Al respecto, pidió al Gobierno nacional y provincial que reconozcan la problemática y pongan en marcha soluciones que frenen el cierre de más establecimientos de salud que ya corren peligro. "El panorama es realmente muy complicado", enfatizó con preocupación la referente empresaria.
Faltan "medidas de fondo"
"Somos esenciales cuando nos necesitan", lamentó al recortar el largo período de pandemia que visibilizó su vital importancia para sostener el entramado social y productivo, pero que tampoco terminó sirviendo para tomar "medidas de fondo" que solicitan desde hace más de dos décadas.
"La situación de la provincia no escapa al del resto de las provincias con sanatorios del sector privado que trabajan para la seguridad social", señaló y aclaró que las empresas de salud en Entre Ríos dependen en gran medida del vínculo con las obras sociales. Sobre este punto, diferenció que las compañías de medicina prepaga que, si bien centralizan el debate nacional, apenas inciden entre un 5 y 7% en el financiamiento del sector privado de salud en el interior del país.
Para poner en contexto, D'Agostino recordó que la emergencia en salud se declaró en 2002 y se extendió hasta diciembre de 2023. "En 21 años no se tomaron medidas de fondo para el sector, luego de ir de emergencia en emergencia prorrogada. Pasamos pandemia, períodos que no teníamos pacientes, otros con sanatorios llenos, un montón de crisis, pero medidas de fondo no se tomaron", planteó.
Sin parches temporales
En esta coyuntura, recordó que la emergencia caducó en diciembre de 2023 y con ella "se terminó el subsidio en el empleo, la disminución que teníamos en contribuciones y en el impuesto al cheque, que se extendieron ambos hasta marzo". En otras palabras, las políticas de alivio fiscal fueron parches temporales que, una vez finalizadas, obligaron a afrontar costos mayores a las empresas en medio de una recesión y licuación de ingresos.
Pero ello no es todo. Indicó que "a nivel provincial cayó junto a la emergencia el subsidio del 50% a la energía, siendo que somos electrodependientes, que no podemos apagar o poner más despacio un respirador en terapia ni podemos apagar la luz los fines de semana". Incluso, el impacto fue considerablemente mayor si se contemplan los incrementos tarifarios dispuestos a nivel nacional y que se trasladan sin morigeración en Entre Ríos.
Además, subrayó: "A esto se suma la devaluación que nos impactó de lleno en los costos. Los insumos, medicamentos, descartables, tienen mucho componente importado. Ni siquiera se comportó con el índice de la devaluación, sino con porcentajes superiores y totalmente dispares. Se calculó un dólar a 2.000 pesos en diciembre", advirtió, y agregó que también debieron ajustar necesariamente los salarios frente a la crisis que soportaron sus empleados. "Esto da un panorama que realmente es muy complicado".
Deudas crecientes
La presidenta de Acler informó que la crisis actual tiene la particularidad del elevado endeudamiento. "Endeudamiento con AFIP, con ATER, muchos regularizados a través de planes de pagos, pero algunos sin regularizar. Sanatorios que no pueden pagar en tiempo y forma los sueldos y lo hacen de forma escalonada. Durante 21 años de emergencia, la AFIP no pudo embargar los sanatorios, pero termina el 31 de julio. No sabemos qué va a pasar", advirtió.
Ante este escenario, Acler realizó una encuesta en 34 de 38 sanatorios de la provincia:
• El 72% mantiene deudas con AFIP. El 66% del total por períodos mayores a tres meses.
• El 60% tiene planes de facilidades de pago.
• El 46% mantiene deuda con ATER, de las cuales el 30% de ese total están regularizadas en planes de pago.
• El 42% de las clínicas no están abonando sueldos a término.
• El 51% de los establecimientos no están cumpliendo los plazos de pago con proveedores.
• El 15% ya ha tenido reclamos por incumplimientos bancarios y/o financieros.
• El 66% ha tenido que recurrir a endeudamiento para cumplir con obligaciones corrientes.
Cadena
-¿Cómo es el diálogo con las obras sociales en este contexto?
-Esta crisis toca a muchos sectores. El impacto de la devaluación e inflación es terrible en nuestros costos. Vamos a las obras sociales y les explicamos el costo de tener un día de terapia o una hora de quirófano. Pero, por otro lado, nos contestan: "Lo que podemos darles es esto y tiene que ver con mis ingresos de mi paritaria en mi sector". Nos pasa con el sector público con Iosper y las obras sociales nacionales. Ha quedado desfasado el precio de nuestro trabajo comparado con los costos reales. A corto plazo no vemos una salida real. Encima, la crisis agarra a muchos sanatorios con endeudamiento y precios que no podemos poner.
-¿Cómo está la cadena de pagos?
-Se ha vuelto a estirar.
-¿Cuáles son los plazos?
-De 60 a 90 días. Tenemos convenios que dicen 45 días, pero pagan a los 60. Y los convenios a 60 días, los estiran tal vez a 75. Hemos tenido que mandar muchas cartas documentos desde la Asociación por no cumplimiento de los plazos de pago e intimándolos a actualizar aranceles. Es común todas las semanas la cantidad de cartas documentos que salen.
-¿Hay un cálculo estimado del desfase entre los costos y los aranceles que el sector reclama?
-No todas las obras sociales tienen el mismo arancel. Depende de cada una cómo estamos de desfasados. Por ejemplo, Iosper tal vez no tiene los mejores aranceles, pero nos pagaba muy rápido. Ante la presentación de facturas, nos pagaba el 50% de la facturación y, antes de 30 días, cancelaba. Esto se ha diferido 30 días, que está en consonancia con los ingresos que recibe Iosper. Para nosotros es muy malo porque las empresas tenían calzada la financiación, tanto para sueldos como contribuciones o lo que fuera.
-¿Y cómo es el diálogo con el Gobierno provincial para plantear estos temas?
-Hemos estado en el Ministerio de Economía y estuvimos con el gobernador. Ahora estamos haciendo otra ronda de reuniones.
-¿Por dónde va el planteo? ¿Impositivo, tarifario, de financiamiento?
-Va por varios puntos. Estamos pidiendo que se pueda volver a recibir el subsidio a la energía que se cortó en diciembre; eso es fundamental para todas las clínicas con internación. Estamos pidiendo que la tasa del Sircreb de retención sea menor porque si no nos quedan fondos que no podemos utilizar o quedan muy diferidos y hoy necesitamos capital de trabajo. Estamos pidiendo que revean la alícuota de Ingresos Brutos, que hoy es del 2,5%. Históricamente han bajado la tasa del agro y la industria, pero no de los servicios. Y comparativamente somos un servicio de mano de obra intensiva.
"Cayeron instituciones y peligran otras"
D'Agostino puso en valor la capacidad de muchas instituciones de salud en la provincia de enfrentar crisis tras crisis, generar trabajo calificado en blanco e invertir en tecnología, a pesar de las históricas vicisitudes. Incluso, destacó su importancia para sostener la seguridad social y complementarse por medio de vasos comunicantes con los hospitales públicos dado que "el sistema de salud es uno".
Sin embargo, a pesar de ese esfuerzo, la titular de Clínica "La Entrerriana" alertó por el cierre de empresas en los últimos años y meses, con el serio riesgo de que corran la misma suerte otras firmas. "Se han caído muchas instituciones de salud y vemos que peligran algunas otras que son cabecera de departamento; cada vez hay menos camas en Entre Ríos", alertó.
-¿Cuántas instituciones privadas de salud han quedado hoy en la provincia?
-Te puedo decir cuántas han caído. En Paraná teníamos el sanatorio Rivadavia, la clínica España, la Mater Dei y ahora el ICER. En el interior se cerró una en Concepción del Uruguay, una en Gualeguaychú, en Urdinarrain, otra en Paraná Campaña… Es terrible y se puede agudizar el proceso. Por eso, considero que el Gobierno nacional y provincial deben tomar cuenta de la situación. No se puede hablar de salud sin el efector privado que es complementario y fundamental para el contexto. Por lo menos deben reconocer el problema, que es lo primero, para empezar a pensar en conjunto las posibles soluciones.
-En pandemia fueron elementales, ¿cree que hasta la sociedad ya los olvidó?
-Somos esenciales cuando nos necesitan o necesitan una cama. Muchas veces uno tiene que decir que no hay camas y te preguntan: "¿Cómo no hay una cama? ¿Cómo no hacen más camas? ¿Con qué?".
"Trabajo no falta, pero…"
D'Agostino coincidió en advertir que producto de la crisis más personas concurren a los efectores públicos, sean hospitales o centros de salud. Pero al mismo tiempo, señaló que en las clínicas y sanatorios mantienen una alta demanda ante una menor oferta que concentra la atención fundamentalmente de pacientes con obras sociales. "Trabajo no falta, pero hay una disparidad entre el costo y la realización de cualquier práctica", aclaró.
La empresaria remarcó que el trabajo es intensivo y que se debe sostener al personal. "No hemos bajado porque no podés trabajar con menos empleados. El convenio es claro. Tenés que tener una enfermera cada diez camas; una mucama cada doce; tenés tres turnos; se trabaja 44 horas semanales y tenés un día y medio de descanso semanal; tenés que tener camilleros, administrativos, personal de terapia, la guardia médica, la de cardiología, la de terapia. Todos ellos son parte del personal, sin contar los profesionales que trabajan por sus honorarios", describió.
-¿Hay alguna expectativa de mejora en los próximos meses si la economía acompaña, como promete el Gobierno nacional?
-No lo puedo evaluar porque no sé si la Ley Bases, por ejemplo, tendrá un efecto inmediato, mediato o cómo será, porque dependía de cómo salía la Ley. Ahora tenemos que ver qué efecto tiene en la relación con las provincias, si habrá más fondos o no…
-Es decir, sigue la incertidumbre…
-Sí, te diría que es un escenario incierto.
-¿Cuál es el ánimo del empresariado que sigue en pie?
-Estamos haciéndole frente. La gente demanda respuestas y no las tenemos. Vivimos haciendo gestiones, pero hasta ahora no han tenido éxito. Tenemos buena recepción, nos escuchan, pero no ha habido una respuesta.Fuente: Dos Florines