Economía
Entre Ríos: Luego de tres años de ordenamiento fiscal, la provincia tendrá un presupuesto con superávit
El gobernador Gustavo Bordet, acompañado por el vicegobernador Adán Bahl, firmó el proyecto de presupuesto provincial 2019. El texto prevé superávit y un aumento de las partidas para salud y desarrollo social del 45 y el 80 por ciento. Mañana se enviará a la legislatura provincial.
El texto que el ejecutivo remitirá al Poder Legislativo proyecta un crecimiento en sus rentas generales del orden del 32 por ciento, con una participación de los nacionales de aproximadamente el 70 por ciento. Se destacan, también, los fondos que la provincia invertirá para hacerse cargo de los programas que abandonó Nación.
Hugo Ballay, ministro de Economía: "Vamos a presentar un proyecto de presupuesto con un superávit financiero".
En ese marco, explicó que influyeron en confección del presupuesto provincial "las modificaciones en los recursos fundamentalmente nacionales" expresadas en medidas del gobierno central como la eliminación del Fondo de la Soja, que iba destinado a obra pública, "y otras que ya están expresadas en el proyecto de presupuesto nacional 2019".
"En números, es un presupuesto de 130 mil millones de pesos", precisó el titular del Ministerio de Economía en relación al presupuesto provincial y explicó que "los ministerios que más reflejan un incremento son Desarrollo Social, cercano a un 80 por ciento si lo comparamos con la ejecución que está prevista para el cierre del 2018, y Salud, que está en un 45 por ciento respecto a la ejecución de este año".
En cuanto al incremento del presupuesto para Salud, Ballay expresó que se debe a que "estamos previendo, de acuerdo a lo que está ocurriendo en 2018, aquellas partidas que no son atendidas por el gobierno nacional o que en algunos casos se resiente la atención en el tiempo, es poder sostener todos los programas de salud también haciendo frente, como de hecho lo venimos haciendo en los últimos meses de este año con recursos propios».
Por otra parte, el funcionario indicó cómo la administración de Gustavo Bordet logró prever superávit para el año entrante aun aumentando los recursos en áreas claves, y sostuvo que tiene que ver que el rubro "funcionamiento" solamente crecerá el 3 por ciento. "Esto es fruto del trabajo de los tres años que llevamos de gestión. Es un trabajo que se viene haciendo mes a mes y muchas veces día a día", dijo en referencia a la mejora en la calidad del gasto público.
Además, Ballay destacó que la autorización de endeudamiento para el año próximo será de un poco más de la mitad que la del año actual: "Es apenas superior a los 3.000 millones de pesos y en el presupuesto 2018, que estamos ejecutando, la autorización era de 6.200 millones de pesos", detalló y explicó que esto se debe a que "este año no tenemos déficit".
El titular de Economía valoró "el cumplimiento de la Ley de Responsabilidad Fiscal que la provincia hace con parámetros muy por debajo de los límites que establece la ley". "Estamos mostrando cumplimiento de responsabilidad fiscal y también capacidad de la provincia para tomar endeudamiento que, seguramente, se aplicará exclusivamente a obra pública», añadió.
Por último, subrayó que "tanto en el cierre de 2018, como la proyección de 2019, logramos un decrecimiento de la planta de personal" a diferencia de lo que pasaba en años anteriores en los que la planta de empleados públicos aumentaba entre el 2,5 y el 3 por ciento. Y esto, "sin resentir ningún servicio, sin haber despedido ningún trabajador del Estado provincial ni de ningún organismo".
Acompañaron también la firma del proyecto de presupuesto el secretario de Presupuesto y Finanzas, Luis Erbes; la directora Ejecutiva de la Oficina Provincial de Presupuesto, Ingrid Antilaf; los directores adjunto de la Dirección de Gestión Presupuestaria; Sebastián Baía, y de la Dirección de Proyecciones y Análisis Presupuestario, Hugo Zubillaga.
Influencias
En sus niveles totales, los recursos de la provincia están marcados por la detracción en las transferencias nacionales con destino a obra pública (eliminación de los recursos de la soja) y a distintos planes sociales y de salud, consecuencia del acuerdo suscripto con el Fondo Monetario Internacional (FMI). En segundo, influye la rebaja en las alícuotas en el impuesto a los Ingresos Brutos y la Ley 4035, conforme las condiciones exigidas en el Consenso Fiscal de noviembre de 2017.
Gastos
Por otra parte, y en cumplimiento de lo establecido por la Ley de Responsabilidad Fiscal, se mantiene la variación del gasto corriente, que no puede superar la experimentada por el IPC y a que los compromisos de la deuda no deben superar el 15 por ciento de la recaudación.
El nivel de gastos totales de las rentas generales presenta hacia el ejercicio 2019 un incremento del orden del 24 por ciento en relación al año 2018. Del total, el gasto en personal insume 62 por ciento, la coparticipación a municipios 15 por ciento, el déficit del sistema previsional 10 por ciento, gastos de funcionamiento 8 por ciento y el 5 por ciento los intereses de la deuda.
En cuanto a los gastos de funcionamiento, si se los compara en relación al cierre del ejercicio 2015, registran en términos relativos con respecto a los ingresos, una disminución próxima al 20 por ciento, sin embargo se garantizan partidas suficientes para la atención de aquellos servicios esenciales como lo son salud con un incremento del 40 por ciento, programas sociales un 74 por ciento, seguridad, justicia, minoridad, discapacidad con incremento promedio del orden de 22 por ciento, y una fuerte contención de todos aquellos gastos de estructura cuya variación se ubica en el 3 por ciento, todos ellos medidos en relación a la proyección estimada al cierre del Ejercicio 2018.
Obra Pública
El financiamiento de la obra pública deja de contar con las trasferencias de los recursos provenientes de la retención a la soja, que en una estimación hacia el 2019 implicaría una pérdida de ingresos superior a los 1.500 millones de pesos. El proyecto de presupuesto y en el ánimo de mantener un ritmo de ejecución de obra prevé un incremento de su financiamiento con el Tesoro Provincial, que promedia el 50 por ciento, con lo que queda garantizada la continuidad de todas aquellas obras en ejecución, como también obras nuevas entendidas como necesarias para el desarrollo provincial.
Resultado
De una vista general, continuando en el análisis de las rentas generales, el proyecto de presupuesto evidencia un resultado financiero con un superávit de 3.145 millones de pesos, que surgen de considerar ingresos corrientes por un total de 83.577 millones de pesos, un gasto corriente estimado en 78.735 millones de pesos, otros recursos por un total de 333 millones de pesos y una inversión en obras publicas de 2.030 millones de pesos.
En cuanto al Resultado Primario (Resultado Financiero – Intereses de la Deuda) se proyecta un resultado positivo de 7.145 millones de pesos, lo que implica un 8,55 por ciento del total de los recursos, en tanto que el Presupuesto recientemente elevado por el Gobierno Nacional centra como su principal objetivo el Déficit Cero.
Endeudamiento
El Proyecto de Presupuesto prevé una autorización de endeudamiento para el financiamiento de una parte de los vencimientos de la deuda por la suma de 3.570,28 millones de pesos. Es una previsión que podrá ser utilizada en forma total o parcial de conformidad a la evolución de las necesidades financieras.
Vale destacar que la Ley de Presupuesto para el ejercicio 2018 contenía en sus Artículos 5° y 6° autorizaciones de endeudamiento por un total de 6.847 millones de pesos, y de ese total autorizado a la fecha sólo se ha hecho uso de un financiamiento por la suma de 600 millones de pesos.
Este comportamiento en la administración de la deuda ha venido definiendo un perfil de marcado desendeudamiento, caída que se irá profundizando hacia el ejercicio 2019, esto implica que se vienen cancelando más deudas de las que se toman.
Midiendo el total de la Deuda Pública en relación a su participación respecto al Producto Bruto Geográfico (PBG) estimado, se observa que mientras al cierre del ejercicio 2017 su total representaba el 9,62 por ciento del PBG, al cierre del 2018 el 7,88 por ciento, y 7,01 por ciento hacia el 2019.
Economía
Se pagó, ¿y ahora qué?: el dato que Milei y Caputo seguirán de cerca
Hay un dato que Javier Milei y Luis Caputo seguirán de cerca para tomar más decisiones económicas clave este año. También comenzará en breve otra etapa: la negociación con el FMI por un nuevo acuerdo.
Finalmente, ayer a las 10:00 AM el Bank of New York Mellon, agente financiero del país, oficializó la liquidación de los aproximadamente 4.704 millones de dólares correspondientes a la liquidación de enero del 2024 del pago de los Bonares y globales reestructurados en agosto del 2020. En general , fue una jornada tranquila, con un blue descansando desde hace dos días en los 1.220 pesos, con acciones de aquí y de Nueva York y títulos públicos en tenue y prudente suba, y con reservas cayendo unos 1,300 millones, pero con un Banco Central que volvió a comprar divisas por unos 165 millones.
En total, en lo que va del año, la entidad acumula compras por unos 547 millones; con un riesgo país otra vez en baja y cerrando en 564 puntos básicos. Ayer se pagaron unos USD 4.360 millones de los Bonares (AL) y Globales (GD). Aproximadamente USD 460 millones estarán destinados al FGS (Fondo de Garantía de Sustentabilidad), junto a otros USD 60 millones por las tenencias del BCRA, mientras que los restantes USD 3.860 millones los recibirán los tenedores privados de la deuda. De este dinero, unos U$S 1.600 millones corresponden a privados locales, el resto a privados con cuentas fuera del país, muchos en mercados denominados offshore.
Ahora, a cálculos básicos post pago de los cupones. La foto del stock del Banco Central muestra reservas de aproximadamente U$S 13.800 y 14.3000 millones. De ese dinero, entre 9.000 y 11.000 millones de dólares pertenecerían al Tesoro Nacional, fruto del superávit y de las utilidades de los títulos (que fueron extraordinarias), dinero que se contabiliza parte en pesos. Si la decisión oficial es, como parece por los hechos, dejar ese dinero depositado en la entidad que maneja el, a veces protestón a veces emocionado, Santiago Bausilli, sería la primera vez en décadas que un gobierno pone dinero a ahorrar y exhibir. Y no para gastar. Luego, este dinero podría usarse, por ejemplo, para ayudar a sanear la propia deuda del BCRA, hecho inédito porque siempre fue al revés.
La operación que sigue
Lo próxima que tiene en el cronograma el tándem Javier Milei y Luis Caputo, será seguir de cerca los datos del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de diciembre 2024 y de cierre del ejercicio anterior, que se difundirán el próximo martes 14 de enero. Y una vez conocido el resultado, decidir qué hacer con la evolución del crawling peg y la tasa de interés de referencia del mercado. La decisión oficial es tomar una frontera de 2,5% de inflación para tomar una decisión trascendente. Si el dato empata o supera ese porcentaje, se esperará a la inflación de enero 2025 para avanzar.
Si, por el contrario, el IPC se ubica por debajo de ese nivel, Milei dará la orden inmediata, y el mismo martes, de comenzar a desmantelar la política de devaluación oficial pactada en un 2% mensual, hacia un ritmo inferior que en pocos meses ubicaría el alza del tipo de cambio oficial en un 1% cada 30 días. Se haría de manera gradual, y al ritmo de la caída del ritmo de la inflación; con una estructura funcional de entre tres y seis meses, dependiendo del mismo IPC. Con esto se ralentizaría el ritmo de devaluación del 12 al 12% interanual, al revés de los que reclama el Fondo Monetario Internacional (FMI), cierta ortodoxia encabezada por Domingo Cavallo y la mayoría de los industriales, quienes piden una revisión de la política cambiaria, dejar flotar el dólar y, eventualmente, aceptar una devaluación del 20%.
Nada de esto está pensando en oficialismo, que considera que la estrategia que se viene desarrollando es la correcta y la exitosa, y la que continuará ejecutándose durante el 2025. EN otras palabras, el tipo de cambio no sólo no se acelerará hacia arriba, sino que dependiendo de la evolución del IPC, bajará en su ritmo de devaluación. Y ya desde el martes, si es que los datos de los precios de cierre del 2024 son favorables.
En paralelo, el gobierno avanzará también (siempre que el IPC lo permita), en una nueva reducción de las tasas de interés de regulación del sistema financiero, bajando del promedio de 38% de cierre del año pasado y arranque del 2025; a un 35%. Y, si continuara la caída de la inflación, volver a una reducción antes del segundo trimestre del año. La idea es potenciar el crédito privado, ante la realidad irrenunciable del Ejecutivo de no emitir ni tomar pesos del mercado local, continuando la tendencia del 2024.
Ambas medidas de coyuntura inmediata (la próxima semana), apuntan al gran objetivo monetario de Javier Milei y Caputo: darle en el primer semestre del 2025 un golpe a la inflación, y llevarla, por fin, a tener un 1 por delante. Los cálculos oficiales insisten en que el combo crawling peg al 2% y una tasa de interés por arriba del IPC, potencial el alza de los precios en un punto porcentual mensual. Y que la contracción propuesta, sería el instrumento primario y válido para acelerar la caída en el ritmo de aceleración, al menos en un nivel de 1% cada 30 días. El entusiasmo oficial parte de las planillas de inflación mayorista, la evolución de los índices de alimentos y bebidas y otros bienes, los efectos que las importaciones crecientes estarían marcando en los precios como barrera de suba, y la idea que un tipo de cambio estable y con desaceleración devaluatoria; debería ser el freno final para llevar el alza del IPC al ritmo que se espera en el oficialismo y que figuraba en el fallido proyecto de presupuesto para el 2025 que el Congreso Nacional nunca trató. Ni tratará.
La caída del ritmo de inflación es la gran carta de popularidad que ahora se juega el gobierno, y que, a los ojos e intenciones del oficialismo, estaría al alcance de la mano.
Otro paso importante que comenzará a tramitar el ministerio de Economía, es la preparación del segundo pago de importancia del año: el de los cupones de los Bonares y boreales de julio próximo; una obligación que casi replica la liquidación de ayer. Por lo que se sabe, la idea de Caputo es contabilizar para ese compromiso gran parte de los 1.000 millones obtenidos por el REPO oficializado a fines del 2024, e ir sondeando entre marzo y junio las verdaderas posibilidades de colocar deuda en el mercado financiero voluntario de deuda internacional; una opción por ahora vedada y que para abrirla debería haber primero un riesgo país de tres dígitos con un tres por delante.
Mientras tanto, comenzará en breve una nueva etapa; la negociación con el FMI por un nuevo acuerdo, posiblemente un Stand By sobe la base del pacto cerrado entre 2018- 2019 durante el gobierno de Mauricio Macri. Tal como informó este diario, desde la segunda quincena de enero, y luego del parate por las fiestas y el fin del comienzo del 2025, las partes retomarán las comunicaciones desde la semana que viene. Habrá tiempo para negociar. El 20 de enero asume Donald Trump y todos saben que la situación para la Argentina cambiará, se supone a favor. La próxima misión a Buenos Aires de hombres y mujeres del FMI, está pactada para el 10 al 15 de marzo. Mucho o poco tiempo, se verá.
Fuente: Mdzol – Por Carlos Burgueño
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