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Economía

Una nueva suba en combustibles podría alcanzar el 10% en septiembre

Desde el 1 de setiembre hay un ajuste en los impuestos a los combustibles. A ello se suma el salto del dólar y una suba del petróleo. Estiman que el aumento de los combustibles se concretará el fin de semana y sería superior al de agosto.

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Al alza casi cotidiana en el valor del dólar, se sumó en los últimos días el aumento en el precio internacional del petróleo, lo que puede derivar en una suba en los combustibles locales mayor a la de julio y agosto, a partir del próximo fin de semana. Ayer algunas fuentes llegaron a prever un incremento en torno al 10%, considerando que también desde el 1 de setiembre hay un ajuste en los impuestos.

El precio del petróleo Brent, de referencia en la Argentina, cerró ayer en el mercado de Londres a u$s76,21, lo que implica un aumento de u$s4,16 por barril o del 5,8% desde el lunes de la semana pasada. La cotización de cierre se había mantenido entre u$s72 y u$s73 durante casi todo el mes, y solo en una jornada había superado u$s74, pero empezó a recuperarse en la última semana, señala el informe del diario Ámbito Financiero.

Según los analistas internacionales, hay presiones tanto hacia el alza como a la baja, por lo cual el crudo debería mantenerse en los actuales niveles, pero quedan dudas. Se afirma que las presiones al alza se basan en las inminentes sanciones de Estados Unidos contra Irán, y las bajistas a que se espera una desaceleración del crecimiento económico mundial que reducirá la demanda y contendrá la suba de precios.

Irán viene exportando alrededor de 2,5 millones de barriles por día de petróleo en lo que va del año, pero se estima que cuando entren en vigor las sanciones de EE.UU. el 1 de noviembre, las exportaciones caerán en por lo menos 1 millón de barriles. Desde la otra óptica, se cree que una prolongada guerra comercial entre Washington y China puede frenar el crecimiento global y pesar en la demanda. Sin embargo, lo que parece más cercano es la merma de la oferta por el retiro del crudo iraní.

Por otra parte, también hay datos de que EE.UU. está reduciendo la producción. Según Baker Hughes, las petroleras cerraron 9 plataformas de perforación la semana pasada, reduciendo el total a 860, siendo ésta la mayor reducción desde mayo de 2016.

El 3 de agosto, antes del anteúltimo aumento de YPF (el último se atribuyó a la suba en los biocombustibles), el Brent cerró a u$s73,21 y ayer en u$s76,21, con un alza del 4%. Entre las mismas fechas, el valor del dólar se encareció desde $28,02 a $31,57, con una suba del 12,6%.

Hay que contar además que las refinadoras buscan recuperar los precios a los niveles anteriores a mayo cuando se dispuso un congelamiento que solo duró un mes. Según un estudio de la consultora Economic Trends para la Federación de Expendedores de Combustibles del Centro, a consecuencia del atraso producido por el acuerdo de precios firmado a comienzos de mayo entre el Ministerio de Energía y las principales petroleras, actualmente el valor del litro de gasoil está retrasado un 14,2% y el premium un 10,4 %, la nafta súper un 14,9% y la de más calidad un 10,6 %.

No obstante, el informe también destaca que «la facturación total de las estaciones de servicio de Argentina, por venta al público de combustibles líquidos (gasoil y naftas) y GNC, durante julio de 2018, fue de $29.030 millones (sin impuestos), un 54,5 % por encima del monto facturado en julio de 2017, por arriba del 30,8% de inflación registrada en el país durante el periodo».

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Economía

Se pagó, ¿y ahora qué?: el dato que Milei y Caputo seguirán de cerca

Hay un dato que Javier Milei y Luis Caputo seguirán de cerca para tomar más decisiones económicas clave este año. También comenzará en breve otra etapa: la negociación con el FMI por un nuevo acuerdo.

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Finalmente, ayer a las 10:00 AM el Bank of New York Mellon, agente financiero del país, oficializó la liquidación de los aproximadamente 4.704 millones de dólares correspondientes a la liquidación de enero del 2024 del pago de los Bonares y globales reestructurados en agosto del 2020. En general , fue una jornada tranquila, con un blue descansando desde hace dos días en los 1.220 pesos, con acciones de aquí y de Nueva York y títulos públicos en tenue y prudente suba, y con reservas cayendo unos 1,300 millones, pero con un Banco Central que volvió a comprar divisas por unos 165 millones.

En total, en lo que va del año, la entidad acumula compras por unos 547 millones; con un riesgo país otra vez en baja y cerrando en 564 puntos básicos. Ayer se pagaron unos USD 4.360 millones de los Bonares (AL) y Globales (GD). Aproximadamente USD 460 millones estarán destinados al FGS (Fondo de Garantía de Sustentabilidad), junto a otros USD 60 millones por las tenencias del BCRA, mientras que los restantes USD 3.860 millones los recibirán los tenedores privados de la deuda. De este dinero, unos U$S 1.600 millones corresponden a privados locales, el resto a privados con cuentas fuera del país, muchos en mercados denominados offshore.  

Ahora, a cálculos básicos post pago de los cupones. La foto del stock del Banco Central muestra reservas de aproximadamente U$S 13.800 y 14.3000 millones. De ese dinero, entre 9.000 y 11.000 millones de dólares pertenecerían al Tesoro Nacional, fruto del superávit y de las utilidades de los títulos (que fueron extraordinarias), dinero que se contabiliza parte en pesos. Si la decisión oficial es, como parece por los hechos, dejar ese dinero depositado en la entidad que maneja el, a veces protestón a veces emocionado, Santiago Bausilli, sería la primera vez en décadas que un gobierno pone dinero a ahorrar y exhibir. Y no para gastar. Luego, este dinero podría usarse, por ejemplo, para ayudar a sanear la propia deuda del BCRA, hecho inédito porque siempre fue al revés. 

La operación que sigue 

Lo próxima que tiene en el cronograma el tándem Javier Milei y Luis Caputo, será seguir de cerca los datos del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de diciembre 2024 y de cierre del ejercicio anterior, que se difundirán el próximo martes 14 de enero. Y una vez conocido el resultado, decidir qué hacer con la evolución del crawling peg y la tasa de interés de referencia del mercado. La decisión oficial es tomar una frontera de 2,5% de inflación para tomar una decisión trascendente. Si el dato empata o supera ese porcentaje, se esperará a la inflación de enero 2025 para avanzar.

Si, por el contrario, el IPC se ubica por debajo de ese nivel, Milei dará la orden inmediata, y el mismo martes, de comenzar a desmantelar la política de devaluación oficial pactada en un 2% mensual, hacia un ritmo inferior que en pocos meses ubicaría el alza del tipo de cambio oficial en un 1% cada 30 días. Se haría de manera gradual, y al ritmo de la caída del ritmo de la inflación; con una estructura funcional de entre tres y seis meses, dependiendo del mismo IPC. Con esto se ralentizaría el ritmo de devaluación del 12 al 12% interanual, al revés de los que reclama el Fondo Monetario Internacional (FMI), cierta ortodoxia encabezada por Domingo Cavallo y la mayoría de los industriales, quienes piden una revisión de la política cambiaria, dejar flotar el dólar y, eventualmente, aceptar una devaluación del 20%.

Nada de esto está pensando en oficialismo, que considera que la estrategia que se viene desarrollando es la correcta y la exitosa, y la que continuará ejecutándose durante el 2025. EN otras palabras, el tipo de cambio no sólo no se acelerará hacia arriba, sino que dependiendo de la evolución del IPC, bajará en su ritmo de devaluación. Y ya desde el martes, si es que los datos de los precios de cierre del 2024 son favorables. 

En paralelo, el gobierno avanzará también (siempre que el IPC lo permita), en una nueva reducción de las tasas de interés de regulación del sistema financiero, bajando del promedio de 38% de cierre del año pasado y arranque del 2025; a un 35%. Y, si continuara la caída de la inflación, volver a una reducción antes del segundo trimestre del año. La idea es potenciar el crédito privado, ante la realidad irrenunciable del Ejecutivo de no emitir ni tomar pesos del mercado local, continuando la tendencia del 2024. 

Ambas medidas de coyuntura inmediata (la próxima semana), apuntan al gran objetivo monetario de Javier Milei y Caputo: darle en el primer semestre del 2025 un golpe a la inflación, y llevarla, por fin, a tener un 1 por delante. Los cálculos oficiales insisten en que el combo crawling peg al 2% y una tasa de interés por arriba del IPC, potencial el alza de los precios en un punto porcentual mensual. Y que la contracción propuesta, sería el instrumento primario y válido para acelerar la caída en el ritmo de aceleración, al menos en un nivel de 1% cada 30 días. El entusiasmo oficial parte de las planillas de inflación mayorista, la evolución de los índices de alimentos y bebidas y otros bienes, los efectos que las importaciones crecientes estarían marcando en los precios como barrera de suba, y la idea que un tipo de cambio estable y con desaceleración devaluatoria; debería ser el freno final para llevar el alza del IPC al ritmo que se espera en el oficialismo y que figuraba en el fallido proyecto de presupuesto para el 2025 que el Congreso Nacional nunca trató. Ni tratará. 

La caída del ritmo de inflación es la gran carta de popularidad que ahora se juega el gobierno, y que, a los ojos e intenciones del oficialismo, estaría al alcance de la mano. 

Otro paso importante que comenzará a tramitar el ministerio de Economía, es la preparación del segundo pago de importancia del año: el de los cupones de los Bonares y boreales de julio próximo; una obligación que casi replica la liquidación de ayer. Por lo que se sabe, la idea de Caputo es contabilizar para ese compromiso gran parte de los 1.000 millones obtenidos por el REPO oficializado a fines del 2024, e ir sondeando entre marzo y junio las verdaderas posibilidades de colocar deuda en el mercado financiero voluntario de deuda internacional; una opción por ahora vedada y que para abrirla debería haber primero un riesgo país de tres dígitos con un tres por delante. 

Mientras tanto, comenzará en breve una nueva etapa; la negociación con el FMI por un nuevo acuerdo, posiblemente un Stand By sobe la base del pacto cerrado entre 2018- 2019 durante el gobierno de Mauricio Macri. Tal como informó este diario, desde la segunda quincena de enero, y luego del parate por las fiestas y el fin del comienzo del 2025, las partes retomarán las comunicaciones desde la semana que viene. Habrá tiempo para negociar. El 20 de enero asume Donald Trump y todos saben que la situación para la Argentina cambiará, se supone a favor. La próxima misión a Buenos Aires de hombres y mujeres del FMI, está pactada para el 10 al 15 de marzo. Mucho o poco tiempo, se verá.

Fuente: Mdzol – Por Carlos Burgueño

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