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Agro

Con más vaquillonas y terneras, la faena creció 8,5% en mayo

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La faena de carne vacuna creció 8,5 por ciento en mayo y acumula un incremento del 5 por ciento a lo largo de 2017.

La faena de carne vacuna creció 8,5 por ciento en mayo y acumula un incremento del 5 por ciento a lo largo de 2017, según un informe difundido por la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (Fifra) realizado en base a datos del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).

Desde Fifra remarcaron que este incremento en la oferta, fue apuntalado por la mayor presencia de las hembras jóvenes; es decir, vaquillonas y terneras; mientras que la faena de vacas se mantuvo sin cambios.

La fase de retención del ciclo ganadero tiende a enfriarse: "Esto significa que si bien los criadores tienen menos interés en retener el ganado, pero tampoco estamos en una etapa de liquidación", indicaron desde la Federación.

Hembras y machos

En total, la suma de vacas, vaquillonas y terneras representaron el 43 por ciento de todas las cabezas faenadas en mayo, un registro que supera levemente al de abril (42,3 por ciento), al promedio de los primeros cuatro meses y al de todo 2016.
De todos modos, también subió la faena de machos, aunque a una tasa inferior. Según Fifra, en mayo novillos y novillitos crecieron en torno al ocho por ciento.
"De a poco empieza a aparecer lo que se encerró a principios de año y que es consecuencia del destete del 2015 que pasó primero por la recría y, en menor medida, del destete temprano de este año, explicaron desde Fifra.

Sin engorde de exportación

Por otro lado, el reporte muestra que la faena novillos cayó dos por ciento, pero la de novillitos aumentó siete por ciento, lo que significa una mala noticia para la pretensión argentina de recuperar su perfil exportador.

Para Fifra, estos números "dan cuenta de que pese a las medidas oficiales y al interés de toda la cadena, el negocio sigue pasando por la producción de animales con bajo peso que permitan una rápida rotación del capital, y que también permita atender a ese sector de la demanda interna con mayor poder de consumo y que sigue prefiriendo la carne de animales jóvenes y con bajo peso".

Fuente: La Voz del Interior
http://www.sebastiangrimaldi.com.ar
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Agro

Informan que el campo entrerriano deberá producir más del promedio para cubrir costos

Los rendimientos históricos promedio de los principales cultivos implantados en Entre Ríos durante la campaña agrícola 2024/25 no alcanzarían para lograr un rendimiento de indiferencia (cantidad de producción necesaria para cubrir los gastos) que cubra los costos de arrendamiento, situación en la que se encontrará cerca del 70% de los productores, detalló la Bolsa de Cereales provincial.

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El análisis surge de un estudio que realizó la entidad bursátil junto a la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER), sobre la composición de las erogaciones necesarias para la producción, así como su relación con los ingresos y los rendimientos de indiferencia en cada caso. Para ello tuvieron en cuenta la estructura de costos de cada cultivo, los rindes históricos y los precios pizarra del 26 de diciembre pasado.

Producir más del promedio

El principal costo para el productor son los insumos (semillas, agroquímicos, fertilizantes) que se lleva entre el 37% y el 46% del dinero necesario para producir, seguido por el arrendamiento (entre un 16 y 28 por ciento), condición en la que se encuentra cerca del 70% de la producción entrerriana y que varía dependiendo la estrategia de rotación empleada en la producción; y los gastos de comercialización (del 15% al 20%), entre otros costos.

Los rendimientos históricos varían según el grano: 2.380 kilogramos por hectárea es el de la soja de primera, 1.980 el de soja de segunda, el promedio del trigo se ubica en 2.840 kilos, y el del maíz en 5.930 kilogramos por hectárea. Para esta temporada, únicamente el maíz lograría una rentabilidad positiva del 8%, mientras que el resto tendrá que superar los rendimientos promedios registrados para cubrir los costos.

Los productores que implantaron soja de primera deberán generar una producción del 117% comparando a los registros históricos, o del 109% si optaron por sembrar soja de segunda o trigo. En tanto, quienes hayan sembrado soja de segunda + trigo tendrán que lograr un rendimiento un 18% superior al promedio, y si el doble cultivo fue maíz y trigo, un 3% mayor bastará para cubrir los costos.

En el caso del trigo, el rendimiento histórico sólo lograría solventar el 88% de los costos para la producción en campo propio y el 76% si incluimos el pago de arrendamiento. Incluso enfrentan dos problemas acuciantes: los registros para esta temporada auguran un rendimiento un 13% por debajo de las perspectivas históricas, y los precios internacionales continúan con una tendencia a la baja.

Los rendimientos necesarios

Si el productor cuenta con campo propio, deberá producir 1.920 kilogramos por hectárea de soja de primera para cubrir los costos, 1.630 de soja de segunda, 3.100 de trigo o 4.080 kilos por hectárea de maíz para superar los gastos realizados.

En tanto, si debe alquilar el campo, los rendimientos necesarios para lograr una diferencia positiva aumentan considerablemente: llegan a los 2.880 kilos por hectárea para la soja de primera, suben a 2.210 kilogramos si fue soja de segunda lo que se sembró, incrementa a 3.660 para los casos en los que se produce trigo, y a 5.340 kilogramos por hectárea para los campos implantados con maíz.

Fuente: Bolsa de Cereales – UNO Entre Ríos

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