Connect with us

Internet

La Web 3.0, la descentralización de datos y la realidad virtual

Mientras el universo de la Web 2.0 funciona de modo extendido y cada vez más "natural" en todas las áreas de la sociedad y de la economía, a paso firme llega una nueva revolución. Se trata de convertirse en el dueño de los datos que nos conciernen y que hoy está en servidores de las grandes empresas.

Published

on

La Web 3.0 o Web3 implica un cambio de paradigma. Si bien la mayoría estamos entrenados en internet, datos, redes sociales y hasta hemos oído hablar de programación; el desarrollo de la Web apunta a descentralizar la información con el objetivo de que dependa de cada persona o usuario; en lugar de estar en el servidor de un tercero.

El desarrollo de la Web 1.0 tuvo que ver con la posibilidad de consumir contenidos de una manera unidireccional. En la actualidad, vivimos una suerte de auge de la Web 2.0, que permite al usuario generar su propio contenido a través de diversas plataformas. Entre las más conocidas, entre otras, están YouTubeInstagramTikTok Facebook.

Sin embargo, en tecnología el techo, si existe, parece estar muy alto; por lo que en la actualidad la Web 3.0 es una realidad no sólo en el mundo sino también en Argentina y en Mendoza, con aplicaciones en el ámbito de las finanzas, el marketing y el real estate; entre otros.

El viernes 4 y sábado 5 de noviembre habrá un encuentro en Mendoza denominado Web3Makers (W3M) con el objetivo de bajar a tierra la Web3, blockchain metaverso, así como de establecer redes de networking a partir del desarrollo e implementación de este tipo de tecnología.

Arturo Grande, Francesco Gentile y Emilio Aguiló son los encargados de organizar este evento, que también tiene como público a inversoresprogramadores emprendedores en busca de nuevas posibilidades de desarrollo. 

Datos propios, cripto y arte digital

Las criptomonedas son las representantes más conocidas del rubro, pero no son las únicas. También se utiliza la tecnología Blockchain (cadena de bloques). "El paradigma general es que tu información dependa de vos y no de un tercero", explicó Emilio Aguiló; también de la empresa Balmest y un apasionado del tema.

Así, en líneas generales, cada uno puede ser dueño de sus datos, a través de lo que se llama Token No Fungible, más conocido por sus siglas en inglés NFT. Se trata de un activo digital encriptado y único, que no se puede intercambiar y, por tanto, es posible realizar un seguimiento acabado del mismo o, lo que es lo mismo, verificar la trazabilidad.

A partir de esta idea funcionan las billeteras virtuales y la compra del "criptoarte". Se trata de obras de arte digitales que pueden comprarse y a las que se puede acceder a través del NFT. Este sistema también servirá, por ejemplo, para traspasar un pasaje de avión a alguien más; algo que en la actualidad es muy complejo.

Estas opciones financieras, de consumo o ahorro no dependen de ningún banco y garantizan la trazabilidad de los productos. Incluso, muchas entidades bancarias utilizan la tecnología para realizar transacciones más seguras y evitar posibles pérdidas a partir, por ejemplo, de una caída de los servidores de Google.

A partir de esta idea funcionan las billeteras virtuales y la compra del "criptoarte". Se trata de obras de arte digitales que pueden comprarse y a las que se puede acceder a través del NFT. Este sistema también servirá, por ejemplo, para traspasar un pasaje de avión a alguien más.

«Blockchain (cadena de bloques) es una base de datos distribuida y segura (cifrada) que puede aplicarse a cualquier tipo de transacción", definió Aguiló. Por este motivo, la tecnología también se utiliza en el real estate.

Por ejemplo, en el "nuevo crowdfunding inmobiliario" a través del cual –y a través de un Token- se puede dividir una propiedad para financiarla, construirla o comprarla con el objetivo de aportar liquidez, diversificar, ofertas o permitir acceso a pequeños ahorristas.

Por otro lado, la empresa de Aguiló busca lanzar un sistema para garantizar la trazabilidad personal como inquilino y que esos datos (comportamiento, cumplimiento, etc.) le pertenezca a cada persona en lugar de a las empresas que alquilan.  

Un mundo paralelo y virtual

La descentralización de datos que plantea la Web3 apunta a lo que se conoce como metaverso, un universo de ficción, una especie de plataforma donde las personas viven la vida que quieren a través de un avatar que llaman, visten y hacen lucir como quieren.

Y más que un juego, se trata de un gran negocio en crecimiento para las marcas, ya que a partir de los NFT, las criptomonedas descentralizadas, las obras de arte digitales y los datos propios; las empresas compran y alquilan locales en metaverso, venden zapatillas o vestidos de lujo a valores más altos que en la economía real y hasta los famosos abogados han abierto un estudio para dirimir conflictos.

Fuente: Mdzol

Advertisement
Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Internet

Plataformas freelance: ¿siguen siendo efectivas como oportunidad laboral?

En los últimos años, vienen ganando adeptos varias plataformas para freelancers que cuentan con muchos usuarios latinoamericanos. Ávidos de poder acceder a clientes de todo el mundo, se adentran en estos sitios para encontrar tareas sencillas y que conlleven pocas horas, aunque con la ventaja de poder valuar su trabajo remoto en dólares y generar contactos para futuras oportunidades laborales y fidelizar clientes.

Published

on

Por Gabriela Yalangozian

Parece una panacea, pero conseguir trabajar bajo la modalidad freelance a través de plataformas como Workana, Freelancer, Upwork o Fiverr, entre las más conocidas, no es tan sencillo como parece. En principio, se debe saber que estos portales  actúan como intermediarios entre clientes y autónomos. Y como todo trabajo remoto, existen pros y contras. 

El primer paso es crear una cuenta en cada una de estas plataformas, pero eso no es suficiente. Cada trabajador freelance tiene que tener un perfil que incluya sus mejores portfolios, habilidades, y capacidades, a fin de tener mejores chances de ser elegido por el cliente que busca uno o varios trabajadores para concretar determinadas tareas. Además, se debe saber que, si se consigue ese trabajo remoto, el portal recibirá un porcentaje de la paga que el usuario reciba.

Cada una de estas plataformas recibe un porcentaje de la paga que recibe por su trabajo remoto el freelancer. Foto: Freepik

Los portales de trabajo remotos más conocidos son:

  • Upwork

Es uno de los mercados freelance más grandes para profesionales independientes con clientes de todo el mundo. Pero si bien se publican miles de puestos de trabajo remoto, también la competencia es muy grande y es más difícil destacarse para ser contratado. Además, tiene un programa donde reclutadores emparejan al trabajador con clientes potenciales, con un pago por parte del aspirante a realizar la tarea. Existen también, diferentes niveles de perfil freelance en función del rendimiento, reseñas y cuánto dinero se gana en un año. 

Por otro lado, y como en todas estas plataformas, hay que tener cuidado de no caer en puestos de trabajo fraudulentos o «scammers» (estafadores). 

  • Fiverr

Fiverr funciona a través del ofrecimiento llamados "gigs" que se configuran según las habilidades del trabajador. Las gigs son paquetes de servicios con entregables y tiempos de realización predefinidos. Estos paquetes pueden tener hasta 3 niveles de entrega con diferentes precios, y permite a los clientes darle una propina a su contratado por un buen trabajo realizado. Fiverr es una de las pocas plataformas que también ofrece cursos para freelancers y autónomos.

Por otro lado tiene una gran variedad de ofertas que van de 5 a 995 dólares por oferta; y muchos clientes buscan contratar a algún freelancer pagando lo menos posible por trabajos sencillos, También tiene como contra que hay mucha competencia y es difícil conseguir los primeros clientes.

  • Workana

Workana es el mayor mercado freelance para profesionales independientes y clientes de habla hispana, y eso la hace también extremadamente competitiva. En esta plataforma, los clientes publican un proyecto y los freelancers se postulan enviando una propuesta. Si el cliente está interesado, recibes una respuesta y negocias los detalles antes de ser contratado. Lo malo es que, al ser muy competitiva, los clientes reciben decenas de propuestas por trabajo y los proyectos suelen pagarse a un bajo valor.

  • Freelancer

Freelancer es una de las plataformas freelance que tiene más años en el mercado y se pueden encontrar puestos laborales en más de 1.800 categorías. Para conseguir clientes hay que presentar una carta de presentación y «pujar» con otros frelancers por el puesto de trabajo con una propuesta concreta; si se logra calificar, puede ser incorporado por el cliente como proveedor de servicios. Otra forma es participar en concursos realizando el trabajo requerido, pero sólo se cobra si se es elegido como ganador. Lo bueno es que es una plataforma grande y con un flujo constante de proyectos. Lo malo es que la comisión es elevada y que, de no ganar un concurso, se trabajó sin obtener rédito alguno.

Otras plataformas no tan conocidas en Argentina pero que funcionan de una manera similar son Toptal, Guru, 99Designs, People Per Hour, We Work Remotely, Outsourcely, ServiceScape y Writer Access, entre muchas otras.

MDZ dialogó con distintos argentinos que tuvieron experiencias con estas plataformas. Algunas buenas otras nulas. Foto: Freepik

Experiencias de distinto tipo

Carolina Martino es mendocina y comunicadora social. En septiembre del año pasado tuvo la iniciativa de crearse un perfil en Upwork para poder tener un ingreso extra y en dólares. «Desde entonces hasta ahora, únicamente concreté un solo trabajo en el que me pagaron 20 dólares por un artículo de 600 palabras. La plataforma se quedó con una comisión del 20%, por lo cual gané 16 dólares en total. Pero como el monto no llega al mínimo, nunca lo pude retirar», explicó a MDZ.

«Muchos de mis colegas que conozco te van a decir lo mismo. Es más, algunos ni siquiera han tenido la experiencia de haber concretado algún trabajo. Yo me metí en Upwork y a las dos semanas salió ese laburo. En este rubro, es difícil. Por ahí diseñadores gráficos o editores de video puede que tengan un poquito más de salida laboral. Pero tampoco es que hacen un gran diferencia», aseveró.

«En la mayoría de las plataformas te pide que llenes un perfil y obviamente, de acuerdo a tus antecedentes y a tu currículum, podés acceder a diferentes trabajos. En Workana, vos podés hacer correcciones o transcribir audios, pero esas tareas son las que más postulantes tienen. Y finalmente realiza el trabajo quien menos dólares por hora cobra. Tanto así que, al final, no te conviene postularte», analizó Carolina.

«Creo que uno se mete con muchas expectativas de lo que realmente estos portales tienen para ofrecer. Quizás sea el nicho, la comunicación, que está medio colapsado. Para mí, uno de los grandes defectos con Workana, por ejemplo, es que no hay un feedback con un posible cliente. Hay veces que un solo puesto tiene con mil propuestas de distintos aspirantes», reflexionó.

«Llega un momento donde la autoestima pesa y decís: ´bueno, evidentemente esto no es para mí´. Antes era muy conveniente por el pago en euros o en dólares. Hoy, sinceramente, no conviene. No solo porque no podés sacar el dinero, sino porque te cobran impuestos para poder pasarlo a pesos. Yo hoy las he dejado de lado directamente», concluyó.

«Antes era muy conveniente por el pago en euros o en dólares. Hoy, sinceramente, no conviene», señaló la mendocina Caro Martino. Foto: Freepik.

Carlos Gaia es programador y contó a MDZ que la experiencia que tuvo junto algunos de sus ex compañeros de trabajo. «Entré en su momento como freelancer a ver de qué se trataba. Y bueno, son trabajos concretos que tienen un formato que es al estilo subasta. Ocurre que tenés que competir por ese mismo trabajo con programadores de Bangladesh, de la India, de China… Y algunos que están muy especializados y ya tienen los diseños como ´prefabricados´, por decirlo de alguna manera», explicó.

«Por esta razón, a mí nunca me llamó la atención, no me parecía rentable. A otros compañeros les pasó lo mismo. Lo que sé es que quienes no tienen mucha experiencia, ingresan a Bellatrix, ahora que es de Globant, y empieza por ahí. Pero si ya tenés un título de ingeniería en sistema, una licenciatura o tenés tres o cuatro años de experiencia, no te rinde tampoco hacer experiencia allí. Te conviene trabajar en relación de dependencia o directo para algún cliente por contrato, más que buscar tareas remotas a través de este tipo de plataformas«, aseguró.

La experiencia de Florencia Potter, fotógrafa de CABA, que hoy está viviendo en París, fue diferente a la de Carolina o Carlos. Ella empezó hace cinco años en estas plataformas y se hizo una cartera de «clientes referidos». «Hoy solamente entro a estos portales, si se me ´cae´ algún cliente», señaló a MDZ.

«Upwork, Fiverr, Workana, Freelancer, trabajé con varias de ellas. Lo que tenés que buscar es clientes, no trabajo», aconsejó

«Si no tenés un oficio o una carrera, podés aprender una profesión de esas que antes no existían como esto de ser asistente virtual que es como un secretariado remoto que calendariza compromisos. También podés hacer tareas de contenido para redes o branding digital», ejemplificó.

«Hay mucha competencia, es sí. El tema es persistir y armar un muy buen perfil. Mi sugerencia a aquellos que quieran ingresar es que se lo tomen como lo hacen en una búsqueda de trabajo normal. Es decir, dedicarle cuatro horas aplicando a trabajos, mandando CV, etc. Sin dudas, puede convertirse en una forma de obtener ingresos extra. Pero, si querés, hasta podes vivir del trabajo remoto como freelance si vas enganchando clientes y la ´rueda´ comienza a girar», afirmó Florencia. 

Fuente: Mdzol

Continue Reading
Advertisement
Advertisement
Advertisement
Advertisement
Advertisement

Más leído