calvos, atados y sometidos. Nayib Bukele consiguió, en cambio, algo menos vistoso, pero con un valor estratégico mayor: un acuerdo de transferencia de conocimiento, tecnología y materiales nucleares para la generación de energía, diagnóstico medicinal y cualquier otro uso pacífico. El acuerdo, incluso, incluye la posibilidad de transferir a ese país los reactores nucleares modulares que Argentina desarrolla para instalar en zonas aisladas y desconectadas. 

Milei es una buena influencia para Bukele, pues también le permite tener acceso amistoso a una figura mundial clave para la aprobación de proyectos de esa índole. Se trata de Rafael Grossi, titular del Organismo Internacional de Energía Atómica, encargado de regular, controlar y autorizar el uso de ese tipo de tecnología en el mundo. El Salvador vive desde  hace décadas una crisis energética y el propio presidente Bukele decidió intervenir política y judicialmente por los costos de ese insumo en el país. 

Milei y Karina estuvieron en El Salvador para el acto de asunción (tras ser reelecto) de Bukele.

El acuerdo fue anunciado por los presidentes y refrendado en el caso de Argentina por la canciller Diana Mondino. El convenio incluye una larga lista de áreas de cooperación mutua que, dado el contexto, tendrán a Argentina como aportante y El Salvador como receptor. El inciso B del convenio detalla que los países trabajarán de manera conjunta en el «Desarrollo, diseño, construcción, operación y mantenimiento de centrales nucleares, incluidos los reactores modulares pequeños». 

La aclaración no es casual. La construcción de centrales nucleares puede demandar décadas. Pero Argentina, junto con otros países, está en carrera para desarrollar a escala reactores modulares que permitirían llevar energía a zonas aisladas, desconectadas y que demandan una relativa baja complejidad para el mantenimiento. Ese es el proyecto CAREM, el reactor modular que se instalará en Lima, provincia de Buenos Aires, y que tiene a la mendocina IMPSA como una de las empresas desarrolladoras. El gobierno de Milei se comprometió con El Salvador a incluir dispositivos de ese tipo en la transferencia de conocimiento, pero la paradoja es que la culminación del CAREM corre peligro por los problemas de financiamiento que tiene la Comisión Nacional de Energía Atómica. 

Mieli viajó a El Salvador para participar del acto de asunción de Bukele, en junio. Un mes después, los cancilleres firmaban el acuerdo nuclear, que se hizo oficial y efectivo el 15 de agosto. 

Argentina es una potencia en el uso pacífico de la energía atómica. Además de los reactores, tiene formación básica de primera línea (realizada en El Balseiro, de la UNCuyo), desarrollo científico y técnico y empresas estatales y mixtas dedicadas al tema. Incluso hay capacidad instalada para la producción de combustibles para reactores: desde minas de uranio, hasta la posibilidad de enriquecer el mineral (hoy se importa porque la planta Dioxitek no está activa).  El acuerdo es amplísimo e incluye una larga lista de ítems de colaboración:

  • a) Investigación básica y aplicada en materia de usos pacíficos de la energía nuclear;
  • b) Producción y utilización de isótopos radiactivos en la industria, la medicina y la agricultura;
  • c) Desarrollo, diseño, construcción, operación y mantenimiento de centrales nucleares, incluidos los reactores modulares pequeños; d) Desarrollo, diseño, construcción, operación · y mantenimiento de reactores de investigación;
  • e) Investigación, desarrollo, diseño, producción y suministro de combustible nuclear para centrales nucleares y reactores de investigación;
  • f) Producción industrial de componentes y materiales necesarios para el uso en reactores nucleares y su combustible;
  • g) Tratamiento y manipulación de desechos radioactivos;
  • h) Medicina nuclear;
  • i) Protección radiológica, seguridad nuclear tecnológica, protección física y seguridad física nuclear, salvaguardias, controles de exportación nuclear y actividades regulatorias;
  • j) Preparación y respuesta ante emergencias radiológicas y nucleares;
  • k) Marco legislativo;
  • l) Capacitación y desarrollo de la fuerza de trabajo dedicadas a las áreas contempladas en el presente Artículo;
  • m) Otras áreas de cooperación que las Partes acuerden por escrito.
Uno de los insumos del CAREM.

El desarrollo de energía nuclear para Argentina es un tema estratégico y de larga historia, pues comenzó en la década del 50. En 2006 Néstor Kirchner relanzó el plan nuclear, con la idea de volver a poner en vigencia toda la cadena de valor (desde la minería a la producción de combustible). En el medio hubo varias idas y vueltas, comenzó la ejecución del Reactor RA-10 y en 2014 entró en generación Atucha II, la tercera central argentina. Hubo un giro político en la gestión de Alberto Fernández cuando se firmó un acuerdo con China para la construcción de Atucha III. 

Fuente: Mdzol – Pablo Icardi

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Desarrollo

Quién es el gigante energético que se suma al proyecto de PAE para exportar gas de Vaca Muerta

Tras la incorporación de Pampa Energía, ahora también tendrá una participación un gigante petrolero europeo. Cuál es el potencial del gas natural licuado para el país.

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En los últimos días el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) está logrando atraer el interés de jugadores internacionales, que posan sus ojos en la explotación de la formación de gas y petróleo no convencional en Vaca Muerta. Y en ese sentido todos los reflectores de los big players internacionales apuntan a la exportación de GNL (gas natural licuado). 

Para eso se necesitan muchos dólares, para avanzar en la instalación de barcos licuefactores. La última noticia en este sentido tiene como eje el proyecto de Pan American Energy (PAE) y Golar LNG en Río Negro. Este lunes se conoció que la compañía británica Harbour Energy confirmó su participación en este proyecto de producción de gas natural licuado.

Fue a través de la firma de un acuerdo para adquirir un 15% de participación en el desarrollo de este proyecto, que es el primero de exportación de GNL en el país, y cuyo corazón es la instalación de un barco flotante de licuefacción. Se estima que Harbour Energy hará una inversión de unos US$ 3000 millones. 

De esta manera, ampliará su presencia en el país luego de haber adquirido los activos de la alemana Wintershall DEA en Argentina, que suman participaciones en yacimientos convencionales de gas y shale en Aguada Pichana Este y San Roque, en Neuquén y en Tierra del Fuego, donde se produce el 15% del gas que se consume en Argentina; también en el bloque CMA-1 (Cuenca Marina Austral 1), que incluye los proyectos Carina, Aries, Vega Pléyade y otros yacimientos.

Con la forma del acuerdo, Harbour Energy apuesta a la producción de GNL a través del buque "Hilli Episeyo", que es propiedad de Golar LNG. Tiene una capacidad de producción y exportación de 2,45 millones de toneladas anuales de gas natural licuado, equivalente a 11,5 millones de metros cúbicos día de gas natural.

«El proyecto, fue presentado en el régimen de incentivo para grandes inversiones RIGI, que representa factor clave para la competitividad del proyecto en el mercado global de GNL», sostuvieron fuentes de Harbour Energy, la compañía que tiene su casa matriz en Londres.

La semana pasada se había conocido el ingreso de Pampa Energía al proyecto, que tendrá una participación de 20%, en tanto crece también el interés de YPF. 

La licuefacción es la última etapa del proceso y es la gran esperanza del Gobierno para lograr una amplia balanza energética superavitaria. La idea es que el barco tome gas natural de Vaca Muerta utilizando la infraestructura y capacidad existente del sistema en los meses de menor demanda. El objetivo es operar todo el año, una vez que esté completa la inversión en nueva infraestructura.

Fuente: Mdzol

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