Dos motochorros persiguieron a una mujer a la que intentaron robarle un bolso, pero la maniobra delictiva fue advertida por un oficial de policía que –en cumplimiento de su deber- inmediatamente dio la voz de alto, evitando el robo.
A pesar de esto los malvivientes rápidamente se dieron a la fuga aunque producto del apuro por huir del lugar, no lograron arrancar la motocicleta en la que se movilizaban; apremiados por las fuerzas del orden deciden abandonar la moto y correr.
La motocicleta que no tenía patente colocada, fue secuestrada y se logró identificar a su dueño, resultando ser uno de los asaltantes -identificado por el oficial que frustró el delito-, que ostenta un importante prontuario delictivo.
A raíz de la situación de tensión se montó un fuerte operativo para intentar dar con el paradero de los delincuentes aunque el mismo no arrojó resultados positivos.