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Mujer

Las tareas de cuidado serán el eje central de la XV Conferencia Regional sobre la Mujer

Argentina es sede del principal foro intergubernamental regional de las Naciones Unidas sobre los derechos de las mujeres y la igualdad de género. Participará la ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación, Ayelén Mazzina y será inaugurado por el Presidente.

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La ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad, Ayelén Mazzina, aseguró este lunes que el eje central de la XV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe que comienza el martes en Buenos Aires tendrá como "columna vertebral" de esta edición las tareas de cuidado, "un tema" que se debe resolver "con lucha, convicción, compromiso y legitimidad, por sobre todas las cosas".

Durante un encuentro con los medios, previo al inicio de la cumbre regional que comenzará mañana, y tendrá lugar hasta el viernes próximo, la funcionaria remarcó que abordar está temática es algo que "nos atraviesa como mujeres, como jóvenes" y que debe ser "atendida de manera trasversal".

"Cuando hablamos de cuidados, generalmente, se hace referencia a las mujeres, y no es solamente algo de mujeres, tenemos que hablar de corresponsabilidad, es decir de responsabilidad compartida entre varones, mujeres, mercado y sociedad", remarcó Mazzina.

Y agregó: "No depende solamente de áreas de género, son temáticas transversales interministeriales, interinstitucionales, con distintos organismos que acompañen para que sea un tema que podamos resolver a la brevedad con lucha, convicción, compromiso y legitimidad, por sobre todas las cosas".

La ministra consideró como "la columna vertebral" del encuentro a las tareas de cuidado, y recordó que esta decimoquinta edición tiene como título: "La sociedad del cuidado: horizonte para una recuperación sostenible con igualdad de género".

Mazzina enfatizó que a las políticas de Estado "hay que darles un marco normativo para que lleguen a los congresos, a las cámaras (de los distintos países) para ser aprobadas y convertirse en ley", y que así "se reconozcan los derechos".

En este sentido, destacó que "por primera vez" se realizará un "foro parlamentario con parlamentarias de distintos países de la región, y se podrán poner sobre la mesa los desafíos con perspectivas de género e igualdad".

Por su parte, María Noel Vaeza, directora regional para las Américas y el Caribe de ONU Mujeres, destacó la importancia de "escuchar a la sociedad civil" a través de distintos encuentros como el "foro (de organizaciones) feminista" que se está llevando a cabo en el marco de la Conferencia.

En este marco, la especialista aseguró que este tipo de intercambios trae "grandes beneficios" y fomentan "la creatividad y da energía para hacer políticas públicas y la reglamentación necesaria para una legislación para establecer sistema integrados de cuidados públicos y privados".

"Cada uno (de las y los parlamentarios) tiene un proyecto, pero no hay integralidad", puntualizó Vaeza, y remarcó que "tenemos que lograr que las tareas de cuidado se conviertan en un pilar más de nuestras sociedades como lo son la salud o la educación".

Durante la conferencia de prensa que se realizó de manera presencial en el Salón Poncho (segundo piso) del Centro de Convenciones del Hotel Sheraton, que fuera transmitida de manera virtual, la directora de asuntos de género de la Cepal, Ana Güezmes calificó como "injusta" a la "organización de los cuidados", y consideró que se trata de una "crisis".

"La región ha avanzado en mediciones del uso del tiempo", afirmó la especialista, y recordó recientes investigaciones que demostraron que "las mujeres dedican al trabajo doméstico y de cuidados no remunerados casi el 20 por ciento de su tiempo, el triple de lo que hacen los hombres".

También hizo hincapié en que "el trabajo no pagado equivale a entre el 16 y 28 por ciento del producto interno bruto (PBI) de la región", y que "el 74 por ciento lo realizan las mujeres, por eso tiene impacto en su autonomía económica".

Güezmes consideró como desafíos próximos abordar "el cuidado infantil de niños y niñas y una enorme carga que viene del cuidado de personas mayores".

Por ello, "llamamos a diseñar medidas audaces para un cambio estructural, un cambio que articule con soluciones realizables, que aborde las desigualdades económicas y sociales", apuntó la funcionaria.

La XV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, organizada por la Cepal y por ONU Mujeres en la ciudad de Buenos Aires, con actividades presenciales que, a su vez, se transmiten de manera virtual para una mayor difusión.

La inauguración de la conferencia está prevista para este martes a las 16 con la presencia de la ministra Mazzina y el presidente de la Nación, Alberto Fernández.

Fuente: Télam

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Historias de vida

Una entrerriana se convirtió en la primera mujer civil en pasar un año en la Base Marambio

María Florencia Jauregui tiene 35 años, es oriunda de Concordia y bioingeniera egresada de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Entre Ríos. Trabajó en Buenos Aires para una empresa internacional de productos y servicios médicos y actualmente vive en España, donde tiene a cargo una unidad de ventas de equipamiento industrial de otra firma multinacional.

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Pero su experiencia más extraordinaria fue en otro continente: la Antártida. Fue, con apenas 24 años, la primera mujer civil en la historia en pasar un año en la Base Marambio, donde cumplió una importante función en el Laboratorio Multidisciplinario Antártico. «Fue una experiencia única», recuerda Florencia, una referencia para otras mujeres que se animen a la misma misión o que deseen crecer en los mundos de la ciencia y las ingenierías.

Antes y después de la FIUNER

Florencia vivió en Concordia hasta los 18 años, cuando se mudó a Oro Verde. Bioingeniería apareció en su vida «sin querer» y marcó su destino, pero no era su primera opción. «Desde pequeña quería estudiar Medicina Forense. Era fanática de un programa de Discovery Channel que se llamaba Detectives Médicos, donde resolvían crímenes en base a la ciencia y la investigación, algo que me encantaba», evoca su infancia.

Sin embargo, cuando terminaba la escuela secundaria y llegaba el momento de decidir la carrera, no se convenció con Medicina. Llegó a evaluar opciones tan variadas como el Periodismo o el alistamiento en la Armada Argentina. Hasta que encontró en una biblioteca un folleto sobre Bioingeniería. «No sabía que existía y sentí que era una mezcla perfecta entre la medicina y la ingeniería. En ese momento lo decidí», recuerda.

Florencia ingresó en 2007. «Desde un principio la Facultad me brindó mucha ayuda. Viví los primeros años en la Residencia Universitaria y eso fue una ayuda económica muy importante para mi familia. A lo largo de la carrera tuve muchas oportunidades: integrar grupos de investigación, viajar a congresos, conocer gente muy interesante, obtener becas y acceder a oportunidades laborales», destaca la graduada de la UNER. Y subraya que las posiciones laborales que más valora «se gestaron» en la Facultad.

El camino profesional

Una fue en Fresenius Medical Care. «En las clases de la materia Bioingeniería III invitaban a profesionales especializados, en una de las clases nos llevaron a recorrer un centro de diálisis de Fresenius en Paraná, donde terminé trabajando algunos años después», menciona Florencia.

Su trayectoria profesional la encuentra desde 2023 en Barcelona, donde vive con su pareja. Trabaja para un grupo multinacional alemán llamado GEA, que provee productos para diferentes industrias, desde alimenticia hasta farmacéutica. Florencia es Responsable Comercial de Homogeneización para España y Portugal. «Extraño el rubro sanitario, pero estoy muy contenta y aprendiendo mucho. Estuve muchos años en áreas técnicas, lo cual me encanta, y esta posición tiene una mezcla entre ambas áreas», valora la profesional concordiense.

Florencia en la Antártida

La otra oportunidad que Florencia destaca haber encontrado en la Facultad la llevó nada menos que al Continente Blanco. «En un encuentro de graduados un colega contó que había trabajado en una campaña científica en la Antártida. Yo estaba en segundo año y desde entonces pensé en viajar. Cuando me gradué me contacté con él y coincidimos en los pasillos de la Facultad. Me dijo: 'no van mujeres'», relata Florencia.

Ella no hizo caso a la advertencia, mantuvo su decisión y se inscribió en la siguiente convocatoria que realiza la Cancillería para campañas en los Laboratorios Antárticos Multidisciplinarios, que son seis: en las bases Carlini, Belgrano 2, Marambio, San Martín, Esperanza y Orcadas. La entonces flamante bioingeniera asistió a charlas informativas y rindió, con éxito, el examen de electrónica que forma parte de la selección. También tuvo entrevistas con psicólogos. «Me hacían viajar muchas veces a Buenos Aires. Era duro saber que no iban mujeres civiles a hacer la campaña de un año completo. Sí mujeres militares y también civiles, pero a campañas cortas, de tres meses. Me costó convencerlos de que podía hacerlo y logré que me acepten. Negociamos que sea en Marambio, la base más cercana al continente y la mejor comunicada», rememora Florencia. Estuvo un año como responsable del Laboratorio científico.

Su función

La graduada de la FIUNER explica en qué consisten las misiones: «La Antártida es un lugar reservado para la ciencia y la paz. Los países tienen bases coordinadas por militares, pero no puede hacerse ningún tipo de prueba militar. Se realizan proyectos de investigación en colaboración con otros países, estudios de la atmósfera, de glaciares, de geofísica y otros temas».

En particular, sobre su labor cuenta que «era responsable de que funcionen todos los equipamientos, recabar datos y enviarlos. Era un trabajo dentro de todo sencillo». Pero aclara que había una relevancia especial: «Mi caso se iba a tomar como referencia o antecedente para las próximas mujeres que se presenten».

Su desempeño y experiencia fue un éxito. «Es un orgullo, porque en las siguientes campañas se presentaron más mujeres y es una satisfacción que si una quiere tener la misma responsabilidad que yo, no tenga que demostrar tanto que puede hacerlo», resalta.

Más mujeres científicas

La joven bioingeniera, entonces con apenas 24 años, vivió 11 meses y medio en la Base Marambio. «Estuve en lugares impresionantes, muy aislados. Fue una experiencia única, muy linda, de crecimiento personal», sintetiza.

A su vez, aclara que no tuvo «ningún problema ni inconveniente» por ser mujer. En el grupo de la Base, de 30 o 40 personas, sólo cuatro eran mujeres. Y las otras tres eran militares. Florencia invita a naturalizar el protagonismo de las mujeres en ámbitos con predominio de hombres. Sobre su experiencia en la Antártida, advierte: «Me llama la atención que a la gente le resulte extraño. Recién ahora, 10 años después, entiendo la relevancia que tuvo».

Sin embargo, señala que queda mucho por avanzar al respecto. «No veo muchas mujeres en posiciones comerciales – técnicas. Lo mismo pasaba en la Argentina. Yo siempre elegí lugares donde había más hombres que mujeres. No hacía caso: me gustaba y lo hacía. Hay muchos factores que influyen, pero me parece importante que cada una de nosotras motivemos y promovamos a las mujeres jóvenes, incluso niñas, a involucrarse en estos rubros siempre que lo deseen», sugiere finalmente.

Fuente: Prensa Fiuner

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