Como sabemos, la vista humana es nuestro sentido perceptivo fundamental, aquel que nos permite captar el mundo que nos rodea a través de la luz. Pero en comparación con algunos animales, tiene ciertas limitaciones de rango visual y capacidad de percepción.
Sin embargo, la tecnología actual nos permite subir a sus hombros y ver más allá. A punto tal que cuando a ella se suma al afán investigativo y la búsqueda persistente de respuestas, suele traer frutos sorprendentes. Así lo entiende Cheko Jaroslav, quien tiempo atrás nos sorprendió con imágenes captadas por la noche en el misterioso Cerro de la Matanza de Victoria, grabadas en el espectro infrarrojo y con panorámicas en 360 grados.
Pero en esta oportunidad, el investigador se trasladó con su equipamiento hasta una zona de bañados de Pajonal, en el Departamento Victoria, donde una vez más logró registrar mediante su SAVID 360º (Sistema Autónomo de Visualización Infrarroja a Distancia) sorprendentes imágenes de un mundo -hasta ahora- "invisible".
En la mesa de las hipótesis, Cheko se pregunta si las figuras captadas corresponden a "plasmoides", entendidos como formaciones de plasma que pueden encontrarse en diversos entornos, como en el espacio exterior, en experimentos de laboratorio y en fenómenos naturales en la atmósfera terrestre, correspondientes a objetos altamente ionizados, que pueden mantenerse estables durante un cierto período de tiempo antes de desaparecer o transformarse.
Irrupción de energía
Pero lo más llamativo fue la captación de una especie de "ondas" que abarcaron la panorámica total de la cámara, con una especie de amplitud fulgurante: "Nunca vi una cosa parecida en mis trabajos de campo… y miren que he andado…", reflexionó el investigador: "parece algo así como una irrupción de energía, con una alteración importantísima en el campo visual de la cámara", describe con entusiasmo.
Todo sigue siendo materia de investigación y de análisis de nada menos que 8 horas de grabación, que deben ser multiplicadas por cuatro en base a las cámaras utilizadas.
Victoria y su similitud con el rancho Skinwalker
La diversidad de avistamientos y registro de fenómenos inexplicables en Victoria lo emparentan con un área ubicada cerca de Ballard, Utah, en los Estados Unidos, popularmente conocida como el rancho Skinwalker, famosa por una serie de eventos extraños y fenómenos inexplicables que han sido reportados por múltiples propietarios a lo largo de las décadas.
Algunos de los fenómenos reportados en el Rancho Skinwalker incluyen avistamientos de ovnis, criaturas extrañas, animales mutilados, luces misteriosas, desapariciones temporales de animales y actividad paranormal. Uno de los aspectos más destacados es la presencia de lo que se ha descrito como "skinwalkers", criaturas de la mitología navaja que se cree que tienen la capacidad de transformarse o cambiar de forma.
El rancho fue adquirido por el empresario Robert Bigelow en la década de 1990, quien fundó el Instituto de Estudios Avanzados de Bigelow (BAASS) para investigar los fenómenos inexplicables que ocurrieron allí. Sin embargo, gran parte de la investigación realizada en el rancho ha sido clasificada o no se ha hecho pública.
El Rancho Skinwalker ha sido el tema de libros, documentales y películas, y ha generado interés tanto en la comunidad de ufología como en la de lo paranormal. Aunque muchos de los eventos reportados no tienen una explicación científica clara, algunos investigadores sugieren que podría haber fenómenos naturales o causas psicológicas detrás de algunos de los avistamientos y experiencias reportadas en el área. Sin embargo, el misterio que rodea al Rancho Skinwalker persiste y continúa siendo objeto de especulación y debate.
Conclusiones: la puerta a más preguntas
Volviendo a Victoria, lo cierto es que hay una certeza: las preguntas continúan surgiendo una tras otra, en un desfile incesante, tal como lo hicieron las anomalías captadas: "la verdad no tengo explicación", agrega con sinceridad el investigador.
No obstante, una vez más, las figuras de extraordinaria singularidad allí están.
Quizás, en un nuevo guiño de complicidad, el insondable misterio ha permitido que le tomaran otra sesión de selfies.