Por Amelia Gisbert
Lo interesante de los gatos es que poseen una doble reputación. Por un lado, se los ha asociado a la buena suerte, prosperidad y hasta se les han atribuido poderes curativos, pero por otro lado también, han sido relacionados a la mala suerte y con la desgracia.
El culto o la adoración de los gatos ha tenido lugar en diversas civilizaciones y regiones a lo largo de la historia. Por ejemplo, en el antiguo Egipto, se veneraba a la diosa Bastet, encargada de la protección del hogar, la armonía y la felicidad. Incluso, en excavaciones arqueológicas, se han encontrado gatos enterrados en las tumbas junto a sus amos como símbolo divino de acompañamiento hacia el más allá. Por su parte, Japón, lo simbolizó como amuleto de la buena fortuna siendo asociados a la protección de los hogares.
Durante la Edad Media fueron imprescindibles en los navíos, si bien su función principal era el control de los roedores dentro de las embarcaciones para asegurar la integridad de las provisiones de los tripulantes, también oficiaban como compañeros durante las largas travesías en altamar
Las historias sobre los gatos atravesaron afirmaciones muy curiosas que incluso, en la actualidad, se siguen escuchando. Entre ellas podemos citar algunas de las más populares como:
"Los gatos siempre caen de pié"
Este mito tiene su fundamento en que los felinos poseen una enorme flexibilidad y un gran sentido del equilibrio. Por tal motivo, son capaces de acomodarse en el aire mientras se encuentran en caída libre para poder adquirir una postura que permita minimizar el impacto. Sin embargo, esto no significa que no puedan sufrir lesiones luego de una caída. Muchos gatos sufren accidentes que pueden ser evitados con los correctos recaudos por parte de sus tutores.
"Los gatos tienen 7 vidas"
Esto se debe a que se trata de una especie que posee una enorme capacidad para detectar y evitar situaciones de peligro. En la naturaleza son "depredadores y predados", esto quiere decir que para alimentarse deben cazar, pero a su vez pueden ser cazados. Esto les otorga habilidades que otras especies, como el perro, no poseen. Los gatos, por ejemplo, al tomar contacto con sustancias amargas, en su gran mayoría, producen una profusa salivación que les evita intoxicaciones. Por otro lado, son grandes ocultadores de enfermedades, suelen esconder sus dolencias incluso ante los ojos de los tutores más meticulosos, llegando a manifestar los signos de las enfermedades que padecen cuando estas se encuentran avanzadas. Incluso, muchos de ellos poseen una gran capacidad de recuperación en comparación con otras especies.
"El gato ronronea cuando está contento"
Cuando una gata amamanta a los cachorros, estos ronronean para demostrarle que se encuentran bien mientras la madre los protege. A medida que crecen, también ronronean cuando se encuentran a gusto. Sin embargo, también es signo de malestar. Cuando se sienten enfermos o se encuentran frente a situaciones que los incomoda, muchas veces ronronean como forma de "evadir la realidad".
"Los gatos traen mala suerte"
Durante la época medieval en Europa, se asociaron a los gatos negros con las brujas. Se creía que las brujas eran capaces de transformar a personas, o incluso a ellas mismas, en gatos negros. De allí devinieron infinidad de creencias de mala fortuna que dieron lugar a la cacería y matanza de gatos durante ese período de la historia y a su mala fama. Afortunadamente ya no tienen tan "mala prensa".
"Los gatos poseen poderes curativos"
No existe evidencia científica sólida sobre este hecho, sin embargo, se observó que personas que conviven con gatos, pueden controlar mejor la ansiedad y la depresión. Asimismo, se ha considerado que el ronroneo de los gatos posee un efecto pacificador en algunas personas y que ha colaborado favorablemente con el acompañamiento y la recuperación de diversas dolencias.
En la actualidad, cada vez más familias optan por tener a un gato como compañía. La población de gatos domésticos se ha incrementado exponencialmente desde los últimos años. La belleza y misterio que se encuentra detrás de ellos, sumado a la capacidad de adaptación a pequeños espacios, higiene, rutinas de vida actuales que insumen muchas horas fuera de casa, han propiciado que muchos los elijan como compañeros. Sin embargo, no hay que descuidar que se trata de una especie que posee requerimientos que debemos respetar para garantizar su plena salud y bienestar. Por tal motivo, es fundamental consultar un veterinario para asesorarse sobre los mismos.
Aprovechemos este martes (y el resto del año) para festejar con nuestros gatos. A quienes todavía no hayan tenido la experiencia maravillosa de convivir con ellos, los invito a que no se la pierdan.
Fuente: Télam