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Economía

El Gobierno reestructuró el 98,8% de la deuda pública local y despejó horizonte financiero

El ministro de Economía Martín Guzmán lo anunció en una conferencia de prensa en el Microcine del Palacio de Hacienda. «Está resulto el problema del endeudamiento insostenible y tenemos un mercado en pesos», afirmó.

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El Gobierno nacional logró reestructurar el 98,8% de la deuda pública bajo la ley argentina por un monto de US$ 41.715 millones y, a la vez, pudo pesificar unos US$ 687 millones, como resultado del período temprano de aceptación de la oferta de canje que finaliza el 15 de septiembre próximo.

El anuncio estuvo a cargo hoy del ministro de Economía, Martín Guzmán, quien destacó que tras el cierre del canje de deuda bajo ley extranjera -que alcanzó el 99% de adhesión-, la Argentina «despeja su horizonte financiero» para encarar un proceso de recuperación de la inversión, la producción y el empleo.

«El 98,8% de la deuda quedó reestructurada. Queremos que en Argentina haya un mercado de desarrollo, ahorro y financiamiento de capitales bajo nuestra propia ley, que es algo que necesitamos para los objetivos de desarrollo», afirmó Guzmán en una conferencia de prensa en el Palacio de Hacienda.

«Hoy tenemos que la sostenibilidad de la deuda pública en moneda extranjera ha quedado restaurada. Está resuelto el problema de endeudamiento en moneda extranjera».

Tras precisar que el monto reestructurado de deuda pública bajo legislación nacional fue un monto de US$ 41.715 millones, Guzmán destacó que en este mismo proceso del total de deuda se logró pesificar unos US$ 687 millones, pero que ésto es «un punto de partida, no de llegada» para los objetivos de política económica.

«Se ha despejado muy fuertemente la carga de deuda en moneda extranjera bajo ley argentina lo que, sumado al canje de la deuda bajo ley de Nueva York, muestra una confirmación de los resultados anunciados el lunes», explicó el ministro.

«Queremos que en Argentina haya un mercado de desarrollo, ahorro y financiamiento de capitales bajo nuestra propia ley, que es algo que necesitamos para los objetivos de desarrollo».

Entre las características de ambos canjes -en legislación local y extranjera- que destacó Guzmán fue que ambos lograron reducir la tasa de interés promedio de 7% a 3% con una quita de capital de 1,90%.

Asimismo, recordó que el porcentaje de aceptación anunciado hoy corresponde al cierre de aceptación temprana, ya que el canje permanecerá abierto hasta el 15 de este mes, y que «no hay nadie que haya rechazado la oferta argentina»,

«No enfrentamos posibilidad de litigios. Lo que quedó afuera se seguirá resolviendo. Es una parte muy menor», aseveró el ministro.

Gracias al éxito de la reestructuración, aseguró que «habrá un alivio mayor en los primeros años, permitiendo al sector público contar con otras posibilidades de hacer políticas públicas y al sector privado poder operar en condiciones de mayor certidumbre que antes de los canjes».

Al mismo tiempo, entre los objetivos que se había trazado el Gobierno y sobre los que se avanzó en los últimos meses fue el de la normalización del mercado de deuda local en pesos.

En esa línea, Guzmán destacó que, desde mayo, el Gobierno pudo renovar todos sus vencimientos y comenzar a tomar deuda a tasas reales de interés «sostenibles» en el mercado local, lo cual hizo que el Tesoro dependa menos de la financiación del Banco Central.

No obstante, expresó que «en el horizonte se busca que el Banco Central no esté financiando al Tesoro», al tiempo que reconoció que en la transición de la crisis macroeconómica iniciada en 2018 y profundizada por la pandemia de coronavirus, se apunta «a ir reduciendo ese financiamiento».

«Lo sano es poder financiarse la mayor parte posible en pesos en lugar de en dólares, pero tiene que ser en tasas a las que pueda hacerse frente», sostuvo Guzmán.

Y agregó: «Rendimientos del 50% en términos reales son insostenibles para el sector público. Eso termina en crisis».

Por otra parte sostuvo que el proyecto de ley del Presupuesto 2021, cuyo envío al Congreso está previsto para el 15 de septiembre, tiene el compromiso de «poner las cuentas en orden» para ser consistentes con las restricciones que enfrenta la Argentina.

El lunes Guzmán anticipó que la meta de déficit primario será del 4,5% del PBI para 2021, a lo que hoy agregó que el Presupuesto tendrá incorporado un fuerte impulso a la obra pública para que, a la vez, mantenga la prioridad de generar nuevos puestos de trabajo.

«La obra pública va a tener un rol muy importante. Apuntamos a duplicar la participación del gasto de capital con respecto al año 2019 como porcentaje de producto. Generar trabajo va a ser el objetivo número uno en los próximos meses y el próximo año» aseveró el ministro.

Por último, sobre la cuestión cambiaria y el manejo de la política monetaria, aseguró que el cupo de US$ 200 mensuales para atesoramiento seguirá vigente y que el objetivo del Gobierno es que que las brechas con cotizaciones paralelas del dólar encuentren «por ahora, una situación de estabilidad».

«Hoy tenemos un poder de fuego distinto para intervenir y controlar esa brecha», afirmó Guzmán quien sin embargo, sostuvo que «el objetivo es que en horizonte se logre reducir la brecha y llevarla a cero. Para eso necesitamos ir juntando reservas, pero eso no se consigue en lo inmediato».

«Los objetivos van a requerir de un manejo macroeconómico consistente y va a requerir de cautela, de prudencia y de entender, sobre todo, que esto es un proceso. Las cosas no cambian de un día para el otro», concluyó.

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Economía

Se pagó, ¿y ahora qué?: el dato que Milei y Caputo seguirán de cerca

Hay un dato que Javier Milei y Luis Caputo seguirán de cerca para tomar más decisiones económicas clave este año. También comenzará en breve otra etapa: la negociación con el FMI por un nuevo acuerdo.

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Finalmente, ayer a las 10:00 AM el Bank of New York Mellon, agente financiero del país, oficializó la liquidación de los aproximadamente 4.704 millones de dólares correspondientes a la liquidación de enero del 2024 del pago de los Bonares y globales reestructurados en agosto del 2020. En general , fue una jornada tranquila, con un blue descansando desde hace dos días en los 1.220 pesos, con acciones de aquí y de Nueva York y títulos públicos en tenue y prudente suba, y con reservas cayendo unos 1,300 millones, pero con un Banco Central que volvió a comprar divisas por unos 165 millones.

En total, en lo que va del año, la entidad acumula compras por unos 547 millones; con un riesgo país otra vez en baja y cerrando en 564 puntos básicos. Ayer se pagaron unos USD 4.360 millones de los Bonares (AL) y Globales (GD). Aproximadamente USD 460 millones estarán destinados al FGS (Fondo de Garantía de Sustentabilidad), junto a otros USD 60 millones por las tenencias del BCRA, mientras que los restantes USD 3.860 millones los recibirán los tenedores privados de la deuda. De este dinero, unos U$S 1.600 millones corresponden a privados locales, el resto a privados con cuentas fuera del país, muchos en mercados denominados offshore.  

Ahora, a cálculos básicos post pago de los cupones. La foto del stock del Banco Central muestra reservas de aproximadamente U$S 13.800 y 14.3000 millones. De ese dinero, entre 9.000 y 11.000 millones de dólares pertenecerían al Tesoro Nacional, fruto del superávit y de las utilidades de los títulos (que fueron extraordinarias), dinero que se contabiliza parte en pesos. Si la decisión oficial es, como parece por los hechos, dejar ese dinero depositado en la entidad que maneja el, a veces protestón a veces emocionado, Santiago Bausilli, sería la primera vez en décadas que un gobierno pone dinero a ahorrar y exhibir. Y no para gastar. Luego, este dinero podría usarse, por ejemplo, para ayudar a sanear la propia deuda del BCRA, hecho inédito porque siempre fue al revés. 

La operación que sigue 

Lo próxima que tiene en el cronograma el tándem Javier Milei y Luis Caputo, será seguir de cerca los datos del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de diciembre 2024 y de cierre del ejercicio anterior, que se difundirán el próximo martes 14 de enero. Y una vez conocido el resultado, decidir qué hacer con la evolución del crawling peg y la tasa de interés de referencia del mercado. La decisión oficial es tomar una frontera de 2,5% de inflación para tomar una decisión trascendente. Si el dato empata o supera ese porcentaje, se esperará a la inflación de enero 2025 para avanzar.

Si, por el contrario, el IPC se ubica por debajo de ese nivel, Milei dará la orden inmediata, y el mismo martes, de comenzar a desmantelar la política de devaluación oficial pactada en un 2% mensual, hacia un ritmo inferior que en pocos meses ubicaría el alza del tipo de cambio oficial en un 1% cada 30 días. Se haría de manera gradual, y al ritmo de la caída del ritmo de la inflación; con una estructura funcional de entre tres y seis meses, dependiendo del mismo IPC. Con esto se ralentizaría el ritmo de devaluación del 12 al 12% interanual, al revés de los que reclama el Fondo Monetario Internacional (FMI), cierta ortodoxia encabezada por Domingo Cavallo y la mayoría de los industriales, quienes piden una revisión de la política cambiaria, dejar flotar el dólar y, eventualmente, aceptar una devaluación del 20%.

Nada de esto está pensando en oficialismo, que considera que la estrategia que se viene desarrollando es la correcta y la exitosa, y la que continuará ejecutándose durante el 2025. EN otras palabras, el tipo de cambio no sólo no se acelerará hacia arriba, sino que dependiendo de la evolución del IPC, bajará en su ritmo de devaluación. Y ya desde el martes, si es que los datos de los precios de cierre del 2024 son favorables. 

En paralelo, el gobierno avanzará también (siempre que el IPC lo permita), en una nueva reducción de las tasas de interés de regulación del sistema financiero, bajando del promedio de 38% de cierre del año pasado y arranque del 2025; a un 35%. Y, si continuara la caída de la inflación, volver a una reducción antes del segundo trimestre del año. La idea es potenciar el crédito privado, ante la realidad irrenunciable del Ejecutivo de no emitir ni tomar pesos del mercado local, continuando la tendencia del 2024. 

Ambas medidas de coyuntura inmediata (la próxima semana), apuntan al gran objetivo monetario de Javier Milei y Caputo: darle en el primer semestre del 2025 un golpe a la inflación, y llevarla, por fin, a tener un 1 por delante. Los cálculos oficiales insisten en que el combo crawling peg al 2% y una tasa de interés por arriba del IPC, potencial el alza de los precios en un punto porcentual mensual. Y que la contracción propuesta, sería el instrumento primario y válido para acelerar la caída en el ritmo de aceleración, al menos en un nivel de 1% cada 30 días. El entusiasmo oficial parte de las planillas de inflación mayorista, la evolución de los índices de alimentos y bebidas y otros bienes, los efectos que las importaciones crecientes estarían marcando en los precios como barrera de suba, y la idea que un tipo de cambio estable y con desaceleración devaluatoria; debería ser el freno final para llevar el alza del IPC al ritmo que se espera en el oficialismo y que figuraba en el fallido proyecto de presupuesto para el 2025 que el Congreso Nacional nunca trató. Ni tratará. 

La caída del ritmo de inflación es la gran carta de popularidad que ahora se juega el gobierno, y que, a los ojos e intenciones del oficialismo, estaría al alcance de la mano. 

Otro paso importante que comenzará a tramitar el ministerio de Economía, es la preparación del segundo pago de importancia del año: el de los cupones de los Bonares y boreales de julio próximo; una obligación que casi replica la liquidación de ayer. Por lo que se sabe, la idea de Caputo es contabilizar para ese compromiso gran parte de los 1.000 millones obtenidos por el REPO oficializado a fines del 2024, e ir sondeando entre marzo y junio las verdaderas posibilidades de colocar deuda en el mercado financiero voluntario de deuda internacional; una opción por ahora vedada y que para abrirla debería haber primero un riesgo país de tres dígitos con un tres por delante. 

Mientras tanto, comenzará en breve una nueva etapa; la negociación con el FMI por un nuevo acuerdo, posiblemente un Stand By sobe la base del pacto cerrado entre 2018- 2019 durante el gobierno de Mauricio Macri. Tal como informó este diario, desde la segunda quincena de enero, y luego del parate por las fiestas y el fin del comienzo del 2025, las partes retomarán las comunicaciones desde la semana que viene. Habrá tiempo para negociar. El 20 de enero asume Donald Trump y todos saben que la situación para la Argentina cambiará, se supone a favor. La próxima misión a Buenos Aires de hombres y mujeres del FMI, está pactada para el 10 al 15 de marzo. Mucho o poco tiempo, se verá.

Fuente: Mdzol – Por Carlos Burgueño

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